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Entrevista a Josep Miàs, Arquitecto

“Me interesa el edificio como máquina”

José Luis París - Joan-Lluís Zamora29/10/2021

Josep Miàs se define a sí mismo como un curioso, “me interesa todo”, afirma. Su interés va más allá de valorar la arquitectura desde el punto de vista formal, sino también desde el funcional. Las tripas y el esqueleto del edificio, como si fuera un organismo, son tan importantes como su vestido, la fachada, un lugar donde “puede llegar a ocurrir todo y que debe asumir más responsabilidad”, según sus propias palabras. La innovación y la investigación son los motores de su trabajo y defiende que la arquitectura es una disciplina más de las implicadas en el desarrollo de proyectos, junto a la ingeniería, la química, la filosofía o cualquier otra que pueda aportar algo al resultado final. Su experiencia como docente no hace más que constatar estos principios. De todo esto y de su colaboración con el añorado arquitecto Enric Miralles, hemos hablado en su despacho en el barrio de Gràcia de Barcelona, en una entrevista que ha concedido a AFL con motivo de la próxima exposición ‘MIÀS. The making of making (architecture)’, en el DHUB de Barcelona, del 12 de noviembre de 2021 al 9 de enero de 2022.

Detalle del esqueleto de iGuzzini, una de las obras más representativas de la obra de Josep Miàs
Detalle del esqueleto de iGuzzini, una de las obras más representativas de la obra de Josep Miàs.

El día 12 de noviembre de 2021 se abre al público en el DHUB, el Museo del Diseño de Barcelona, la exposición ‘MIÀS. The making of making (architecture)’. ¿Cómo surgió la idea de organizar esta exposición?

La exposición en el DHUB surge a raíz de la exposición en el Pompidou, que a su vez surgió a partir de unas conferencias en el extranjero. En una de ellas, estaba el director del Pompidou, quien me propuso hacer una exposición monográfica allí, que, incluso a pesar del Covid, ha sido un éxito. El centro Pompidou quiso adquirir todo el material de la exposición, así que hice una donación de 42 maquetas, 14 dibujos y 18 grabados. Se trataba de una donación muy grande. Al principio estaba previsto donar solo unas pocas maquetas, pero finalmente se quedaron 42, algunas de ellas muy grandes. Este material está previsto que pase a la colección permanente del Pompidou.

Esta exposición ha posicionado al estudio en el ámbito internacional. Yo no estoy acostumbrado a hacer demasiada promoción de aquello que hacemos, pero la noticia llegó al Ayuntamiento de Barcelona y desde allí se contactó conmigo. A los pocos días se encontró un espacio en el DHUB para hacer una exposición monográfica, cuyo inicio coincidirá con el cierre de la exposición en París.

Además, el Centro Pompidou ha puesto también mucho interés en la exposición en el DHUB y ha propuesto que esta sea una continuación de la de París, contrayendo una especie de ‘matrimonio’ entre ambas. Incluso, el catálogo de Barcelona se venderá conjuntamente con el de París.

Josep Miàs, en su estudio en el barrio de Gràcia, de Barcelona, durante la entrevista concedida a AFL - Arquitectura en Fachadas Ligeras...
Josep Miàs, en su estudio en el barrio de Gràcia, de Barcelona, durante la entrevista concedida a AFL - Arquitectura en Fachadas Ligeras.

¿Qué diferencias hay entre la experiencia del Centro Pompidou y la del DHUB?

El trato al que llegamos con el Pompidou comprende la cesión gratuita del material a cualquier museo que yo solicite, con la condición de solicitarlo con un tiempo de antelación. Como para la exposición en el DHUB no podíamos cumplir con esta condición de los plazos, en Barcelona presentaremos nuevo material, aunque con réplicas idénticas de una decena de las maquetas que se encuentran en París.

Una de las maquetas exhibidas en la exposición que la obra de Josep Miàs ha protagonizado en el Centro Pompidou de París. Fotografía: Adrià Goula...

