La Agencia Internacional de la Energía (AIE) publicó el documento ‘Oil Market Report’
Energía limpia y economía global: un nuevo escenario para la demanda de petróleo
El informe indica que “el crecimiento de la demanda de petróleo se desacelerará desde una tasa de crecimiento de 2,1 millones de barriles diarios (mb/d) en 2023, hasta estabilizarse en un total de 105,6 mb/d para 2029, y alcanzando a una contracción leve en el último año del pronóstico a mediano plazo”. Esta tendencia resultará en un aumento neto de 3,2 mb/d durante el periodo 2023-2030, según apuntó la agencia.
“A medida que el repunte de la pandemia pierde fuerza, las transiciones hacia la energía limpia avanzan y la estructura de la economía de China cambia, el crecimiento de la demanda mundial de petróleo se está desacelerando", expresó el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol.
El crecimiento de la demanda estará dominado por las economías asiáticas no pertenecientes a la OCDE, especialmente India y China. Se pronostica que “la demanda total no perteneciente a la OCDE aumentará en 6,1 mb/d para 2030”. En contraste, los países de la OCDE, liderados por Europa y América, experimentarán una disminución en la demanda de 2,9 mb/d durante el mismo periodo.
El uso de petróleo en aplicaciones no combustibles como los petroquímicos y el aumento en la proporción de biocombustibles sugieren que “las emisiones de CO2 del uso de petróleo podrían alcanzar su pico tan pronto como 2026”. A medida que las ventas de vehículos eléctricos continúan en ascenso, se espera un ahorro significativo de combustible, desplazando 6 mb/d de demanda de gasolina y diésel para 2030.
“A medida que el repunte de la pandemia pierde fuerza, las transiciones hacia la energía limpia avanzan y la estructura de la economía de China cambia, el crecimiento de la demanda mundial de petróleo se está desacelerando y se prevé que alcance su punto máximo para 2030. Este año, esperamos que la demanda aumente en alrededor de un millón de barriles por día”, dijo el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol. “Las proyecciones de este informe, basadas en los datos más recientes, muestran un gran excedente de suministro emergiendo en esta década, lo que sugiere que las compañías petroleras deberían asegurarse de que sus estrategias y planes comerciales estén preparados para los cambios que están ocurriendo”.
El informe también señala que, aunque el uso de combustible para aviación y transporte marítimo seguirá creciendo; las eficiencias de combustible están ralentizando estas demandas. En particular, “el uso de jet/queroseno sigue siendo aproximadamente un cinco por ciento inferior a los niveles de 2019”, y no se espera que supere estos niveles hasta 2027.
Las economías avanzadas de la OCDE, que han implementado políticas ambiciosas de energía limpia, seguirán experimentando un declive en la demanda de combustibles de transporte. Según el documento, para 2030, el consumo de petróleo en la OCDE caerá a 42,7 mb/d, lo que representa el 41% del total mundial.
“Existen varios riesgos para nuestro pronóstico de demanda, entre los cuales las suposiciones sobre el crecimiento económico, los precios del petróleo y el ritmo de ventas de vehículos eléctricos son clave. Además, es probable que las desviaciones de estos factores estén interrelacionadas; por ejemplo, un ritmo más rápido de crecimiento del PIB probablemente vaya acompañado de precios del petróleo más altos y una adopción más rápida de vehículos eléctricos. Asimismo, el perfil de demanda relativamente plano y en meseta del petróleo después de 2027 significa que solo se necesitarían cambios relativamente menores en sus factores subyacentes para cambiar la trayectoria de la demanda de petróleo. Por ejemplo, una aceleración del crecimiento del PIB global en un 0,3%, una disminución anual de cinco dólares por barril en los precios reales del petróleo o una desaceleración del 15% en el ritmo de adopción global de vehículos eléctricos serían suficientes para que el consumo de petróleo pase de una contracción a un crecimiento al final de la década. Por el contrario, cambios opuestos de la misma magnitud acelerarían la caída de la demanda de petróleo hacia la contracción”, apuntaron desde la entidad.
Teniendo esto en cuenta, la AIE concluye que, aunque la demanda mundial de petróleo se dirige hacia una meseta, el comportamiento futuro dependerá en gran medida de los cambios en los impulsores económicos y tecnológicos subyacentes.
La demanda de combustibles en carretera alcanza su pico impulsado por el auge del vehículo eléctrico
“Las ventas mundiales de vehículos eléctricos (VE) continúan creciendo a un ritmo acelerado”. Según el informe Global Electric Vehicle Outlook 2024 de la Agencia Internacional de Energía (AIE), las ventas podrían llegar a los 17 millones en 2024, aumentando desde los catorce millones en 2023, lo que representa casi uno de cada cinco coches vendidos a nivel global.
Este crecimiento persistirá, proyectando unas las ventas totales cercanas a los 40 millones en 2030. En ese año, casi uno de cada dos coches nuevos será eléctrico, desplazando aproximadamente seis mb/d de demanda de combustibles para el transporte en carretera para el final del período de contemplado.
