TMB y el Consorci de la Zona Franca impulsan el hidrógeno “como energía de la nueva movilidad”
El Consorci de la Zona Franca de Barcelona (CZFB) y Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) han llegado a un acuerdo para promover una estación de suministro de hidrógeno que construirá TMB, a través de una licitación, y dará servicio a flotas de vehículos eléctricos de transporte de viajeros y mercancías en el área de Barcelona. El objetivo de este acuerdo es avanzar hacia una nueva movilidad con cero emisiones contaminantes.
Mediante un convenio firmado el 8 de junio por el delegado especial del Estado al CZFB, Pere Navarro, y la presidenta de TMB, Rosa Alarcón, se destinará una parcela del polígono industrial de 5.000 metros cuadrados, en la que se construirá una planta de producción, almacenamiento y carga de hidrógeno que utilizarán los autobuses de TMB de esta tecnología y, “potencialmente”, también otras flotas y en general las industrias del polígono así como de vehículos de particulares que lo adopten como solución energética alternativa.
“El hidrógeno, el elemento más abundante en el universo, es un vector energético de gran versatilidad que está llamado a tener un papel preponderante en el transporte, almacenamiento y conversión instantánea en una energía útil, de formas de energía diversas”, describieron fuentes de TMB. La utilización del hidrógeno para el transporte está avanzando gracias al desarrollo tecnológico ligado a las pilas de combustible.
En la pila de combustible se desarrolla un proceso llamado electrólisis inversa mediante el cual el hidrógeno reacciona con el oxígeno. El hidrógeno proviene de uno o varios depósitos del vehículo, mientras que el oxígeno se capta del aire ambiental. El único derivado de esta reacción es la energía eléctrica generada, calor y agua, que se expulsa en forma de vapor por el tubo de escape, explicaron desde TMB. El proyecto se impulsa con la colaboración de la Autoritat del Transport Metropolità de Barcelona (ATM).
Una vez concretado el destino de la parcela, TMB buscará por concurso un suministrador que instale un punto de abastecimiento de hidrógeno abierto al público, si bien el objetivo principal e ineludible de esta infraestructura es abastecer los autobuses de TMB. El contrato de arrendamiento de esta parcela tendrá una duración inicial de diez años, y será objeto de sucesivas prórrogas de cinco años, hasta un máximo de cuarenta años de duración total.
En paralelo, TMB tiene en marcha una licitación para adquirir los primeros autobuses eléctricos que utilizarán la tecnología de pila de hidrógeno en su flota, después del experimento del proyecto CUTE de los años 2003-2005. En concreto, serán ocho unidades de doce metros de longitud, la medida estándar, que llegarán a Barcelona en noviembre del 2021 con la previsión que se incorporen al servicio a principios del 2022. Los vehículos estarán asignados en el Centro Operativo de Negocio de la Zona Franca y se abastecerán de hidrógeno vehicular en la planta de recarga creada a partir del convenio firmado, con un consumo estimado de 160 kilos diarios.
La adquisición de los ocho vehículos de cero emisiones tiene un presupuesto de 6,5 millones de euros y cuenta con el apoyo del programa europeo JIVE 2 de promoción de los vehículos de pila de combustible y cero emisiones, cofinanciado por la Unión Europea.
El hidrógeno, opción estratégica de TMB
La apuesta por el hidrógeno forma parte de la opción estratégica de TMB por la modernización y ambientalización de la flota de autobuses, siempre con el criterio de compra verde y electrificación progresiva. Así, en febrero pasado se adjudicó el suministro de 23 articulados eléctricos preparados para la carga rápida en la calle, que se sumarán a los nueve existentes.
En años sucesivos continuará la inversión (se han estimado 115 millones de euros en el trienio 2019-2021) para la adquisición de autobuses eléctricos y híbridos y la infraestructura de carga correspondiente, con el objetivo de sustituir el 2024 los coches diésel amortizados, es decir, todos excepto los minibuses, para los cuales la industria todavía no ofrece alternativas eléctricas competitivas.
La flota de autobuses de TMB ya empezó la reconversión ambiental entre los años 2011 y 2014, y esto hace que actualmente no dé servicio con vehículos de categoría ambiental inferior a Euro 3. Para conseguirlo, se transformaron en híbridos 70 autobuses diésel y 13 autobuses de GNC. Además, 425 autobuses diésel fueron equipados con filtros SCRT que retienen los óxidos de nitrógeno y las partículas finas, los dos contaminantes de más impacto en el medio local y la salud de las personas.
El CZFB, con la mejora de la movilidad y la reducción de emisiones
Por su parte, el Consorci de la Zona Franca de Barcelona mantiene un firme compromiso de política ambiental relacionada con la mejora de la movilidad y la reducción de emisiones en la Zona Franca de Barcelona. Con la intención de ser un elemento de referencia en el desarrollo de la economía de Barcelona y Cataluña, el consorcio ha mantenido, desde 2008, su compromiso de gestionar sus activos de acuerdo con los principios del sistema de gestión medioambiental EMAS. Además de esta política medioambiental, el Consorcio se ha comprometido expresamente con el alto comisariado de la agenda 2030 con el objetivo de adecuar el polígono industrial de la zona franca (PIZF) a la agenda 2030 para ser un modelo de gestión sostenible dentro del sector empresarial.
En el campo del eje de la movilidad, el Consorci, dentro del proyecto EcoCircularZF, tiene una línea de trabajo específica y también se adjunta o colabora con varias agencias o asociaciones. Esta línea de trabajo tiene como objetivo cambiar la movilidad de los trabajadores que vienen a la Zona Franca, ofreciendo alternativas al vehículo privado que es el principal modo de acceso en la actualidad. También mejorando la infraestructura para facilitar el cambio al uso del transporte público más las diferentes alternativas de movilidad personal de la última milla.