Una de las maquetas exhibidas en la exposición que la obra de Josep Miàs ha protagonizado en el Centro Pompidou de París. Fotografía: Adrià Goula.

En ambos casos, la exposición se ha planteado de manera muy diferente. En el Pompidou se trata de un reconocimiento y he incluido piezas y maquetas muy específicas tratadas con la consideración de obras de arte.

La exposición de Barcelona, en cambio, está montada desde el punto de vista de explicar procesos de trabajo. Incluso pensé que los patrocinadores fueran equipos líderes en investigación y desarrollo, empresas que estuvieran relacionadas con el trabajo que hacemos pero que además tuvieran un importante componente de investigación e innovación.

También contamos con patrocinadores institucionales, el Ajuntament de Barcelona como principal.

La exposición en el Pompidou es un reconocimiento a la obra de Josep Miàs...

La exposición en el Pompidou es un reconocimiento a la obra de Josep Miàs, incluyendo piezas y maquetas muy específicas tratadas con la consideración de obras de arte. Fotografía: Adrià Goula.

¿Cómo se estructura la exposición de DHUB, cuáles son sus objetivos?

La exposición, que se concreta en 500 m2, abre la puerta a bastantes reflexiones. En una pared estarán explicados todos los proyectos con fotos y planos, con una lectura muy convencional y académica, mientras que en otra zona habrá materiales de investigación, con la exposición de más de 70 maquetas. En otra pared habrá una exposición del archivo de fotografías de todas las maquetas que tenemos en el despacho, que son más de mil, repartidas en varios locales.

En la exposición se verá que existe una catalogación de todos los materiales del despacho, de los dibujos, las maquetas, planos grandes que darán evidencia de las entrañas de los edificios, básicamente las instalaciones del edificio. Estos planos de instalaciones a menudo parece que sean tabú para los arquitectos, pero yo creo que es fantástico poder apreciar una sección del edificio y ver cómose ordenan las instalaciones, casi como si fuera un organismo vivo. También habrá planos de las estructuras, de los esqueletos resistentes de los edificios.

Maquetas y dibujos de la exposición de Josep Miàs en París. Fotografía: Adrià Goula
Maquetas y dibujos de la exposición de Josep Miàs en París. Fotografía: Adrià Goula.

La exposición se cierra con una sección que se llamará Rayos X, donde se reflexiona sobre cómo se arruinarán nuestros actuales edificios, sobre cómo de aquí a 30 o 50 años se le caerán los revestimientos y veremos qué quedará de ellos. En realidad, es una muestra de fotos de los edificios en construcción que, tratadas, acaban siendo imágenes de su futuro incierto. Esta reflexión cierra la exposición, con diez proyectos nuestros deteriorándose, oxidándose, una situación que nos permite pensar cómo puede acabar ese edificio y nos ayuda a tomar decisiones en el presente, mientras se construye.

Catálogo de la exposición de MIàs en París
Catálogo de la exposición de MIàs en París.

La exposición también cuenta con el patrocinio del mundo industrial. ¿Qué empresas han colaborado y qué valores se han tenido en cuenta para su participación en este proyecto?

Aunque la exposición es el entorno donde explicarnuestros proyectos y nuestra manera de trabajar, hemos dado pie a que las industrias patrocinadoras se expresen ellas mismas, que no sea solo un patrocinio sino una relación de colaboración conjunta en el diseño de la exposición.

Estos patrocinadores son Hewlett Packard, iGuzzini, Vidresif y ConsolisTecnyconta. Todos ellos tienen un fuerte componente de innovación e investigación, con los que hemos trabajado ya en diferentes proyectos.

Toda la impresión sobre soporte físico, papel, plástico, vinilo, … va a cargo de Hewlett Packard, porque a través de esta exposición la empresa HP presentaunas tintas específicas biodegradables, su más reciente tecnología que todavía no ha lanzado al mercado.

iGuzzini, cuya sede es obra de Josep Miàs, es uno de los patrocinadores de la exposición en el DHUB
iGuzzini, cuya sede es obra de Josep Miàs, es uno de los patrocinadores de la exposición en el DHUB.