Asimismo, la AIE subraya que el fenómeno de los VE sigue siendo mayoritariamente chino. En 2023, el 60% de las ventas de VE se realizaron en China, con Europa y Estados Unidos representando el 25 % y el 10 % respectivamente. La Agencia Internacional de la Energía pronostica que esta tendencia continúe, con un tercio de los coches en las carreteras chinas siendo eléctricos para 2030, comparado con uno de cada cinco en Estados Unidos y la Unión Europea. Además, más de la mitad de los VE vendidos a nivel mundial son producidos por fabricantes chinos, de acuerdo con los datos ofrecidos por la entidad.
No obstante, el entorno para los VE está encontrando diferentes obstáculos en los países occidentales debido a la eliminación parcial de subsidios y desgravaciones fiscales. “Los coches sin vender se acumulan en los concesionarios”, señala la AIE.
“En contraste con la adopción masiva en el mercado de China, los VE siguen siendo un producto comparativamente de nicho en las economías desarrolladas, experimentando dificultades para ampliar su atractivo más allá de los conductores urbanos relativamente prósperos y preocupados por el medio ambiente. Los altos precios, la falta de una infraestructura de carga adecuada y la depreciación de los valores de segunda mano resultan disuasorios para los compradores menos pudientes. Al mismo tiempo, las fricciones comerciales entre China y Occidente están aumentando debido a que los VE baratos de China están ganando rápidamente cuota de mercado, desplazando a los fabricantes de automóviles occidentales de mayor costo”, señala el documento.
A causa de esta situación, en mayo de este año, la administración Biden decidió cuadruplicar los aranceles sobre los VE chinos; mientras que la Unión Europea estaba llevando a cabo una investigación antidumping sobre estos vehículos.
Pese a estos obstáculos, se espera que el crecimiento de los VE continúe acelerándose, respaldado por ambiciosos objetivos de cero emisiones, apoyo político y unos precios más asequibles. “La paridad de precios con los coches de combustión interna podría alcanzarse en 2030 para la mayoría de los modelos fuera de China”. Sin embargo, la previsión depende en gran medida de que la propiedad de VE se extienda y encuentre aceptación masiva en los mercados de las economías occidentales.
Mejoras en la eficiencia
Las mejoras en la eficiencia seguirán siendo cruciales, consiguiendo una reducción esperada en el crecimiento de la demanda de petróleo de 4,7 mb/d desde 2023 hasta 2030, principalmente en los combustibles de transporte por carretera de la OCDE. La Unión Europea y Estados Unidos han implementado nuevas normativas para reducir las emisiones de CO2 en los vehículos, lo que también contribuirá a la reducción en la demanda de combustibles.
“La UE adoptó nuevos estándares de dióxido de carbono (CO2) para vehículos en marzo de 2023, que requieren una reducción del 55% en las emisiones de autos nuevos para 2030 en comparación con 2021. La nueva norma emitida por la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA) en marzo de 2024 proyecta reducir las emisiones de CO2 de los vehículos ligeros en casi un 50% para 2032 respecto a 2026, a 85 gramos de CO2 por milla. A los fabricantes de automóviles se les ha concedido una extensión de tres años hasta 2030 para reducir las emisiones del tubo de escape en un enfoque ‘neutral en cuanto a tecnología’. Además de los vehículos totalmente eléctricos, el cumplimiento se puede lograr produciendo una gama de autos ‘más limpios’, incluidos autos a gas, vehículos híbridos eléctricos y vehículos híbridos enchufables”, especifica el documento.
¿Cómo influyen los nuevos patrones de movilidad en la demanda de combustibles?
En este punto La AIE apuntó que, la pandemia de Covid-19 también ha transformado los patrones de movilidad, con un aumento en el trabajo remoto. En 2023, los empleados a tiempo completo en Estados Unidos trabajaron desde casa 1,4 días por semana, lo que supuso un aumento de cinco veces respecto a 2019, según la Encuesta Global de Arreglos Laborales. Este cambio ha reducido la demanda de combustible, con una disminución significativa en el uso del transporte público en ciudades importantes como Nueva York y Londres.
“El impacto acumulado de estos cambios de comportamiento en el trabajo remoto se refleja en una reducción de la demanda global de combustibles para el transporte en carretera de 800.000 barriles diarios (kb/d) desde 2023 hasta 2030, concentrándose en Estados Unidos con una reducción estimada de 500 kb/d en comparación con 2019”, indica el texto.
Aumento de la demanda de biocombustibles proyectado para 2030
Se espera que la demanda de biocombustibles aumente en 600 kb/d hasta alcanzar 3,7 mb/d para 2030, “aunque el crecimiento se ralentizará en la segunda mitad del período de pronóstico”, apuntó la entidad. Según el informe de la Agencia Internacional de Energía, las políticas gubernamentales dirigidas a reducir las acciones de petróleo y apoyar la agricultura doméstica son los principales motores de este crecimiento. Sin embargo, el pronóstico señala que, en América del Norte y Europa, la adopción de vehículos eléctricos y las mejoras en la eficiencia reducirán la demanda total de combustibles para el transporte por carretera, limitando así el potencial aumento de los biocombustibles.
En contraste, el crecimiento en América Latina y la región de Asia-Pacífico se mantiene robusto, fortaleciendo aún más la demanda de biocombustibles para el transporte por carretera. En términos específicos, el biodiésel y el diésel renovable representan el 42 % del aumento, el etanol el 35 % y el biocombustible para aviones el 23 % del incremento total entre 2023 y 2030.