El farmacéutico posee el mayor poder prescriptor de todo el sector cosmético
21 de marzo de 2013
La dermofarmacia tiene un gran potencial dentro de la oficina de farmacia. Es la conclusión de la mesa redonda '¿Dónde compramos los cosméticos y por qué? Estrategias en farmacia', que tuvo lugar en Infarma y fue moderada por Núria Bosch, vocal de Dermofarmacia y Productos Sanitarios del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona. El canal farmacia es, de hecho, el que mejor está soportando la crisis y el que ha caído menos de todos los canales de venta en lo referido a perfumería y cosmética.
La compra de productos de dermofarmacia es el motivo de visita más frecuente en la oficina de farmacia urbana, según un estudio realizado por la
Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (Stanpa). Lo explicó Óscar Mateo, responsable del área de formación y de mercado de la asociación, quien también señaló que “en la farmacia, el usuario busca la recomendación del profesional y un plus de fiabilidad y calidad”. En este sentido, se refirió a que el farmacéutico debe invertir tiempo en esta recomendación y en el asesoramiento haciendo explícitos sus conocimientos de piel y galénica, y la función y la calidad del producto que ofrece. Todo ello a través de una comunicación muy cuidada y con el producto debidamente señalizado y colocado en un espacio limpio y ordenado.
“El farmacéutico tiene una capacidad de influencia extraordinaria que no está ejerciendo” según Mateo, quien subrayó que, según el estudio, el farmacéutico posee el mayor poder prescriptor de todo el sector cosmético porque es percibido como un profesional cualificado que ofrece un producto de calidad. “Debe reforzar y subrayar esta identidad, esta es la clave”, remarcó. Destacó también que hay que interactuar más con el usuario para que obtenga una experiencia de compra satisfactoria y que, además, tiene más tiempo para hacerlo porque el promedio de tiempo en la compra es muy alto: cinco minutos en higiene y nueve minutos en belleza.
Óscar Mateo, Núria Bosch, Rosa Maria Valls, Josep Maria Garcia i Gerard Costa, durante la mesa redonda.
Rosa M. Valls Carrera, directora de la división Avène en Pierre Fabre Ibérica, habló también el papel asesor y la credibilidad del farmacéutico en dermocosmética. Asimismo, apostó por “una farmacia del siglo XXI y no del siglo XX en la que todo el equipo está bien formado a nivel técnico y comercial, así como abierto al entorno y a las novedades que nos rodean”. Valls indicó que es importante conocer y transmitir lo que hay detrás de un producto, su calidad y sus valores diferenciales.
La formación es uno de los aspectos en los que incidió Josep M. García, presidente de Primaderm, que comentó que el farmacéutico necesita más preparación en los problemas de la piel y debe interesarse más por el producto que ofrece, así como esforzarse en su atención al consumidor.
Gerard Costa, profesor titular de ESADE-URL del Departamento de Dirección de Marketing, destacó que nos encontramos en un nuevo escenario en el que el consumidor modifica sus hábitos constantemente y que el farmacéutico debe estar atento a todos estos cambios para situarse en el mercado y comunicar su papel. Y potenciar la interacción con el usuario para favorecer su fidelización.