Otra empresa involucrada es iGuzzini, de la que hicimos la sede corporativa en España. Es líder en iluminación, por lo que quiere hacer una apuesta fuerte sobre cómo iluminar esta exposición.

Por su parte, Vidresif se encargará de la impresión en vidrio, emulando la manera en que dibujamos los croquis sobre papel transparente. En esta exposición todo el dibujo se imprimirá sobre vidrio y lo hará esta empresa, que en estos momentos ya es líder en el sector del vidrio, pero que además lanza al mercado una nueva forma de impresión sobre vidrio, una innovación que será muy importante en España. Se trata de una impresión en las diferentes capas que forman el vidrio, formando de esta manera una imagen de profundidad por superposición, sin perjudicar la transparencia del vidrio. Buscamos un efecto similar al que se produce cuando se dibuja sobre papel translúcido en el momento de hacer un proyecto y Vidresif ha conseguido trasladar ese concepto al vidrio.

Vidresif se la ha jugado con nosotros, porque la condición era agotar todas las posibilidades de impresión sobre vidrio. Es un vidrio sobre el que puedes proyectar, un vidrio que se puede retroiluminar, que permite la impresión sobre las diferentes capas que lo componen, con posibilidades de opacidad, de pixelado… Existen muchas posibilidades de desarrollo en el mundo de las tintas para vidrio.

Maqueta de la obra Mercat de Barcelona, una de las adquiridas por el Centro Pompidou para su colección permanente. Fotografía: DelRioBani...
Maqueta de la obra Mercat de Barcelona, una de las adquiridas por el Centro Pompidou para su colección permanente. Fotografía: DelRioBani.

La cuarta empresa que ejerce de patrocinador es Consolis Tecnyconta, fabricante de GRC. Con ellos estamos trabajando en un pequeño clúster de investigación con el que hemos desarrollado una técnica que llamamos Fototransfer para imprimir el GRC mediante unas tintas especiales. Esta técnica permite que las tintas, como si se tratara de una calcomanía, se transfieran a la pasta de GRC y esta quede impregnada. En el DHUB presentaremos tres paneles gigantes, con transferencia de pigmentos y poliuretano, que desarrollé personalmente junto a otros miembros del despacho en las instalaciones de Tecnyconta en Tauste, Zaragoza. Creo que sorprenderán porque nunca se han visto paneles con estos tratamientos de colores y con unas calidades que casi parecen cerámica.

Ya hemos desarrollado e instalado paneles de GRC ilustrados con esta técnica en el mercado de Can Vidalet, (Esplugues). También estamos desarrollando unos paneles para el mercado de La Plana, en Esplugues, empleando otra técnica de transferencia en la masa del GRC. Creo en este material porque el proceso de pintado todavía se aplica con pistola manual, y estoy convencido de que se puede llegar a industrializar mucho más. En estos momentos, hemos formalizado un convenio de colaboración de I+D con Tecnyconta Consolis porque el futuro de la fabricación de GRC pasa por la robotización y estamos utilizando unos softwares que todavía no se emplean en el mercado.

En el título de la exposición destaca la expresión (architecture), así, entre paréntesis. ¿Por qué esa llamada de atención?

La exposición del DHUB tiene su nombre en inglés, ‘The making of making (architecture)’, porque es una cita de un profesor de la Bartlett School of Architecture, la escuela de arquitectura de la University Collegeof London (UCL), en la que soy profesor y en la que organizo los clústers de investigación. La alusión a ‘The making of making’ se refiere a la intención de explicar procesos. En la Bartlett dirijo un departamento de investigación y hacemos también proyectos de ingeniería, donde los arquitectos tenemos una presencia mínima en el equipo, casi un 10%. He ahí el porqué del concepto arquitectura entre paréntesis.

