Brufau apuesta por la industria como motor de salida de la crisis provocada por la covid-19
En su intervención en la Junta General de Accionistas de Repsol, celebrada de forma telemática el 8 de mayo, el presidente de la compañía, Antonio Brufau, apostó por la industria como motor de salida de la crisis provocada por la covid-19. “Hay que priorizar las medidas económicas de corto plazo para que no se dañe de manera estructural nuestro tejido productivo, siempre salvaguardando que estas medidas sean compatibles con los objetivos de largo plazo”. Asimismo, abogó por un gran pacto en favor de la industria, dado que “con un mayor peso de la industria nuestra economía será más resistente”.
En su discurso Brufau resaltó la labor que Repsol está desarrollando desde el primer momento de la epidemia, poniendo “todas sus capacidades, las humanas e intelectuales y, por supuesto, las industriales y tecnológicas, al servicio de su resolución o mitigación”.
“La prioridad de la compañía ante la crisis sanitaria, por encima de los criterios habituales de rentabilidad, ha sido proporcionar un servicio esencial en los países donde opera, aplicando, además, todas las medidas a su alcance para proteger la salud y la seguridad de sus empleados, clientes y proveedores”, informaron fuentes de la compañía en una nota de prensa.
“Siempre hemos tenido claro que nuestra principal aportación a la resolución de la crisis era la de mantener nuestra actividad en marcha, seguir suministrando la energía que nuestras ambulancias, nuestros hospitales, nuestros sanitarios, nuestros hogares iban a necesitar para la lucha contra el covid-19”, remarcó Brufau. A esta tarea se añade el “suministro de todos esos productos petroquímicos que, tanto para la profilaxis ante el virus como por ser la materia prima de muchísimos productos y herramientas sanitarios, están siendo necesarios en esta batalla”. “No ha faltado ni un litro de gasóleo, ni una molécula de gas, ni un envase de butano, ni el suministro eléctrico allí donde se ha necesitado”, subrayó.
Además de asegurar el mantenimiento de su actividad, en estos ya dos meses “Repsol ha colaborado en la lucha contra el coronavirus con diversas donaciones y aportaciones de material, como equipos de protección o gel hidroalcohólico, a 90 entidades, fundamentalmente hospitales y residencias de ancianos”.
Medidas económicas a corto plazo
Para el presidente de Repsol, la actuación de la compañía durante la crisis originada por el coronavirus se está basando en la convicción de “ser útiles, no sólo a nuestros accionistas, sino a toda la sociedad. En caso contrario no estaremos cumpliendo con nuestra misión”. Brufau señaló que “hay que lograr una recuperación rápida, priorizando los objetivos de corto plazo para no dañar de manera estructural nuestro tejido productivo, con estrategias compatibles con los objetivos de largo plazo”.
“Es el momento de concentrarse en qué vamos a hacer para salir rápidamente de la recesión a la que nos vemos abocados en casi todos los países, mejorando nuestra estructura económica para convertirla en más resistente ante las siguientes crisis que seguro vendrán”, auguró. Para ello, “es necesario recuperar una economía sana que genere recursos para mantener la sociedad del bienestar, que pueda mantener y mejorar mediante recursos suficientes el sistema de salud, el empleo y las condiciones de vida de los sectores más vulnerables”.
Brufau señaló que “la industria es indispensable para salir lo antes posible de la recesión que desencadenará la crisis sanitaria”, y que es necesario mejorar la estructura económica y hacerla más resistente ante futuros momentos similares.
El presidente de Repsol apuntó que aquellos países que han apostado por una industria moderna y digitalizada cuentan con ventajas competitivas claras, y puso el ejemplo de Alemania, Corea del Sur o la República Checa, “en los que el PIB industrial, junto con los servicios de alto valor (ingeniería, I+D, consultoría…), ha crecido”.
Plan Renove focalizado en los vehículos que más se fabrican en España
“Sin industria es muy difícil que afloren la investigación, el desarrollo tecnológico y el diseño”, remarcó Brufau, quien añadió que el apoyo a la industria del automóvil será “clave” para salir de la crisis, por lo que ha abogado por “la puesta en marcha de un Plan Renove focalizado en el tipo y gamas de vehículo que más se fabrican en España, convencionales e híbridos”.
Para que esta estrategia funcione, el presidente de Repsol considera que “se deben eliminar incertidumbres regulatorias que perjudican a la toma de decisiones y al consumo”, lo que también iría en beneficio de las inversiones en España en tecnologías y plantas industriales de biocombustibles o el desarrollo de los fueles sintéticos.
