Acea pone deberes a los legisladores comunitarios
Tras el acuerdo alcanzado por la Comisión Europea, el Parlamento y el Consejo que propone eliminar las emisiones de CO2 de turismos y comerciales ligeros (furgonetas) en 2035, lo que de hecho supondrá el fin de las ventas de estos tipos de vehículos con motores de combustión interna, la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (Acea) “insta a los responsables políticos europeos a que den un paso más para desplegar las condiciones que permitan una movilidad de emisiones cero”.
“Esta decisión de gran alcance no tiene precedentes”, declaró el presidente de la Acea, Oliver Zipse. “No nos equivoquemos, la industria automovilística europea está a la altura del reto de ofrecer estos coches y furgonetas de emisiones cero”, añadió el también director general de BMW, quien lanzó un llamamiento a los legisladores de la Unión Europea al afirmar que “ahora queremos ver reflejadas en las políticas de la UE las condiciones marco que son esenciales para cumplir este objetivo. Entre ellas, la abundancia de energías renovables, una red de infraestructuras de recarga públicas y privadas sin fisuras y el acceso a las materias primas”.
Tras el acuerdo alcanzado la noche del 26 de octubre que mantiene el objetivo de abandonar la comercialización de turismos y furgonetas que emitan CO2 en 2035, lo que “significa que la Unión Europea será ahora la primera y única región del mundo en ser totalmente eléctrica”, la industria automovilística continental remarca en una nota de prensa que “gracias a las continuas inversiones de la industria, el año pasado uno de cada cinco coches nuevos vendidos en la UE tenía un enchufe. Para 2030 se prevé que esta cifra aumente a tres de cada cinco coches, lo que sitúa a la UE por delante de todas las demás regiones del mundo”.
“Los fabricantes europeos de automóviles están dispuestos a colaborar con los responsables políticos de la UE para hacer frente a los importantes retos sociales e industriales que conlleva esta transformación”, apuntan desde Acea. “Ahora debemos trabajar juntos en políticas que garanticen el acceso a las materias primas necesarias para la ‘e-movilidad’, hagan que los coches eléctricos sean productos asequibles para el mercado de masas, mitiguen las consecuencias negativas para el empleo y permitan a los ciudadanos europeos cargar su vehículo eléctrico de forma rápida y sencilla”, declaró la directora general de la patronal automovilística continental, Sigrid de Vries.
Acea advierte que “como parte de una política industrial global, Europa necesita crear cadenas de suministro resistentes, especialmente en lo que respecta a piezas críticas como las baterías y las materias primas. De lo contrario, los fabricantes de vehículos de la UE se encontrarán en una situación de gran desventaja con respecto a sus homólogos de otras regiones, sobre todo teniendo en cuenta el aumento de los precios de la energía”.
No obstante, los fabricantes integrados en Acea “reclaman una revisión provisional sólida y significativa de la normativa sobre el CO2. Esto será esencial para evaluar si se han hecho suficientes progresos en la evolución del mercado, el despliegue de infraestructuras, la disponibilidad de materias primas y la asequibilidad”.
En este sentido, Acea recuerda que la inflación “va en aumento y el precio de las baterías se ha incrementado por primera vez en más de una década. Por lo tanto, los responsables políticos también deben ocuparse de las emisiones del actual parque de vehículos en circulación”.
Acea “toma nota de que el acuerdo final incluye referencias al posible papel futuro de los combustibles renovables en el sector del transporte”. Sobre esta posibilidad, De Vries considera que “la apertura tecnológica sigue siendo esencial para mantener la agilidad para responder a las diferentes necesidades y adaptarse a las circunstancias cambiantes. Como demuestra la actual crisis energética, la diversificación es esencial para mejorar la resistencia de Europa”.