S&P Global Commodity Insights publica sus Perspectivas Energéticas 2025
La consultora S&P Global Commodity Insights presentó su informe anual sobre las perspectivas para 2025. En un escenario marcado por conflictos internacionales, avances tecnológicos y una transición energética desigual, los mercados energéticos enfrentan un grado de incertidumbre sin precedentes desde la pandemia, según apuntaron fuentes de S&P Global Commodity Insights.
Dave Ernsberger, co-presidente de S&P Global Commodity Insights, resumió el panorama actual: “Hay tendencias tecnológicas y fundamentales emergentes que claramente tendrán un impacto en los mercados durante el próximo año, aunque no se sabe cuán significativo será su impacto”. Por su parte, Mark Eramo, también co-presidente, añadió: “El mercado de combustibles fósiles enfrenta un delicado equilibrio entre una oferta creciente y una demanda que se desacelera”.
"La OPEP+ ha manifestado su intención de aumentar el suministro de crudo, aunque, tras retrasar tres veces su plan de deshacer los recortes de producción, no está claro si podrá recuperarlo en 2025 sin que los precios caigan por debajo de los 70 dólares por barril". Imagen de drpepperscott230 en Pixabay.
El informe destaca que, a pesar de los avances en renovables y nuclear, el equilibrio entre la oferta y la demanda energética global, sumado a las tensiones geopolíticas, continuará siendo complejo en 2025. Según S&P Global Commodity Insights, las decisiones políticas y tecnológicas serán determinantes para moldear el futuro del sector energético en los próximos años.
“En el caso del petróleo, la OPEP+ ha manifestado su ambición de que el mercado vuelva a tener suministro, aunque, tras retrasar tres veces su plan de deshacer los recortes de producción, no está claro si podrá recuperarlo en 2025 sin que los precios del crudo caigan por debajo de los 70 dólares por barril (b). De manera similar, otra ola de suministro de gas natural licuado (GNL) de América del Norte comenzará a llegar al mercado en serio en 2025, lo que debilitará los precios mundiales del GNL, pero impulsará los precios del gas en Estados Unidos, aunque el momento de finalización del proyecto y el grado de previsión de los productores para aumentar el suministro antes del aumento determinarán en última instancia el impacto relativo. Algunas materias primas energéticas importantes están en picos de demanda mundial o se están acercando a ellos, lo que genera decisiones difíciles para ciertas industrias, como la refinación, mientras se adaptan a la dinámica cambiante del mercado”, señalaron desde S&P Global Commodity Insights.
Diez claves para la Perspectiva Energética 2025 - S&P Global Commodity Insights
Regreso al futuro: el segundo mandato de Trump tendrá grandes impactos en la política y los mercados
Con la elección de Donald Trump para un segundo mandato como presidente de los Estados Unidos, se espera un cambio significativo hacia un camino muy diferente en las políticas de energía y clima, en comparación con los cuatro años de la presidencia de Biden. Basado en las acciones de la administración Trump anterior, las declaraciones realizadas durante la campaña electoral y las recomendaciones del informe Project 2025, es probable que esta nueva administración busque retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París, rescindir y redactar nuevamente las regulaciones existentes sobre emisiones vehiculares, debilitar las regulaciones sobre el metano y reducir el apoyo a la adopción de vehículos eléctricos (EV), apuntaron desde la consultora.
Además, se espera que la administración Trump apruebe permisos de exportación para todos los proyectos pendientes de GNL (gas natural licuado), lo que podría respaldar decisiones finales de inversión (FID) en la segunda mitad de 2025. Aunque una derogación completa de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) de la administración Biden es improbable debido a las reglas de obstrucción del Senado, es probable que la mayoría republicana en el Congreso utilice el proceso de reconciliación presupuestaria para derogar al menos partes de la IRA.
