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“Hasta ahora no ha existido una difusión amplia de las ventajas de la madera que haya llegado al público general”

Entrevista a Miguel Ángel Abián, jefe del Departamento de Tecnología y Biotecnología de la Madera en Aidimme

Javier García27/04/2021

El Instituto Tecnológico Metalmecánico, Mueble, Madera, Embalaje y Afines (Aidimme) es un centro tecnológico de ámbito internacional resultado de la fusión en 2016 de los institutos Aidima y Aimme. Hoy cuenta con unos 150 trabajadores, en gran parte, de perfil investigador o técnico, que centran su trabajo en la investigación de los sectores metalmecánico, del mueble, la madera, el embalaje e industrias afines. Actualmente, además, el centro está ampliando sus servicios avanzados también al sector de la construcción y rehabilitación. Miguel Ángel Abián, jefe del Departamento de Tecnología y Biotecnología de la Madera y responsable del área de I+D de Construcción en Madera de Aidimme, ha centrado su carrera en la investigación aplicada en las áreas de madera, construcción, sensórica e Inteligencia Artificial y es hoy un experto internacional de la madera en la construcción.

Miguel Ángel Abián, responsable del Departamento de Tecnología y Biotecnología de la Madera en Aidimme

Miguel Ángel Abián, responsable del Departamento de Tecnología y Biotecnología de la Madera en Aidimme.

En materia de madera, ¿dónde y cómo centra sus esfuerzos Aidimme?

Principalmente, en la investigación y desarrollo de nuevos materiales derivados de la madera, en la evaluación no destructiva de la madera, en su refuerzo, y en su preservación, tanto en estructuras como en obras de arte.

¿En qué investigan en la actualidad?

Trabajamos en cuatro líneas principales. Una de ellas es el desarrollo de soluciones innovadoras de refuerzo y reparación de madera estructural (proyectos Mend-Me y Restructmad). Trabajamos en soluciones in situ para reforzar y reparar la madera degradada y aumentar su resistencia mecánica, a fin de permitir rehabilitaciones rápidas y económicas que no requieran sustituir la madera por otros materiales. Nos hemos encontrado con obras privadas y del patrimonio histórico en que, por desconocimiento, la madera se ha sustituido por completo, innecesariamente y con un coste muy elevado.

¿En qué otras líneas trabajan?

En la monitorización de madera mediante sistemas de sensores inalámbricos (proyecto Sispatint). Tenemos un sensor inalámbrico con patente europea que estamos integrando en tecnologías y plataformas de Ciudades Inteligentes, y que ya ha sido instalado, entre otros inmuebles, en la Catedral de Valencia, el Mercado Central de Valencia, el Palacio de Superunda o Caprotti en Ávila y el Museo Vasco de Bayona.

La tercera línea es el proyecto Wall4Wood.

¿En qué consiste?

Está enfocada en desarrollar recubrimientos hidrofóbicos que eviten parcial o completamente la absorción de humedad por parte de la madera, lo que repercute en mayor estabilidad dimensional y protección frente a hongos xilófagos.

Por último, también estamos desarrollando nuevos materiales aislantes lignocelulósicos (es decir, de madera o de fibras vegetales) a fin de mejorar el aislamiento térmico y la eficacia energética de viviendas y edificios.

¿Cómo situaría nuestro país en materia de investigación en madera? ¿Se invierte lo suficiente en I+D en el sector de la madera?

En materia de investigación en madera, España se encuentra en una posición intermedia, por debajo de Alemania, Austria y países nórdicos. Como sucede por lo general en I+D, no se invierte lo suficiente. Afortunadamente, la situación está cambiando por las directrices europeas de materiales renovables y reciclables para construcción, así como por la demanda social.

En lo que respecta a la madera, ¿qué modificaría, si pudiera, en el CTE?

El CTE fue un enorme avance para la construcción en madera, pues estableció por primera vez la madera como un material de construcción normalizado, en pie de igualdad con materiales como el hormigón o el acero. Desgraciadamente, en nuestro país hay muchos profesionales que no han actualizado sus conocimientos sobre madera, como nos reconocen a menudo colegios profesionales y estudios de arquitectura.

Antes del CTE (2006), aún había pliegos de especificaciones de la madera que sonaban a grimorios medievales: “En una noche de luna llena, con el aullido de los licántropos, se talará el árbol cuidando de no rozar el muérdago de las ramas”.

¿Tanto?

Bueno, quizá exagero un poco, pero no mucho… Todavía recibo documentos en los que se afirma categóricamente: “La madera es un material natural y por tanto no admite clasificación”. No es así: mucho antes de que apareciese el CTE, ya existían normas y procedimientos para clasificar la madera y determinar su resistencia mecánica. Más que modificar el CTE, que en algunos aspectos es muy severo con la madera, preferiría primero que más profesionales profundizasen en el Documento Básico relativo a la madera.

