Se presentan los primeros resultados del Estudio Telemed-Diabetes en el XXIV Congreso Nacional de la SED
26 de abril de 2013
Por primera vez, un estudio multicéntrico, representativo de todo el país, demuestra que la telemedicina reduce a la mitad el impacto económico en pacientes con Diabetes Mellitus tipo 1 (DM1) respecto a las visitas presenciales al hospital, lo que supone un coste significativamente menor desde el punto de vista del tiempo empleado fundamentalmente por el paciente, pero también por el profesional sanitario.
Este estudio nace para evaluar la eficacia de los sistemas telemáticos aplicados al tratamiento de las personas con DM1, desde un punto de vista de coste-efectividad.
Se trata de los primeros resultados del Estudio Telemed-Diabetes, realizado por el Centro de Investigación Biomédica en Red de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (
Ciberdem) del Instituto de Salud Carlos III (Ministerio de Economía y Competitividad), que se han presentado este sábado en el XXIV Congreso Nacional de la Sociedad Española de Diabetes, celebrado en Sevilla.
Este estudio, pionero en España, nace para evaluar la eficacia de los sistemas telemáticos aplicados al tratamiento de las personas con DM1 desde un punto de vista de coste-efectividad.
Según el doctor Enric Esmatjes, jefe de la Unidad de Diabetes del Hospital Clínico de Barcelona y coordinador del Estudio Telemed-Diabetes, “atendiendo a los costes que conlleva el tiempo empleado en hacer la visita al hospital, la propia consulta y el tiempo empleado por el profesional para atender al paciente, se ha visto que existe un 50% de reducción en el impacto económico cuando trasladamos los minutos ahorrados a euros. Esto es difícil porque el coste del tiempo empleado es complejo, pero sí podemos decir que los pacientes que hacían el seguimiento telemático tenían la mitad de minutos empleados para efectuar todo el programa en relación a los que realizaban las visitas tradicionalmente, un ahorro más que significativo para el paciente y el sistema”. Este resultado va acompañado de una reducción idéntica en cuanto al parámetro principal de control metabólico que es la hemoglobina glicosilada, en ambos grupos.
En lo que se refiere a los conocimientos adquiridos por el paciente, la adherencia terapéutica, y la calidad de vida, la mejoría también ha sido notoria. Por tanto, “concluimos que la telemedicina en este grupo ofrece una calidad de vida y una atención similar a la tradicional con una clara disminución de los costes, especialmente para el paciente”, explica Esmatjes.
Estos resultados se podrían extrapolar a otras enfermedades crónicas o dentro de la misma enfermedad a pacientes con Diabetes Mellitus tipo 2 (DM2), aunque el enfoque del tipo de intervención “debería ser diferente, ya que no se da un enfoque centrado en el manejo del tratamiento con insulina, sino que ha de estar centrado en la educación y en conseguir cambios en el estilo de vida. Aunque, sin duda, poder intervenir a distancia mediante cualquiera de los múltiples sistemas telemáticos que hay en DM2 es igualmente efectivo”