El proyecto, junto a la instalación de 1.250 placas solares, permite reducir anualmente más de 800.000 kilos de emisiones de CO₂ a la atmósfera

Aguilera Ingenieros ha culminado el diseño y la instalación de una de las mayores infraestructuras privadas de puntos de carga para vehículos eléctricos en España: en total son 398 cargadores repartidos en tres edificios corporativos del Santander situados en Madrid —Luca de Tena, Abelias y Josefa Valcárcel—.

La instalación de los puntos de carga se ha realizado, además, sin necesidad de aumentar la potencia contratada de las instalaciones en ninguno de los tres edificios: se ha instalado un sistema de gestión dinámico para la recarga de vehículos que, en función del consumo existente en cada momento en el edificio, asigna la potencia de carga disponible en tiempo real en cada cargador.

“La sostenibilidad es una de las claves de los proyectos de ingeniería que se desarrollan hoy en día —explica Alberto García Ramos, responsable del proyecto en Aguilera Ingenieros—, se ha convertido en una demanda fundamental a la hora de construir cualquier infraestructura.” De hecho, esta ingeniería ha desarrollado paralelamente la instalación de 1.250 paneles fotovoltaicos en los tres mismos edificios, que permiten una producción de energía limpia de 542 kWp.

Según cálculos de los responsables del proyecto, “las dos medidas adoptadas permiten ahorrar anualmente la emisión de 822.513 kilogramos de CO₂ a la atmósfera”.

Gracias a las diferentes actuaciones en materia de sostenibilidad, los edificios de Luca de Tena y Abelias tienen la certificación LEED GOLD. “Toda la energía utilizada es de origen renovable, se recupera el agua de lluvia para el riego de los jardines, se ha instalado alumbrado LED de bajo consumo en zona de oficinas, disponen de paneles solares para producir agua caliente sanitaria, los ascensores cuentan con máquina de accionamiento directo sin reductor, existen filtros fotocatalíticos y sistemas de polarización activa para el tratamiento del aire de climatización… En total, la reducción del consumo energético es superior al 20% frente a un edificio estándar.”