“El ‘AutoGas’ permite llevar la sostenibilidad a las regiones más aisladas”, aseguraron desde la Asociación de Gas Licuado
El GLP apoya la transición energética en las zonas rurales
Desde la Asociación Gas Licuado (AGL) aseguraron que “el gas licuado puede ser una herramienta imprescindible para que la transición verde se produzca de forma homogénea en toda Europa”. Su capacidad de almacenamiento y distribución, relativamente sencilla, convierten a esta en una fuente de energía segura y de fácil acceso con bajas emisiones de CO2, en comparación con otros combustibles tradicionales.
Asimismo, la transición energética esta marcada por los compromisos alcanzados por nuestro país en los programas supranacionales como la Agenda 2030, que pretende cambiar el paradigma del modelo energético europeo. Según datos de Liquid Gas Europe (LGE), Asociación europea que agrupa a los principales representantes del GLP en el continente, 40 millones de hogares de la UE no están conectados a la red de gas y el 25% de la población de las zonas rurales está en riesgo de pobreza o exclusión social. Asimismo, la agrupación señala que las zonas rurales, montañosas y remotas constituyen el 83% de la superficie total de la UE y albergan el 31% de la población. En el caso de España, el 85% del territorio corresponde a áreas rurales, en las que habita un 15% de la población.
Para poder alcanzar el objetivo de neutralidad climática en el continente antes de 2050, como plantea la UE, es imprescindible transformar el conjunto de la sociedad. De lo contrario, el gran esfuerzo desarrollado por empresas, particulares y administración no bastará para alcanzar los objetivos marcados. En este proceso, los espacios rurales se han visto penalizados por “la falta de acceso a energías renovables discontinuas, la falta de eficiencia energética en su instalación y uso, y el alto coste que supone debido a, generalmente, la deficiente red de acceso a las energías convencionales”, señalaron desde la organización sectorial.
Clave para la transición en el entorno rural
Vistas la complejidad del modelo energético en las zonas aisladas y los problemas de acceso a determinados suministros, el gas licuado se sitúa como una energía versátil dentro de las casuísticas del medio rural y, además, contribuye a la consecución de los objetivos de sostenibilidad de los usos energéticos. “En el camino de la descarbonización, el gas licuado es sin duda un gran aliado por sus bajas emisiones atmosféricas y por la casi inexistente liberación de hollín, segundo factor principal que contribuye al cambio climático global”, indicaron desde AGL.
A modo de ejemplo, según datos de Cores, en España se consumen un millón y medio de toneladas de gasóleo para calefacción, en su gran mayoría en ubicaciones fuera del alcance de la red de gas natural. Por lo que su conversión a gas licuado supondría un ahorro directo en emisiones. Adicionalmente, el GLP tiene un impacto inmediato en mejorar la calidad del aire ya que, en comparación con otros combustibles líquidos y sólidos, emiten menos NOx y partículas.
Fuentes de AGL aseguraron que “el GLP es una de las alternativas energéticas limpias más eficaces y eficientes”
Almacenamiento y distribución
“El gas licuado se trata de una fuente energética de proximidad. La mayor parte del GLP consumido en España, alrededor del 70%, procede de nuestras propias refinerías, por lo que existe una gran seguridad en el suministro y resiste a tensiones geopolíticas que puedan perjudicar y alterar la cadena de aprovisionamiento y distribución. A esto debemos añadir la facilidad en su transporte, lo cual permite diversificar el origen de importación en situaciones de emergencia o escenarios de crisis”, señalaron fuentes de AGL.
Para almacenar y distribuir el GLP, este se recibe a través de las refinerías nacionales o de importación en los diferentes centros de almacenamiento distribuidos en el país. Acorde con los datos de la dirección de Energía de la Cnmc de 2018, España cuenta con 41 plantas de almacenamiento de gas licuado, 7 de ellas en las Islas Canarias, que garantizan una amplia cobertura de todo el territorio nacional.
Teniendo esto en cuenta, la AGL aseguró que, “en definitiva, el gas licuado se trata de una opción energética que favorece la descarbonización del medio rural al adaptarse a necesidades propias de estas áreas: disponer de energías fácilmente transportables y almacenables, versátiles en su aplicación y de las que se puedan aprovisionar de forma ágil”.
Los vehículos de GLP son bifuel y cuentan con una doble depósito que les ofrece una mayor autonomía.
Apuesta por el AutoGas
Además, en el contexto actual “los precios de las materias primas (gas y energía) seguirán siendo elevados debido a las restricciones impulsadas geopolíticamente”, según los analistas de Sanford C Bernstein & Co LLC. Una situación que ha puesto de manifiesto la dependencia energética del continente europeo y ha impulsado la adopción de fuentes de energía alternativas.
En esta misma línea, Repsol resulta una de las compañías energéticas españolas más centradas en el desarrollo del AutoGas. Desde el pasado mes de noviembre, la compañía ofrece hasta 150 euros de este carburante a aquellos conductores que transformen sus sus vehículos de gasolina GLP, en una campaña que se extiende hasta finales de febrero de 2023. Según datos de Astreve, Asociación de Transformadores de Vehículos, los vehículos de GLP pueden ahorrar hasta un 40% de combustible.
Por otra parte, los vehículos que utilizan gas licuado de petróleo son bifuel y, al contar con un doble depósito (uno de gasolina y el otro de Autogas) logran una autonomía que puede ser de hasta unos 1.200 kilómetros. Además, el hecho de que más de 700 estaciones de servicio expendan este carburante alternativo (436 de ellas integradas en la red de Repsol) y que el repostaje lleve el mismo tiempo que el de un combustible tradicional facilitan la utilización de este carburante alternativo.
Pese a esto, las cifras de matriculación de vehículos impulsados por autogas no resultan especialmente positivas. Por ejemplo, en el mes de abril de 2022 las ventas de coches a gas en nuestro país contabilizaron un total de 1490 unidades, lo que supone una reducción del 20,24% con respecto al mismo periodo del año pasado, según datos de Anfac, Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones.
“El uso del GLP como combustible de transición resulta indispensable para que la población y el tejido empresarial de los entornos rurales no se vean penalizados”, señalaron fuentes de AGL