El último proceso de investigación en el que hemos trabajado es el del funicular del Tibidabo, la ‘Cuca de Llum’, una colaboración con la ingeniería Leitner, responsable de la Noria de Londres. Tuvimos con ellos gran empatía y lo hemos diseñado todo. Es un tren totalmente panorámico, con un techo totalmente de vidrio; cuando se baja en él desde el Tibidabo, se ve toda Barcelona. Con colaboraciones de este tipo queremos explicar cómo los arquitectos tenemos algo que decir también en el mundo de la ingeniería. Hacemos arquitectura, pero cuando tenemos la oportunidad de diseñar una máquina y de entender cómo funcionan los organismos interiores, como por ejemplo este tren, es algo que también nos apasiona. Tuvimos que implicarnos a fondo para cambiar los sistemas de refrigeración, integrar en el suelo los paneles de control… Este tren que ha resultado es todo un lujo, todo está muy bien diseñado, pensado y ejecutado.

La Cuca de Llum, uno de los últimos proyectos en los que ha participado Josep Miàs, en colaboración con la ingeniería Leitner...
La Cuca de Llum, uno de los últimos proyectos en los que ha participado Josep Miàs, en colaboración con la ingeniería Leitner.

¿Qué relación se establece entre la industria, la arquitectura y la ingeniería?

Es básico conseguir alianzas con la industria. Mi docencia en Londres se fundamenta en localizar una industria y desarrollar con mis alumnos soluciones para los problemas técnicos que ésta pueda tener. Es diferente a cómo se plantean estas cuestiones aquí en las escuelas de arquitectura, con una manera más de enunciado académico, que puede gustar más o menos, pero que más allá del procedimiento académico, no tiene mayor responsabilidad. En Londres asumimos cierta responsabilidad. Cuando Airbus contrató a mi grupo de investigación para trabajar sobre la aerodinámica de las alas, no podíamos perder el tiempo. A mí esta vinculación con la industria me interesa mucho y en el panorama actual, eso aquí aún no existe. Creo que nuestro trabajo cada vez más ha de tener este compromiso con la tecnología y la innovación. La arquitectura acabará teniendo un resultado mucho más formal ligado a estos conceptos de sostenibilidado de mundo digital, pero lo que más me interesa es todo el camino como procesos que asume un reto tecnológico. A pesar de la habilidad en el desarrollo de las formas, a mí me interesa mucho más el edificio como máquina.

Por eso estamos haciendo proyectos tan diversos: hemos hecho vivienda para el Institut Municipal de l’Habitatge i Rehabilitación de Barcelona (IMHAB), el tren del Tibidabo o hemos diseñado la atracción del Embruixabruixes, también para este parque de atracciones, a la que hemos dado una nueva orientación gracias a la tecnología digital. Me considero creativo y curioso. Yo soy un curioso que está atento a todo. Me interesa todo. Cuando visito Vidresif, Tecnyconta, iGuzzini, HP u otras empresas vinculadas a nosotros, me interesa ver cómo trabajan, las máquinas que emplean, sus recursos tecnológicos aplicados a la producción.

La exposición del DHUB se enmarca dentro de los actos de homenaje que el Ajuntament de Barcelona rinde a Enric Miralles con motivo del 20º aniversario de su fallecimiento. Usted trabajó junto a él durante diez años.

Sí, es un pequeño homenaje a Enric Miralles porque, como él mismo decía, la mejor manera de aproximarse a un arquitecto es a través de su obra. Yo nunca he hablado mucho de Enric, porque la mejor manera de hacerlo es trabajando. En el caso de la exposición, creo que se ve muy claramente que hay un tributo a su figura, pero aparte habrá una maqueta que explica esta relación y que es un homenaje hacia él.

El hecho de que esta exposición se celebre dentro de los actos de conmemoración del veinte aniversario de su fallecimiento también me hace ilusión, porque cuando finalice la exposición de mobiliario diseñado por Enric, que también se hace en el DHUB, nosotros continuaremos y, simultáneamente habrá la exposición en su honor que se hace en la ETSAB, la Escuela de Arquitectura de Barcelona.Y además tenemos la actual exposición de Jean Prouvé en el CaixaFòrum de Barcelona, que reivindico como un arquitecto que también me ha influido, porque es una exposición llena de prototipos y artefactos. Prouvé se reivindicaba como un constructor, porque la belleza es la evolución de un buen construir o un buen hacer y, por tanto, nuestra exposición formará parte de este contexto.