El cambio en la administración estadounidense también plantea interrogantes sobre la política exterior del país, que podría afectar a los mercados energéticos, específicamente los conflictos en curso en Rusia/Ucrania y Oriente Medio, así como la implementación de sanciones a las exportaciones de petróleo iraní. Además, el presidente electo Trump ha prometido implementar y aumentar los aranceles a las importaciones de varios países, particularmente China, lo que, de llevarse a cabo, tendría un impacto desproporcionado en las economías de EE. UU., China y el mundo, advirtió S&P Global Commodity Insights. “La primera administración de Trump resultó ser impredecible, y los actores del mercado deberán ser ágiles cuando comience su segundo mandato en enero”, concluyeron.
La elección de Donald Trump para un segundo mandato como presidente de los Estados Unidos, se espera un cambio significativo hacia un camino muy diferente en las políticas de energía y clima.
El crecimiento de la demanda energética superará la oferta de energía limpia, aumentando las emisiones
S&P Global Commodity Insights destacó como uno de los principales desafíos de la transición energética el desarrollo de un suministro suficiente de energía limpia para no solo satisfacer el crecimiento general de la demanda energética, sino también para desplazar el consumo existente de combustibles fósiles y revertir el aumento de las emisiones de carbono relacionadas con la energía.
A excepción de la pandemia y otras recesiones económicas significativas, nunca ha habido un año en el que el crecimiento de la oferta de energía limpia (eólica, solar, hidroeléctrica, otras renovables y nuclear) haya superado el crecimiento total de la demanda, resultando en una reducción del uso de combustibles fósiles, recordaron desde la entidad. Para complicar aún más las cosas, la demanda energética primaria total ha crecido por encima de la tendencia desde la pandemia y seguirá siendo robusta en 2025. Entre 2000-2019, la demanda energética primaria aumentó en promedio en 5,4 millones de barriles equivalentes de petróleo por día (be/d).
S&P Global Commodity Insights proyecta que la demanda energética primaria aumentará aproximadamente en nueve millones de be/d en 2024 y crecerá en más de ocho millones de be/d en 2025. Aunque la oferta de energía limpia está creciendo más rápido que nunca (más de cinco millones de be/d), todavía no es lo suficientemente rápida como para frenar el crecimiento de la demanda de combustibles fósiles, y mucho menos para reemplazar el consumo existente de combustibles fósiles, aseguraron desde la consultora. Como resultado, se espera que la demanda de combustibles fósiles aumente en más de tres millones de be/d en 2025, y las emisiones de CO2 asociadas con la combustión de combustibles fósiles alcanzarán un nuevo récord, aunque será el aumento más pequeño desde la pandemia.
La inteligencia artificial y los centros de datos desencadenan una nueva era de consumo eléctrico
Mientras que la adopción creciente de la IA y la expansión de los centros de datos no son nuevas, se espera que una aceleración de ambos altere fundamentalmente la trayectoria de la demanda eléctrica global. S&P Global Commodity Insights espera que la demanda eléctrica de los centros de datos crezca entre un diez y un quince por ciento anual entre ahora y 2030, y que los centros de datos representen hasta el cinco por ciento de la demanda eléctrica global total para 2030.
En las economías desarrolladas de América del Norte, Europa y Asia, donde la demanda eléctrica ha sido plana o incluso ha disminuido en los últimos años, los centros de datos representan un cambio hacia un crecimiento de entre el dos y el tres por ciento. En las economías en desarrollo, la demanda incremental de centros de datos se sumará a un crecimiento ya robusto de la demanda eléctrica.
En ambos casos, este nivel mejorado de crecimiento plantea desafíos para las redes eléctricas, ya que los nuevos proyectos de centros de datos tardan, en promedio, de dos a tres años desde su inicio hasta su lanzamiento comercial, mientras que el nuevo suministro eléctrico puede tardar entre cuatro y cinco años o más, y los proyectos de transmisión aún más tiempo. “Aunque las grandes empresas tecnológicas han liderado el camino en términos de adquisición de energía limpia para alimentar sus centros de datos, a menudo esto desvía la energía limpia de la red en general. Esto puede requerir la construcción de capacidad adicional de generación a gas o mantener operativa la capacidad de generación a carbón más allá de lo planeado originalmente”, apuntaron desde la entidad.
