Regular la dieta de los rumiantes puede reducir la contaminación ambiental que producen

El trabajo de investigación ha sido financiado por un proyecto Mineco del Plan Nacional de Investigación (AGL212-31064).
Un grupo de investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) concluye que modificar la dieta de manera controlada contribuye a reducir la contaminación ambiental que produce la digestión de los rumiantes.
Han probado que el tratamiento de las proteínas de su dieta, para disminuir su degradación en el rumen, puede llegar a reducir más de un 10% la emisión de metano producido en la fermentación ruminal. Aunque estos resultados han sido conseguidos in vitro y han de confirmarse in vivo, abren posibilidades muy interesantes para el desarrollo de nuevas estrategias de nutrición animal que contribuyan a la sostenibilidad del planeta.
Frente a la idea tradicional de que la generación de metano en el rumen está básicamente condicionada por los aportes de fibra en la dieta, trabajos recientes del Grupo de Investigación de Producción Animal de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica, Alimentaria y de Biosistemas (ETSIAAB-UPM) han demostrado que este se produce también por la fermentación de las proteínas. Esto se debe, previsiblemente, a la fermentación de las cadenas carbonadas resultantes de la desaminación de los aminoácidos generados en la degradación proteica.

Concentrados proteicos
El tratamiento de protección desarrollado por el grupo de investigación consiste en aplicar al alimento proteico una solución ácida y calor. “El ácido málico es el que ha proporcionado mejores resultados y tiene la ventaja de que es un ácido que también se utiliza como aditivo para mejorar la eficiencia de uso de los alimentos", explica la investigadora de la UPM Dolores Carro.

Según señala Carro, “los resultados demostraron que, efectivamente, el tratamiento del alimento redujo la degradabilidad de la proteína del girasol y las pérdidas nitrogenadas en forma de amoníaco". La investigadora detalla que “se redujo la producción de metano en un 4,6% en el caso de dietas con un bajo contenido proteico y en un 10,8% para las dietas con un contenido elevado de proteína.” Estos resultados deben confirmarse en condiciones in vivo, pero abren nuevas posibilidades para el desarrollo de estrategias de nutrición animal más respetuosas con el medio ambiente.