Enric Miralles, en el centro de la imagen, acompañado de Josep Miàs, a la izquierda, y de Francesco Santoro, en la muestra Spain Academy, en Roma...
Enric Miralles, en el centro de la imagen, acompañado de Josep Miàs, a la izquierda, y de Francesco Santoro, en la muestra Spain Academy, en Roma.

¿Qué huella dejó Miralles en su obra, en su manera de trabajar?

Lo raro sería que no se notara su influencia en nuestra obra. Trabajando tantos años juntos casi se adoptan hasta sus palabras. Con Enric hablábamos dibujando. Todo lo que se escribe sobre él me interesa muy poco, pero todo lo que se dibuja sobre Enric Miralles me interesa muchísimo. Nosotros dibujábamos una sección en un mismo papel vegetal DIN A0, él la hacía desde un lado de la mesa y yo desde otro. De repente, Enric me preguntaba qué me parecía, y antes de que yo pudiera decir nada, giraba el papel y me decía que siguiera yo. Era una opinión a través del dibujo, y no podías dar una opinión si no la dibujabas. Esta importancia del dibujo como lenguaje es lo que más se reconoce de mi trabajo, el dibujo como medio de comunicación, como medio de investigación o medio de registro. Además, el dibujo realizado con un tremendo rigor geométrico.

Más allá de los que compartimos despacho o docencia con Enric, incluso aquellos que no lo han conocido en persona, muchos se han sentido identificados con él. Lo que le hace grande no es que tenga unos discípulos o continuadores, sino que haya tanta gente participando de su manera de entender la arquitectura

He tenido el privilegio de poder estar con él diez años, el privilegio de que fuera mi profesor y de entrar a trabajar en su despacho e impartir clases con él justo desde entonces, donde fuera le acompañaba, Harvard, Frankfurt… hasta que nos dejó. Así, no estaba solo en el despacho o en las obras, sino en todas las actividades docentes donde a veces el diálogo es más distendido

¿En cuáles de sus obras esta influencia está más presente?

Si alguien busca influencias de Enric Miralles en mi obra, quizás ha de plantearse esta búsqueda al revés; es decir, debería pensar “la obra en la que está trabajando Miàs, ¿en qué proyecto de Miralles se advierte que estuvo dibujando?”. Cuando ves iGuzzini, o el puerto de Palafolls, con estas estructuras que tienen un papel tan importante en la definición final, se entiende en qué proyectos de Miralles estuve involucrado. Proyectos como el Pabellón Polideportivo de Huesca o el CNAR de Alicante, donde hay cierta musculatura, son en los que tuve mayor autonomía dentro del despacho y donde quizás aporté más.

Cuando entré en el despacho empecé colaborando en el proyecto del Cementerio de Igualada, haciendo pequeñas cosas de hormigón y luego estuve involucrado en él durante los diez años que trabajé allí. Participé en pequeñas estructuras de hormigón y en la capilla. Hay proyectos en los que no se identifica tanto mi diálogo con Miralles, pero en otros se ve muy claramente.

Pasarela de Palafolls, una de las obras de Josep Miàs donde más se nota la influencia de su trabajo con Enric Miralles
Pasarela de Palafolls, una de las obras de Josep Miàs donde más se nota la influencia de su trabajo con Enric Miralles.