¿Un regreso de la energía nuclear?
La energía nuclear ha mostrado signos de ganar tracción en los mercados energéticos, especialmente en América del Norte. La tecnología ha demostrado ser una fuente confiable, estable y libre de carbono de electricidad durante décadas y cada vez más se ve como una opción para satisfacer la creciente demanda eléctrica mientras las empresas intentan descarbonizar su cartera, afirmaron desde la entidad.
En 2024, Microsoft, Google y Amazon firmaron acuerdos de compra de energía por un total de más de tres gigavatios (GW) vinculados a capacidad nuclear para ayudar a satisfacer la creciente demanda de los centros de datos.
El reinicio de reactores de gran escala previamente retirados ha ganado tracción, señalaron desde S&P Global Commodity Insights. Holtec International planea reiniciar la planta nuclear de Palisades (Michigan, EE. UU.) en algún momento de 2025, y Constellation está trabajando para reactivar su planta de Three Mile Island (Pensilvania, EE. UU.) para satisfacer la creciente demanda, con el respaldo de Microsoft en el acuerdo de compra de energía (PPA).
El año 2024 también marcó la puesta en marcha de la primera planta nuclear de gran escala en América del Norte desde mediados de los años noventa, con la inauguración de la planta Vogtle en Georgia. Sin embargo, aunque esta nueva planta representa un hito en la capacidad nuclear, muchos señalan el coste de más de 36.000 millones de dólares (más del doble de lo proyectado inicialmente) como una indicación de que la energía nuclear sigue siendo una opción secundaria en términos de nuevas adiciones de capacidad para apoyar la transición energética en América del Norte.
Mientras tanto, China sigue aumentando significativamente su capacidad nuclear. El interés de grandes empresas tecnológicas en asegurar energía nuclear también se ha orientado hacia el desarrollo de pequeños reactores modulares (SMR, por sus siglas en inglés). Aunque esta tecnología aún está en una etapa incipiente y no impactará los balances energéticos en el próximo año, el nivel de interés y desarrollo de los SMR en 2025 será un indicador clave de la probabilidad y la magnitud de un renacimiento nuclear.
Proyectos clave a monitorear en 2025 incluyen la planta Linglong-1 en Hainan, China, que sería el primer SMR comercial terrestre en entrar en operación (programado para 2026), y el proyecto X-energy SMR en el sitio petroquímico Seadrift de Dow Chemical, que proporcionaría energía y calor para la instalación. Para S&P Global Commodity Insights, el éxito en este último representaría un hito significativo en los esfuerzos para descarbonizar las operaciones químicas aguas abajo.
La energía nuclear ha mostrado signos de ganar tracción en los mercados energéticos, especialmente en América del Norte. Imagen de Markus Distelrath en Pixabay.
La carrera por la tecnología limpia: China acelera mientras Occidente frena
La posición de China como superpotencia en el espacio de tecnología limpia no es nueva, ya que es el mayor productor y consumidor de vehículos eléctricos, baterías, paneles solares, turbinas eólicas y electrolizadores de hidrógeno verde. Sin embargo, aunque el despliegue de tecnología limpia continúa acelerándose en China, el progreso en Occidente enfrenta obstáculos significativos.
Las promesas del presidente electo Trump de revertir las disposiciones de subsidios en la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) y los subsidios ya reducidos en partes de Europa son algunos de los factores que están limitando el avance. Un ejemplo reciente es la quiebra de Northvolt en noviembre de 2024, que subraya la dificultad de las empresas occidentales de tecnología limpia para competir con los equipos de bajo coste producidos en China.
