Aevecar, dispuesta a participar en la movilidad eléctrica
“En Aevecar representamos a empresas que se dedican a suministrar lo que sea –gasolina, diésel, GLP, etcétera– para que el vehículo funcione. Y el día que éste se mueva con energía eléctrica, seguro que estaremos allí”, afirmó Víctor García Nebreda, secretario general de la Agrupación Española de Vendedores al por menor de Carburantes y Combustibles (Aevecar), durante la jornada ‘Presente y futuro de la movilidad eléctrica en las estaciones de servicio y el renting’, celebrada el pasado 12 de septiembre.
Fuentes de Aevecar apuntaron que en la actualidad “estamos asistiendo a un periodo de transición entre el coche de combustión y el coche eléctrico, que para muchos ya es realidad y que para otros es cosa del futuro. En cualquiera de los casos, su desarrollo y crecimiento comienza por tener una infraestructura y es en este punto donde las estaciones de servicio juegan un papel fundamental”.
Desde la patronal, presidida por Alejandro Ripoll, se estima que “para que las actuales gasolineras puedan adaptarse a las demandas que la movilidad eléctrica” es necesario llevar a cabo inversiones muy grandes “que el pequeño empresario de una estación de servicios no puede asumir”. Por esta razón el secretario general de Aevecar expresó su deseo de que los ayuntamientos, el Gobierno central o las empresas privadas encargadas de potenciar los coches eléctricos “cuenten con ellos porque nuestra vocación es dar suministro, pero no nos podemos endeudar para ello, y los vehículos eléctricos todavía no tienen suficiente demanda como para que la instalación de cargadores sea rentable”.
En este sentido, Javier Bescós, subdirector de Servicios de Ahorro Energético en Fenie Energía, propuso “abrir el ratio de las ayudas; es decir, que no sólo se subvencione el 40% de la inversión que requiere poner en marcha un punto de carga, sino que se subvencione el 100% para que estaciones de servicios y ayuntamientos puedan instalarlos haciendo frente al coste... porque estamos en un momento en el que el modelo de negocio del coche eléctrico no está consolidado”.
Motivos de un despegue que no termina de llegar
La movilidad eléctrica seguirá avanzando puesto que se trata de “un cambio hacia un mundo más ecológico”, mantuvo Arturo Pérez de Lucia, director gerente de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso del Vehículo Eléctrico, Aedive.
Algunas previsiones auguran que en 2030 el 30% de los vehículos serán eléctricos, pero los actuales datos de matriculaciones no proporcionan una rentabilidad al sector de las estaciones de servicio: “Si observamos las ventas de coches eléctricos, vemos que en 2016 se vendieron 1.850 unidades, frente a los 900.000 vehículos con motores de combustión que se venden al año”, cifró García Nebreda.
Este reparto de las ventas de vehículos nuevos revela que la mayoría de los consumidores españoles “aún no pueden asumir el coste de un vehículo eléctrico, por muy beneficioso que sea para el medio ambiente”. Fuentes de Aevecar aseguran que el precio mínimo de un coche eléctrico ‘es de 30.000 euros aproximadamente, mientras que el de uno de combustión es de 6.000 euros’.
García Nebreda recordó que en 2004 Aevecar fue distinguida con el premio de la Comunidad de Madrid a la Protección del Medio Ambiente. “Nos hemos preocupado bastante por ser un sector muy limpio, porque trabajamos precisamente con sustancias que no lo son”, apostilló.
Ingresos tributarios
Otras de las razones por las que el coche eléctrico todavía no se ha asentado en el mercado español es porque “el petróleo es la energía más barata que existe. Y por eso se ha utilizado” explicó García Nebreda, quien, además, agregó otro motivo por el cual se utilizan combustibles derivados del petróleo: la recaudación tributaria que se logra, ya que “en 2017 se esperan recaudar 11.000 millones de euros del impuesto especial de hidrocarburos sobre un total de 200.000 millones de euros de recaudación impositiva que va a tener el Estado español”.
El secretario de Aevecar subrayó que “el 5,5% del total de impuestos que se van a recaudar en este país, se lograrán vía o venta de combustibles fósiles (…). Esto implicará que en el futuro habrá que crear un impuesto a estas recargas eléctricas de los coches, porque el Estado español no puede permitirse prescindir de un 5,5% de su recaudación impositiva”.