Más allá de todo esto, Enric consiguió hacer una arquitectura con un peso y una presencia que costará mucho superar. Marcó una generación de arquitectos, y todavía ahora no se acaba de ver el valor que esto tiene, sobre todo porque su arquitectura necesita de unos cuidados excesivos para los momentos en los que estamos. Quizás por eso, en la arquitectura que estamos haciendo ahora en el despacho buscamos que las obras tengan una serie de puntos clave que aguanten mejor el paso del tiempo, capaces de soportar muchas tensiones. De ahí, la importancia de la parte en la exposición que muestra cómo se arruina un edificio, porque te obliga a pensar en cuáles son los puntos que deben perdurar y muchas veces acaba estando en el esqueleto. De hecho, es una geometría irrompible, que resiste. En la obra de Enric había proyectos que aguantaban y otros que no ofrecían tanta resistencia a la agresión.

JLZ- No sabía que estabas en Bartlett y ahora entiendo muchas cosas. Dirigí el doctorado de una estudiante de esa universidad y me sorprendió en muchas cosas, sobre lo que se estaba haciendo allí. Ahora lo entiendo, veo que se respira otra actitud diferente. Aquella chica no dibujaba, sino que programaba. Constato lo que nos has explicado hasta ahora y considero que hay que defender la singularidad de la palabra innovación porque implica procesos. En el ámbito que nos ocupa, como medio divulgativo, la de la fachada ligera es una industria muy potente, capaz de realizar soluciones para edificios altos u otros proyectos singulares en los que el arquitecto se expresa más violentamente y fuerza la fachada. Esto obliga a trabajar conjuntamente con la industria y defender los procesos. En este sentido, como arquitectos y como industria, ¿qué tendríamos que dejar de hacer y qué alternativas deberíamos emprender? Quizás sea momento de dejar de aplicar prácticas que han sido muy útiles, pero que ya no responden a lo que ahora se nos pide, deberíamos ir aplicando con naturalidad habilidades que no están por ahora en ningún plan de estudios de arquitectura.

El hecho es que nosotros trabajamos habitualmente con esqueletos y que la fachada acaba siendo como un vestido. El último proyecto en que hemos trabajado es el de Andorra Telecom y aquí todo ocurre en la fachada. En lugar de climatizar los espacios interiores, las fachadas integran unos cojines térmicos. Y por el anillo perimetral de 1,5 metros de ancho que las une pasan todos los circuitos de instalaciones convencionales, las redes y las posibles instalaciones que puedan venir en el futuro. Al final, la fachada acaba adquiriendo el protagonismo de todo el proyecto. Para poder ceder todo el protagonismo a la fachada se ha de poder industrializar y casi implementar de manera mecánica, los diferentes paneles se han de poder conectar entre sí. En estos casos los conflictos siempre aparecen en las juntas, en las conexiones.

Todo se lleva a la fachada, incluso en el caso del tren del funicular. Sus paredes, que son las piezas que se hacen en fábrica, integran todos los equipamientos. Si abriéramos una de las chapas veríamos en el interior de sus paredes los circuitos de todas las instalaciones, incluso la climatización.

Las paredes del funicular Cuca de Llum integran todas los equipamientos del tren

Las paredes del funicular Cuca de Llum integran todas los equipamientos del tren.

A mi entender, el futuro de las fachadas no pasa, posiblemente, por hacerlas más delgadas, sino más gruesas, pero cargándolas de más responsabilidad. Ya no es solo el lugar donde se da el intercambio con las condiciones exteriores: la fachada puede albergar también la captación de energía y puede ser el lugar que informa un proyecto de edificio. Muchos de los proyectos acaban simplemente en el vestido. La Bartlett tiene un departamento que está trabajando en tejidos conductores que repelen el agua, captan energía. En mi equipo de proyectos, pero yo soy el único arquitecto.¡Y somos quince personas! Hay un especialista en robótica, un ingeniero, un filósofo… Si todo lo sigue haciendo únicamente un arquitecto no se avanzará. Si aplicamos estos vestidos conductores, las fachadas acabarán adquiriendo mayor responsabilidad y acabarán siendo las que resuelvan muchos de los proyectos. La fachada tendrá un primer abrigo y un segundo, pero éste será el que incorpore la información.