¿Qué nos puede decir de la relación entre madera y eficiencia energética y la sostenibilidad?

La madera técnica (es decir, no solamente madera aserrada, sino también tableros derivados, madera contralaminada, microlaminada, etc.) es un material sostenible y reciclable, cuya producción requiere muy poca energía frente a otros materiales de construcción tradicionales. Además, su conductividad térmica es baja, por lo cual es un buen aislante térmico. Por todo ello, la madera es un material idóneo para su uso en bioconstrucción, arquitectura pasiva y arquitectura bioclimática.

Los edificios representan actualmente el 40% del consumo de energía mundial y el 36% de las emisiones de CO2 de la Unión Europea.

Es una cifra muy alta...

Sí, y muchos ciudadanos lo desconocen. Según diversas fuentes oficiales de la UE, mejorando la eficacia energética de los edificios puede reducirse un 5-6% el consumo de energía total de la UE y puede reducirse un 5% las emisiones de CO2.

En nuestro país, la larga época expansiva de la construcción nos ha dejado un gigantesco parque de viviendas de bajas calidades, en cuyo diseño y ejecución no se tuvo en cuenta la sostenibilidad ni la eficacia energética. A veces, paseando por Valencia, veo numerosas fachadas de edificios que son en realidad enormes puentes térmicos. Lo normal debería ser que los puentes térmicos, que son zonas en las que se pierde el aislamiento, sean puntos aislados o superficies muy reducidas del edificio, ¡no la fachada entera!

La modificación del CTE de diciembre de 2019, que conlleva la implantación obligatoria a partir de 2020 de los edificios de consumo de energía casi nulo (nZEB, en inglés), abre una gran oportunidad para la madera, tanto en obra nueva como en rehabilitación.

¿Por qué?

Porque es un material idóneo para mejorar la eficacia energética de las envolventes térmicas de los edificios actuales (fachadas, suelos, cubiertas). El uso de madera en construcción encaja de pleno con el Zeitgeist de una época dominada por el cambio climático. Un viejo mundo quiere seguir dependiendo del petróleo y de materiales no sostenibles, y un nuevo mundo desea energías renovables, ahorro energético y materiales sostenibles. La pugna entre ambos moldea ya nuestro presente, tanto en política internacional como en normativa técnica.

En comparación con otros aislantes térmicos, los materiales derivados de la madera siempre tendrán ventajas económicas y medioambientales: no son de origen petroquímico, no proceden de explotaciones mineras, se necesita poca energía para fabricarlos, su fabricación y reciclaje son sencillos, etc.

Usted es experto en tecnología y biotecnología de la madera. ¿Con qué argumentos trataría de defender la madera como material de construcción?

Muy resumidamente: es renovable —es el único material de construcción que puede plantarse—, reciclable, necesita poca energía para su transformación, tiene buenas propiedades de aislamiento térmico, es un sumidero de CO2 y hoy puede fabricarse madera técnica de forma normalizada e industrial con cualquier tamaño, sección o forma.

Por favor, háblenos de las propiedades mecánicas de la madera.

Es un material ligero, con buena resistencia para su baja densidad. Antes no se utilizaba para construcciones de más de 4 ó 5 alturas, pero los avances técnicos permiten construir desde hace años hasta rascacielos hechos totalmente de madera contralaminada o CLT, como el Mjøstårnet. Me gusta mucho de ese rascacielos noruego, que pude visitar mientras se construía, la combinación de un diseño arquitectónico contemporáneo y atractivo con el uso inteligente de un material tan tradicional como la madera.

Entonces, ¿es un material seguro y duradero desde un punto de vista estructural?

Sí, siempre que el material y el proyecto se ajusten a lo establecido por el CTE. En ocasiones, nos llegan proyectos cuyos requisitos no son adecuados para cumplir ese código y requieren nuestra revisión. Existen numerosos productos de madera para cualquier uso o proyecto, pero hay que saber elegirlos.

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¿Qué nos puede decir en cuanto a su resistencia, durabilidad y mantenimiento?

Hace tiempo que existen materiales derivados de la madera con buena resistencia y durabilidad, y lo importante es elegir los adecuados para el proyecto en cuestión. La madera en exterior necesita mantenimiento, pero cualquier material constructivo (hormigón armado, acero inoxidable…) lo necesita. Pero por algún extraño motivo suele pensarse que solo la madera precisa mantenimiento.

Me aparto un poco de su pregunta, pero hay un problema con la madera que me resaltó Jorge Piera Gregori, un arquitecto valenciano especializado en rehabilitación con madera.

¿Qué problema?

Él me preguntó: “¿Cuántas veces mi madre ha tenido un impacto positivo de la madera en construcción?”. Lo que quería expresar es que el público adulto no ha recibido ejemplos reales, cercanos, referentes a la construcción en madera. Y es cierto: por ahora no ha existido una difusión amplia de las ventajas de la madera que haya llegado al público general, como ha sucedido, por ejemplo, con el reciclaje o las energías renovables. Aidimme, en colaboración con Fevama y otras entidades, siempre ha fomentado el uso de la madera en construcción y carpintería técnica, pero para lograrlo necesitamos la colaboración de los medios de comunicación y las Administraciones Públicas.