En EE. UU. y Europa, los responsables políticos están utilizando aranceles sobre tecnologías limpias chinas, particularmente vehículos eléctricos, para proteger sus industrias nacionales. “Sin embargo, limitar el acceso a tecnologías limpias chinas con precios competitivos incrementa el riesgo de que EE. UU. y Europa queden aún más rezagados respecto a China, ralentizando el progreso en la reducción de emisiones”, advirtieron desde la entidad.
Mientras tanto, China está utilizando su industria de tecnología limpia para reducir su demanda de combustibles fósiles, particularmente los importados. A medida que las ventas de vehículos eléctricos en China superan el 50% del total de vehículos ligeros vendidos, S&P Global Commodity Insights proyecta que la demanda de petróleo de China para vehículos de pasajeros comenzará a disminuir en 2025.
Al mismo tiempo, las exportaciones de vehículos eléctricos chinos están ayudando a otros países a electrificar el transporte, especialmente aquellos que son importadores netos de petróleo, no cuentan con marcas de vehículos significativas a nivel nacional y tienen una opinión pública generalmente favorable hacia China. Fuera del sudeste asiático, Brasil ya se ha convertido en uno de los mayores importadores de vehículos eléctricos chinos, y dos grandes fabricantes chinos, BYD y Great Wall, han realizado inversiones significativas en la fabricación de vehículos eléctricos en Brasil.
Además, el rápido crecimiento de la generación de energía renovable en China está limitando el aumento de la demanda interna de carbón y gas natural. Sus exportaciones de más de 200 GW de paneles solares al año están teniendo un impacto similar en la reducción de la demanda de combustibles fósiles en otros lugares. “Se espera que 2025 esté marcado por un grado aún mayor de polarización en el ámbito de la tecnología limpia entre China y Occidente”, concluyeron.
Desde S&P Global Commodity Insights advirtieron que “limitar el acceso a tecnologías limpias chinas con precios competitivos, como los VE, incrementa el riesgo de que EE. UU. y Europa queden aún más rezagados respecto al gigante asiático”. Diseñado por Freepick.
El pico de la gasolina frente a la nueva capacidad de refino
S&P Global Commodity Insights espera que la demanda global de gasolina alcance su punto máximo en 2025, a medida que la adopción de vehículos eléctricos y las mejoras en la eficiencia de los motores de gasolina finalmente superen el crecimiento impulsado por la economía y la población, particularmente en los países en desarrollo.
En contraste con este pico de demanda, se están añadiendo capacidades significativas de refino, incluida la refinería Dangote en Nigeria, que se proyecta que alcance su plena capacidad operativa en 2025. La refinería Dangote, la más grande de África, cambiará los flujos comerciales de gasolina al sumarse a las adiciones de capacidad en México y Oriente Medio, aseguraron desde la consultora.
“Este desequilibrio probablemente ejercerá presión sobre los márgenes de refino, lo que acelerará la racionalización de la capacidad de refino, especialmente en el este de EE. UU. y Europa, pero también en China y otros mercados. Estas dinámicas podrían impactar los mercados de crudo y la calidad del crudo procesado en las refinerías cerradas, que podría ser más pesado que la ingesta esperada en Dangote. Hasta ahora, el crudo de Dangote ha provenido de EE. UU. y Nigeria, pero la planta solo está operando a aproximadamente la mitad de su capacidad”, apuntaron fuentes de la entidad.
OPEP+ entre la espada y la pared
OPEP+ ha enfrentado desafíos durante varios años para lograr sus objetivos de precios moderadamente altos y volúmenes de producción crecientes. La fuerte producción de petróleo en las Américas (principalmente EE. UU., pero también Canadá, Guyana y Brasil) y el crecimiento desacelerado de la demanda de petróleo han obligado a OPEP+ a recortar la oferta de petróleo en cuatro ocasiones desde 2022.