Tienes razón en que la palabra clave es innovación. A mí todo lo que sea innovación y curiosidad me interesa. Cuando hicimos la sede de iGuzzini con el tejido de Serge Ferrari, que era un material de recubrimiento exterior, lo que me interesó de entrada fue saber de qué estaban hechas estas fibras. Ya se empezaba a hablar de tejidos que pudieran eliminar el CO2. Yo me preguntaba si no podían tener algún tipo de componente que ejerciera esta función. Aquí es donde más me interesa trabajar sobre las fachadas.

Hay una serie de fachadas ligeras que conocemos, que pueden ser más estrechas o más gruesas, pero a mí me interesa contar con las tecnologías más innovadoras para incorporarlas a este vestido. Para encontrar estas respuestas puedo buscar también en departamentos de química, por ejemplo.

Sede de iGuzzini con el recubrimiento exterior de la fachada
Sede de iGuzzini con el recubrimiento exterior de la fachada.

No sé si de aquí a 20 años un edificio será capaz de generar su propia energía, pero sería lo deseable. Hay una serie de cosas que han de cambiar, y estos cambios vendrán de la innovación, de la investigación, de la tecnología, de muchos otros ámbitos de la investigación que no son propios de la arquitectura, pero que pueden decir y aportar mucho.

El ejemplo citado del tren, en el que abriendo sus paredes vemos que todas las instalaciones y funciones pasan por allí, en un grosor de solo 12 centímetros, nos lleva a pensar que quizás con las fachadas podríamos hacer lo mismo.

JLZ- Me ha llamado la atención cómo ha evolucionado la impresión en vidrio, en fibras de cemento, de carbono o en muchos otros materiales. Es un proceso que está evolucionando en muchos materiales que habían tenido texturas propias, como la cerámica o la madera. Ahora tenemos maderas casi transparentes y con el vidrio ha pasado igual. Si tenemos en cuenta la historia anterior del material, el vidrio transparente es casi la excepción, se llegó a ello en los últimos siglos, costó mucho obtener la transparencia actual. Sin embargo, ahora necesitamos que el vidrio u otros materiales sean un soporte comunicativo. Lo vemos en muchos materiales, por ejemplo los vinilos se están adhiriendo sobre otros materiales como tejidos, metales. Es una reflexión de cómo los hombres cuando conseguimos depurar al límite un material, al final queremos dejar nuestra huella cultural sobre él. Se está llegando a ‘destilar’ el material. Es algo que está pasando incluso con el oro, estamos viendo unos panes dorados donde no se percibe ya la textura del metal. Esta es una reflexión de un proceso similar que estamos viendo en muchas fachadas.

Al final hay un componente emocional, la materialidad de la arquitectura debe emocionar. La aplicación de la tecnología o de la innovación puede, en un principio, paralizar el proceso creativo, pero el fin último es emocionar. En mi obra llevo al límite estos procesos, pero finalmente lo que nos impresiona es la sorpresa. Cuando empiezas con los primeros ‘renders’ de un proyecto es emocionante, pero llega un momento en el que has de pensar en el mensaje, la materia debe volver a tener protagonismo.

Josep Miàs y Joan-Lluís Zamora, en un instante de la entrevista
Josep Miàs y Joan-Lluís Zamora, en un instante de la entrevista.

JLZ- La imperfección puede estimular la creatividad…

Yo estuve en el proyecto del edificio de Gas Natural, de Miralles. El peculiar efecto del reflejo de los árboles de la Ciutadella en una de las fachadas se debe a que utilizamos vidrios algo 'defectuosos'. Aquel muro cortina se hizo con vidrios que no cumplían 'estrictamente' con la normativa vigente de planeidad, y por eso reflejan de una manera diferente.

El Enric Miralles profesor decía: “¿Qué es una clase? Es romper automatismos”. Igualmente, en nuestro trabajo, la arquitectura, rompemos automatismos cuando empezamos a innovar y aquí es donde yo me siento cómodo.

Empresas o entidades relacionadas

Iguzzini Illuminazione España, S.A.

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