Ha destacado sus ventajas, pero ¿qué nos puede decir de sus enemigos (fuego, humedad y xilófagos)? ¿Cómo se combaten hoy?

Son problemas ya solucionados hace tiempo: hay materiales derivados de la madera resistentes al fuego, a la humedad y a los xilófagos. La cuestión es conocer su existencia y saber cómo usarlos en un proyecto. Persiste la idea de que la madera para construcción es madera aserrada o troncos, cuando en verdad la madera técnica engloba cientos de productos derivados de la madera, algunos sumamente innovadores y con propiedades muy mejoradas.

¿Cree que en un futuro se consolidará la presencia de la madera en las construcciones de las grandes ciudades?

Es una tendencia incipiente y creo que se consolidará por motivos técnicos, normativos, medioambientales y sociales. España va retrasada en eso respecto a otros países, si bien en Cataluña y País Vasco ha habido ya avances en los últimos años. En la Comunitat Valenciana contamos con un proyecto pionero y muy interesante: el primer edificio público de oficinas de España con una estructura de madera contralaminada mixta, que estará terminado en 2023.

Aidimme ha colaborado con el Instituto Valenciano de la Edificación (IVE) en la elaboración de la parte de madera y derivados de la Guía Verde. Medidas medioambientales en la contratación pública en el ámbito de la edificación de la Generalitat, y animamos a las Administraciones Públicas a fomentar la contratación pública de edificación más sostenible.

“La madera técnica es un material sostenible y reciclable, cuya producción requiere muy poca energía frente a otros materiales de construcción tradicionales”

“Como sucede por lo general no se invierte lo suficiente en I+D. Afortunadamente, la situación está cambiando por las directrices europeas de materiales renovables y reciclables para construcción, así como por la demanda social”

“En nuestro país, la larga época expansiva de la construcción nos ha dejado un gigantesco parque de viviendas de bajas calidades, en cuyo diseño y ejecución no se tuvo en cuenta la sostenibilidad ni la eficacia energética”

Sobre Miguel Ángel Abián

Nacido en Soria, Miguel Ángel Abián Pérez es licenciado con Grado en Ciencias Físicas por la Universidad de Valencia, donde también cursó estudios de Ingeniería Electrónica y de doctorado. Además, realizó estudios adicionales de bases de datos y programación avanzada en Estados Unidos.

Abián ha dirigido su carrera profesional hacia la investigación aplicada en las áreas de madera, construcción, sensórica e Inteligencia Artificial, si bien es además analista, consultor y desarrollador senior de bases de datos y ERP para los sectores de la alimentación y la refrigeración industrial.

Ha sido coordinador o investigador en más de 47 proyectos europeos, nacionales o regionales y Redes de Excelencia, la mayor parte de ellos relativos a madera en construcción, arquitectura, sensores, Smart Cities, Smart Heritage, web semántica y visión artificial. Sus primeras actividades de I+D fueron en el Dpto. de Física Aplicada de la UV, en el campo de las microondas y los cristales fotónicos. Gracias a becas del Impiva y de la UPV pudo continuar su carrera como investigador. En 2006 fue investigador invitado en la Technische Universität München en el Departamento de Sistemas de Medida Distribuidos, donde trabajó en algoritmos de Inteligencia Artificial. En 2007 ganó un premio de investigación Bancaja-UPV. En 2009 ganó un premio internacional Schweighofer Innovation Prize por Cadix, un sistema de alarma basado en sensores inalámbricos que detectan de forma precoz la degradación de la madera en edificios.

Dirigió técnicamente y coordinó el proyecto Nodos-Turismo, relacionado con Ciudades Inteligentes, que ganó en 2018 el Premio a la Investigación e Innovación Turística de la Comunitat Valenciana. Fue investigador y miembro del Comité Técnico de los proyectos europeos SHBuildings y SHCity, relacionados con Ciudades Inteligentes y con la conservación del patrimonio histórico. Este último, por la importancia de sus resultados, recibió de la UE el sello del Año Europeo del Patrimonio Cultural 2018. Es inventor de 7 patentes relacionadas con sensores, visión artificial y nuevos materiales; autor de más de 40 artículos científicos o técnicos; y coautor de 9 libros y guías técnicas. Se incorporó a Aidimme en 1998, y desde 2010 es el jefe del Departamento de Tecnología y Biotecnología de la Madera de Aidimme. Actualmente trabaja con interés en proporcionar servicios avanzados al sector de la construcción y rehabilitación.

Empresas o entidades relacionadas

Instituto Tecnológico Metalmecánico, Mueble, Madera, Embalaje y Afines

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