Brufau ha reafirmado el compromiso de Repsol en liderar la transición energética y la descarbonización, incluso en momentos tan complicados como el actual. “Todas las formas de descarbonización son complementarias y válidas, y el incentivo a que todas contribuyan, sin exclusiones, será lo que acelerará la senda de la transición energética. Todas son necesarias y deben contribuir a la salida de la crisis y a hacer más sostenible nuestro país y nuestro planeta. Busquemos las soluciones más eficientes, ahora que el dinero público tiene prioridades evidentes”, concluyó.
Por su parte, el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, repasó el entorno macroeconómico, el desempeño de la compañía en el año 2019, el plan de resiliencia para 2020 y las perspectivas estratégicas de futuro, con el objetivo de ser compañía cero emisiones netas en 2050 como piedra angular, explicaron fuentes de la compañía multienergética.
El consejero delegado de Repsol (aquí en una imagen de archivo) explicó que el Plan de Resiliencia “nos permite mantener dos compromisos: la remuneración a los accionistas y la meta de ser una compañía cero emisiones netas en el año 2050”.
2019, un año “muy relevante” para Repsol
Para el consejero delegado, 2019 fue un año muy relevante para la compañía, “en el que avanzamos en la diversificación de nuestras actividades y en nuestro compromiso con la transición energética, siendo pioneros en el sector tras fijarnos la meta de cero emisiones netas en 2050”.
La compañía reducirá durante 2020 su Indicador de Intensidad de Carbono un 3% frente a 2016, disminuirá las emisiones de CO2 en todos los negocios y aumentará significativamente la capacidad de generación renovable. En este sentido, Imaz mostró su satisfacción porque Repsol se haya consolidado como actor relevante en generación renovable, y en la actualidad cuente con casi 3.000 MW en operación y otros casi 2.000 en desarrollo. También durante el año pasado la compañía superó el millón de clientes de electricidad y gas, un aumento del 31% respecto al inicio de esta actividad, y lanzó soluciones innovadoras para el autoconsumo y la generación distribuida. Además, avanzó en la internacionalización de sus negocios comerciales y en la estrategia de diferenciación del área química, cuya aportación en la lucha contra el coronavirus “está siendo indispensable”. Las refinerías incorporaron mejoras tecnológicas para adaptarse a la nueva normativa internacional de combustibles marítimos (IMO), vigente desde el principio de este año. Por su parte, el negocio de Upstream se centró en priorizar la generación de valor sobre el crecimiento de la producción, manteniendo como eje estratégico la flexibilidad, poniendo el foco en la rotación y mejora de la cartera de activos y en la generación de caja.
Plan de Resiliencia 2020
Imaz llamó la atención sobre la incidencia que la crisis sanitaria está teniendo en el entorno económico, con el mercado de hidrocarburos “en una situación de exceso de oferta no vista en décadas y que lastra consigo los precios del petróleo”. Todo ello, tras un año 2019 “con una dinámica suficientemente retadora que se ha visto superada de forma imprevisible en el primer trimestre de este ejercicio”, con precios que en los últimos días de marzo estuvieron por debajo de los 23 dólares por barril de Brent, añadieron fuentes de Repsol.
Para hacer frente a estas circunstancias, Repsol adoptó un Plan de Resiliencia para 2020 que contempla la puesta en marcha de iniciativas que supondrán reducciones añadidas de más de 350 millones de euros en los gastos operativos y de más de 1.000 millones en las inversiones, así como optimizaciones del capital circulante próximas a 800 millones de euros respecto de las métricas inicialmente presupuestadas.
“Repsol lleva muchos años demostrando que es una compañía resiliente, capaz de salir adelante en contextos desfavorables. En la actual situación de caída de precios y crisis de la covid-19, todos los equipos se han volcado en desplegar una vez más todos los mecanismos a su alcance para afrontar este enorme reto”, afirmó Imaz. El consejero delegado de Repsol explicó que el Plan de Resiliencia “nos permite mantener dos compromisos: la remuneración a los accionistas y la meta de ser una compañía cero emisiones netas en el año 2050”.
“La compañía seguirá avanzando en el camino de la transición energética, como proveedor multienergía hacia un modelo de bajas emisiones”, agregaron desde Repsol. Imaz destacó que “el primer paso lo daremos este mismo año, cumpliendo nuestro objetivo de reducir un 3% el Indicador de Intensidad de Carbono”. El consejero delegado de la multienergética remarcó que es una de las empresas de su sector mejor valoradas y con mayor proporción de inversores ESG (medioambiente, social y gobernanza, por sus siglas en inglés) en su accionariado. Esto hace que la compañía “esté preparada para afrontar los desafíos que presenta un mundo cada vez más descarbonizado, como actor clave en el desarrollo del modelo energético del futuro”, concluyó.