En junio de 2024, OPEP+ decidió comenzar un proceso gradual de aumento de la producción a lo largo de un año, que inicialmente se planificó para iniciar en octubre de 2024, con el objetivo de reintroducir oferta sin provocar una caída significativa en los precios, en lo que los analistas denominan “pasar por el ojo de la aguja”. Sin embargo, el grupo ha señalado repetidamente que estos planes están sujetos a cambios si las condiciones del mercado no son favorables.
En septiembre, el Comité Ministerial de Monitoreo Conjunto de OPEP ajustó el calendario, retrasando el aumento hasta diciembre. En noviembre, OPEP+ decidió nuevamente posponer el incremento de la producción hasta enero de 2025. Finalmente, el 5 de diciembre, OPEP+ retrasó una vez más el desmantelamiento de los recortes de producción, esta vez por tres meses adicionales.
Según S&P Global Commodity Insights, OPEP+ encontrará difícil aumentar la oferta en 2025 sin provocar una caída notable en los precios, dado que se espera que el crecimiento de la producción no perteneciente a OPEP sea mayor que el crecimiento total de la demanda global de petróleo.
La próxima ola de exportaciones de GNL podría sacudir el mercado interno de gas en EE. UU.
El mercado global de gas natural licuado (GNL) está listo para un cambio significativo en 2025 tras dos años de crecimiento relativamente limitado. Entre 2022 y 2024, el comercio total de GNL aumentó solo en diez millones de toneladas métricas (un tres por ciento). Sin embargo, la próxima gran ola de suministro comenzará en 2025 con la entrada en operación de nueva capacidad de licuefacción en América del Norte.
De los 27 millones de toneladas métricas de nueva oferta esperada en 2025, cerca del 90% provendrá de América del Norte. Según declaraciones públicas, instalaciones como Corpus Christi Stage 3, Plaquemines LNG, LNG Canada y Costa Azul LNG se preparan para aumentar su producción a lo largo de 2025.
“Este aumento de las exportaciones ejercerá una presión significativa sobre el mercado interno de gas en Estados Unidos, ya que la demanda de gas para alimentación de estas plantas aumentará más rápido de lo que la producción puede responder. Esto probablemente reducirá los inventarios a niveles por debajo del promedio de cinco años durante la mayor parte del año y ejercerá presión al alza sobre los precios en todo el país, especialmente en la Costa del Golfo”, señalaron desde S&P Global Commodity Insights.
Se espera que la demanda de gas para alimentación crezca en 5.200 millones de pies cúbicos diarios (Bcf/d), un aumento del 39 %, entre octubre de 2024 y diciembre de 2025. “Este incremento pondrá en tensión el mercado interno de gas en EE. UU. de cara al invierno 2025-2026. Se proyecta que el precio en Henry Hub promedie más de cuatro dólares por millón de unidades térmicas británicas (MMBtu) en 2025, después de dos años con precios promedio por debajo de tres dólares/MMBtu. Sin embargo, se espera que el impacto de la nueva oferta de GNL no reduzca los precios globales del gas hasta 2026”, concluyeron.
La próxima gran ola de suministro de GLP comenzará en 2025 con la entrada en operación de nueva capacidad de licuefacción en América del Norte, según señalaron desde S&P Global Commodity Insights. Foto de Haydn en Unsplas.
¿Comenzará a disminuir el consumo de carbón en 2025? Quizás, pero probablemente no
A pesar del crecimiento récord en la instalación de renovables, la demanda global de carbón ha seguido aumentando, alcanzando nuevos máximos tanto en 2023 como en 2024, de acuerdo con los datos de S&P Global Commodity Insights. Incluso en China, donde las instalaciones de energía eólica y solar han alcanzado aproximadamente 300 GW en ambos años, la generación a base de carbón también ha registrado máximos históricos.
