Miguel Mateos, de Tecnalia, miembro del Comité Técnico del Congreso Asefave

Tecnalia realiza una labor de asesoramiento y acompañamiento a empresas en su adaptación a la innovación tecnológica para conseguir que sean más competitivas y puedan generar riqueza y empleo. Como centro tecnológico, trabaja también en el ámbito de las fachadas y ventanas. Miguel Mateos es responsable evaluación de productos con construcción innovadores en Tecnalia.

La envolvente es crítica si se quieren lograr los objetivos de neutralidad climática en la edificación. Los elementos en los que se centra el Congreso (ventanas, fachadas y protecciones solares) son especialmente relevantes para el cumplimiento de estos objetivos, ya que deben conjugar su capacidad de permitir la relación con el entorno con criterios de eficiencia energética elevados. Es tal su importancia que cualquier estrategia para alcanzar dicha neutralidad climática que no los tenga en cuenta está abocada al fracaso. Es decir, si no los diseñamos y ejecutamos teniendo en cuenta el entorno y sus condiciones climáticas, así como el uso que vamos a hacer tanto de ellos como de los recintos, será imposible que se obtengan los objetivos propuestos.

A pesar de las líneas de fondos Next Generation, la rehabilitación del parque de edificios existentes no parece despegar o, al menos, lo hace más lentamente de lo previsto. Y el problema parece radicar más en las trabas burocráticas que en aspectos técnicos. En el mercado hay buenas soluciones para mejorar la envolvente del edificio, muchas de ellas enfocadas principalmente a la rehabilitación, pero el papeleo necesario y la demora en recuperar los fondos invertidos, cuando no la inseguridad de si se recuperarán o no, retrae a los pequeños propietarios y las comunidades de vecinos. Es necesario implantar mecanismos que reduzcan esa carga burocrática, que aseguren que los objetivos de ahorro energético se cumplen, y que aseguren a los propietarios y comunidades el cobro en plazo de las ayudas.

En su día a día, el sector del cerramiento acristalado y la protección solar se enfrenta a nuevos retos como la descarbonización, la industrialización o la digitalización. Este es un sector que a lo largo de los años se ha mostrado muy dinámico y en el que cada empresa, en función de su conocimiento y capacidades, adopta soluciones para dar respuesta a estos retos. Pero ninguna empresa puede enfrentarse a estos retos en solitario y son necesarias soluciones comunes en las que todos los agentes del sector aporten valor. El I Congreso Internacional de la Ventana, la Fachada y la Protección Solar está llamado a ser un foro que permitirá la puesta en común tanto de las preocupaciones del sector como de las diferentes acciones llevadas a cabo por las empresas para solventarlas. Esa puesta en común acelerará, por parte de las empresas participantes, la adopción de soluciones que den respuesta a los retos del sector.

Solo por lo anterior el Congreso está ya más que justificado. Pero cuando hablo de puesta en común no me refiero solo a las ponencias. El Congreso va a permitir la interacción entre los asistentes, la profundización en las opiniones, el debate...Algo muy necesario, que enriquece al sector y que, de no existir iniciativas como esta, podría llegar a perderse.

Evidentemente las ponencias, como las de cualquier congreso, deben estar relacionadas con los temas propuestos por el Congreso (construcción industrializada, digitalización, circularidad...aplicados al mundo de la fachada, la ventana y la protección solar), deben ser innovadoras, rigurosas en su planteamiento, basadas en datos y experiencias, con análisis profundos de la información aportada, con conclusiones y, a ser posible, con unas conclusiones que puedan aplicarse a todo el sector.

Aunque cumplir lo anterior sin duda convierte a una ponencia en ‘ponencia ganadora’, a mí, personalmente, en este tipo de congresos y desde la experiencia que significa haber participado durante muchos años en la organización de las diferentes ediciones del Congreso de Fachadas, primero de CIDEMCO y luego de TECNALIA, siempre he valorado mucho aquellas ponencias que transmiten experiencias propias, independientemente de en qué campo se encuadren. Tener a un representante de una empresa o institución en el estrado, contando de primera mano a qué problemas se han enfrentado, qué estrategias han valorado, cuales han adoptado para superarlo y, finalmente, qué han aprendido en el camino, es algo que aporta valor a todos los que, en un congreso como este, nos sentamos frente al ponente.

No tengo duda que la cualquier conclusión va a ser positiva. La principal, que contamos con un sector dinámico, que lleva tiempo trabajando y preparándose para afrontar los retos que ya están aquí y que, como no puede ser de otra forma y ha sucedido en otras ocasiones, gracias a ese dinamismo y a su capacidad de innovación, va a estar a la altura de lo que se le pide.