El aluminio, un aliado clave en el futuro de la construcción sostenible
La industria del aluminio aplicado en cerramientos está viviendo un contexto de mucho potencial, ya que más allá de aquellos que se instalan en nuevas construcciones, se está produciendo un impulso general en todo aquello que se refiere a obras de reforma y rehabilitación. Este es un momento clave para el sector.
Todos los agentes de la industria de la arquitectura y la edificación debemos reflexionar con mayor profundidad sobre la emergencia ambiental y cómo acelerar en la medida de lo posible nuestras acciones para ayudar a cumplir los objetivos que marca el Pacto Verde Europeo de cara a 2050. Y aquí, el sector de la ventana y la fachada es clave y tiene mucho que decir. Sobre todo, teniendo en cuenta que, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica, alrededor del 55% del parque edificado español es anterior a 1980 y el 21% cuenta con más de 50 años.
La potencialidad de reforma y rehabilitación es, por tanto, enorme y la elección de los materiales más adecuados para ello, fundamental. El aluminio se presenta como un aliado clave, el mejor material posible, para los marcos de cerramientos eficientes que satisfagan los requerimientos más exigentes en cuanto a reducir la huella de carbono y a sostenibilidad se refiere; cuando digo mejor, estoy hablando de eficiencia energética, pero también de eficiencia ambiental, porque el aluminio es uno de los máximos exponentes de la Economía Circular, reciclándose infinitamente desde hace décadas, frente a materiales cuyos residuos al final de su vida útil no se reciclan. Y esto es imprescindible para hacer un planeta mejor, en el que ningún material acabe quemado o en vertedero y que ahorre la máxima energía a través de una larga vida útil y en todo su ciclo de vida, logrando cero emisiones y no empleando ningún aditivo tóxico ni peligroso. El aluminio es y será un material clave para la Economía Circular.
Inquietudes y desafíos
El sector de la ventana de aluminio se enfrenta a inquietudes y desafíos vienen marcados por los requerimientos de eficiencia energética, sostenibilidad y economía circular mencionados. Son retos que afrontamos y abordamos desde AEA, en representación de la industria, con la máxima rigurosidad. Se trata de poner sobre la palestra y en el canal del discurso público (y privado, con otros agentes), el valor añadido que ofrece nuestro sector y la situación que atraviesa para defender sus intereses globales.
El aumento de los costes energéticos y otros aspectos han afectado en el precio de los materiales, repercutiendo en todos los productos, sean del material que sean. El momento actual ha puesto sobre la mesa varios desafíos para nuestro sector en los últimos tiempos. No obstante, todo reto conlleva una oportunidad. Si sabemos interpretarlos de esa forma y trabajar en la buena dirección, nos pueden reportar ventajas relevantes. Los más urgentes y de mayor calado son la sostenibilidad ambiental, la optimización en el consumo de energía y el mantenimiento de las fuentes de suministro.
Nos enfrentamos a un horizonte en el que debemos encontrar nuevas fuentes de suministro, para lo cual debemos apostar por recursos lo más cercanos posibles. Para ello también debemos invertir por una industria propia, que indudablemente favorecería a nuestra economía y a las empresas del sector secundario, dotándolo de mayor estabilidad y reduciendo costes y volumen de emisiones. Como todo reto y desafío, se trata de un camino largo, pero que se ha empezado a recorrer y todos los agentes de la sociedad están cada vez más concienciados con esto.
El impulso de la sociedad y los consumidores
Es notorio el interés que tienen los consumidores en productos que tengan una respuesta mucho más eficiente y sostenible, aspectos en los que experimentan una creciente formación. Son mucho más exigentes y rigurosos a la hora de analizar y pedir unos materiales u otros, unas soluciones u otras… Ahora bien, como en todo, hay que seguir trabajando, haciendo mucha pedagogía sobre lo que ofrecemos y sobre lo que es sostenible y eficiente y lo que no lo es. Es otra línea en la que trabajamos intensamente desde la AEA.
Las ayudas y subvenciones establecidas en el marco de los Fondos Next Generation para la rehabilitación energética de los edificios, España sigue estando por debajo en cuanto a su ejecución real y a las expectativas. Según el Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE), en 2023 se solicitaron permisos de gran rehabilitación para 37.783 viviendas. Esto supone un 9,4% más que en 2022. Y echando la vista más atrás, a 2019, supone que las obras de mejora en edificios residenciales han crecido casi en un 50%. Pero, aun así, según sus cifras, estos resultados se quedan lejos de las esperadas a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. La mitad de lo esperado.
Finalmente, la innovación en el sector de los cerramientos de aluminio se está produciendo en los procesos de fabricación, en los que la industria española de transformación es puntera a nivel europeo, incorporando tecnologías 4.0, de reaprovechamiento energético, logística y almacenaje avanzado y el despliegue de instalaciones de autoconsumo. Además, las mejoras en las prestaciones de los productos y sistemas para arquitectura dan como resultado un marco donde el confort y el ahorro energético contribuyen a construir un futuro de construcción más eficiente y sostenible que, sin duda, redunda para todos en un beneficio como sociedad.