El fuerte crecimiento de la demanda eléctrica, impulsado por la expansión de centros de datos y la carga de vehículos eléctricos, ha superado el crecimiento de las renovables, aumentando la necesidad de combustibles fósiles. En 2025, S&P Global Commodity Insights proyecta que las instalaciones de energía renovable en China disminuirán ligeramente, aunque se mantendrán por encima de los 250 GW. Sin embargo, la generación a base de carbón en China volverá a aumentar, alcanzando un nuevo récord.
En otras economías en desarrollo, como India, la demanda de carbón continuará aumentando en 2025, ya que el crecimiento del suministro de renovables no logrará igualar el incremento en la demanda eléctrica, según especificaron desde la entidad. En EE. UU., después de más de una década de caídas consistentes, se espera un repunte significativo en la demanda de carbón en 2025, debido al aumento de las exportaciones de GNL, que tensionarán el suministro interno de gas natural y elevarán los precios, incentivando la transición del gas al carbón.
Dado que China representa casi el 60 % del consumo mundial de carbón, si la demanda de carbón en China crece nuevamente, la demanda en las naciones en desarrollo sigue en su trayectoria ascendente y la demanda en EE. UU. se recupera temporalmente, es muy probable que el consumo global de carbón registre un nuevo máximo histórico, incluso si la demanda en Europa y otras economías desarrolladas se contrae en 2025.
La COP regresa a Brasil, pero ¿podrá la CMNUCC recuperar su impulso?
En noviembre de 2025, las negociaciones climáticas de la Conferencia de las Partes (COP) regresarán a Brasil por primera vez desde la creación de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) en la Cumbre de la Tierra de Río de 1992. Desde entonces, las COP han producido acuerdos históricos como el Protocolo de Kioto (1997) y el más ampliamente adoptado Acuerdo de París (2015).
Sin embargo, para S&P Global Commodity Insights el proceso ha mostrado dificultades en ocasiones, como en las negociaciones de Copenhague en 2009 (COP21) y, más recientemente, en Bakú en noviembre de 2024 (COP29), cuyos resultados han puesto en duda la viabilidad continua de todo el proceso.
“En este contexto desafiante, los negociadores de la COP30 tendrán la tarea de fortalecer las promesas de emisiones, conocidas como Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés). Sin embargo, la mayoría de las economías desarrolladas, incluidos los Estados Unidos, no cumplirán con sus actuales NDC para 2030”, señalaron desde la consultora.
“El presidente electo Trump, según sus posicionamientos anteriores, probablemente retirará nuevamente a los Estados Unidos del Acuerdo de París, mientras que otras naciones clave de la OCDE parecen distraídas por cuestiones internas”, añadieron.
Según S&P Global Commodity Insights, “el establecimiento de objetivos en la COP30 no debe interpretarse principalmente como una guía para la futura trayectoria de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI), sino como un barómetro de la viabilidad de la CMNUCC y un indicador de la relevancia del cambio climático dentro del contexto más amplio de la geopolítica global”.
La entidad espera que las emisiones de GEI de China alcancen su punto máximo alrededor de 2025. Por lo tanto, un nuevo y desafiante NDC —que implique reducir las emisiones en términos absolutos— podría posicionar al país como líder climático, no solo para las economías emergentes, sino para todo el mundo, llenando un vacío dejado por un EE. UU. en retirada y una UE que lucha por cumplir incluso con sus propias ambiciones.
Por el contrario, la falta de ambición en nuevos objetivos redoblará las dudas sobre la viabilidad del proceso COP y, como ocurrió tras las negociaciones de Copenhague en 2009, empujará el cambio climático a un lugar secundario en la lista de prioridades estratégicas de los países.
Un año de desafíos y oportunidades
Dan Klein, director de Future Energy Pathways, S&P Global Commodity Insights, concluyó: “La forma en que los gobiernos, las empresas y los consumidores reaccionen a la incertidumbre y las tendencias emergentes será crucial para los resultados de 2025 y también servirá como un indicador clave para el éxito de la transición energética y el cumplimiento de los objetivos de descarbonización”.