Las emisiones de CO2 en España descendieron un 5,1% en 2019
El Statistical Review of World Energy 2020 de BP refleja que el consumo de energía primaria en España a lo largo de 2019 rompió la tendencia de crecimiento iniciada en 2015 para descender un 1,7%, empujado por el desplome del carbón (un 54,6%) y el fuerte descenso de la energía hidroeléctrica (un 27,74%), que el año anterior registró datos excepcionalmente altos (con un incremento del 87%) a causa de las precipitaciones. El consumo del resto de energías creció: el gas lo hizo un 14,75%, seguido de energías renovables (7,3%), energía nuclear (4,4%), y petróleo (0,09%).
De este modo, el ‘mix’ de consumo de energía en España en 2019 quedó del siguiente modo: petróleo (47,5%), gas (22,7%) y renovables (13%) ocuparon los tres primeros puestos. Por su parte, la energía nuclear supuso un 9,1%, seguida de la hidroeléctrica (3,9%) y el carbón, que desplomó su participación en el ‘mix’ hasta el 3,7%.
Tras un ligero descenso el pasado año, la generación eléctrica volvió a crecer en España, aunque lo hizo a un ritmo discreto, del 0,49%. El gas, con un aumento del 48,2%, y las energías renovables (10,9%) lideraron los datos de crecimiento, seguidas de la energía nuclear (4,8%). El resto de las energías decrecieron en su aportación a la generación eléctrica: el petróleo lo hizo un 7,5%, la energía hidroeléctrica un 27,5%, y el carbón descendió de manera abrupta, con una caída del 66,1%, detallaron fuentes de BP.
Ante estos datos, el ‘mix’ de generación eléctrica sufrió variaciones respecto al de 2018, con el gas natural (31,2%) en primer lugar, relegando a las energías renovables al segundo puesto (28,1%). La energía nuclear volvió a situarse en tercera posición (21,2%), pero la energía hidroeléctrica (9,2%) ocupó el cuarto puesto que ostentaba el carbón, que se vio relegado a último lugar con solo un 4,8% de participación en el ‘mix’. El petróleo, por su parte, se situó ligeramente por delante, con un 4,9% de peso en este reparto.
Estas variaciones llevaron las emisiones de CO2 en España a descender un 5,1%, por encima de la media europea (descendieron un 3,2%) y al contrario que el resto del mundo, donde las emisiones aumentaron un 0,5%.
Una de cal y otra de arena
Los datos globales muestran algunos signos alentadores, pero la tendencia en las emisiones de carbono sigue siendo preocupante. Según el Statistical Review 2020, el crecimiento del consumo de energía primaria a nivel mundial se redujo al 1,3% en 2019, menos de la mitad de la tasa de crecimiento del año anterior (2,8%). Aunque algunos aspectos del informe, como el fuerte y continuo crecimiento de las energías renovables, ofrecen esperanza sobre el camino hacia un mundo más sostenible, otros –incluyendo el crecimiento persistente de las emisiones de carbono– subrayan el desafío al que se enfrenta el mundo para alcanzar el objetivo de emisiones netas cero.
El informe muestra algunos datos alentadores, como el fuerte y continuo crecimiento de las energías renovables que, lideradas por las energías eólica y solar, aumentaron de forma récord hasta representar más del 40% del crecimiento de la energía primaria en 2019. Su participación en la generación de electricidad (10,4%) también superó por primera vez a la de la energía nuclear.
Al mismo tiempo, el consumo de carbón disminuyó por cuarta vez en los últimos seis años, un 0,6%, impulsado por una fuerte caída de la demanda de la OCDE, y su participación en el ‘mix’ de energía primaria se redujo a su nivel más bajo en 16 años (27%). El consumo de gas natural, por su parte, aumentó un 2%, muy por debajo del crecimiento excepcional observado en 2018, pero su cuota en el ‘mix’ volvió a alcanzar un máximo histórico (24,2%). En cuanto a la producción, creció un 3,4%, impulsada por un aumento récord de las exportaciones de gas natural licuado (54.000 millones de metros cúbicos).
En contraste, otros aspectos del sistema energético continuaron siendo motivo de preocupación. A pesar de su menor aportación al ‘mix’ de energía primaria, el carbón siguió siendo la mayor fuente de generación eléctrica, representando más del 36% de la energía mundial, lo cual es motivo de preocupación. Ello, comparado con sólo el 10% proporcionado por las energías renovables, deja patente la necesidad de que estas crezcan aún más en los próximos tres decenios si se quiere descarbonizar el sector de la energía. Por su parte, el consumo de petróleo creció por debajo de la media, un 0,9%, y la demanda de todos los combustibles líquidos, incluidos los biocombustibles, superó los 100 millones de barriles diarios.
Tendencia de las emisiones de carbono
El análisis elaborado por BP señala que la ralentización del crecimiento de las emisiones de carbono hasta el 0,5% en 2019 puede sugerir algunos motivos de optimismo, pero esta desaceleración debe verse en el contexto del gran aumento de las emisiones de carbono en 2018, de un 2,1%. La esperanza era que, a medida que se mitigaran los factores únicos que impulsaban las emisiones de carbono en 2018, éstas se reducirían significativamente. Sin embargo, esta caída no tuvo lugar en 2019, y el crecimiento anual medio de las emisiones de carbono en 2018 y 2019 fue superior al promedio registrado en los últimos diez años.
“La conmoción que ha traído consigo la pandemia tiene el potencial de acelerar las tendencias emergentes y crear oportunidades para cambiar el mundo hacia un camino más sostenible, pero al mismo tiempo corre el riesgo de ralentizar el progreso si las cuestiones a corto plazo planteadas por la Covid-19 se priorizan sobre los desafíos globales a largo plazo, como el cambio climático”, declaró el consejero delegado de BP, Bernard Looney. “Nos encontramos en un momento verdaderamente crucial. En el caso de BP, esta situación ha reforzado nuestro compromiso de convertirnos en una compañía de cero emisiones netas en o antes de 2050, y queremos ayudar al mundo a llegar a este objetivo. Tanto la tecnología como las energías de cero emisiones existen hoy en día; el desafío está en su uso al ritmo y escala adecuados”.