Entrevista a Gustavo Mezquita, gerente de AlterEco y asesor técnico de la CEEES

Para conocer mejor los avances que incorpora la nueva MI-IP 04 nos hemos puesto en contacto con Gustavo Mezquita, gerente de AlterEco Ingeniería y asesor técnico de la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (CEEES), quien explica en la siguiente entrevista diversos aspectos de la norma.

La nueva MIIP 04 supondrá claramente una mejora en la regulación. Hay que tener en cuenta que la antigua ITC fue elaborada hace más de veinte años y los sistemas de seguridad y protección medioambiental que hoy ofrece el mercado son considerablemente mejores a los de entonces. También existen normas tanto nacionales como internacionales, no contempladas en la anterior ITC que sí aparecen en la nueva. Hay que recordar que un reglamento no solo es un conjunto de capítulos y artículos, también forman parte de él las normas que menciona y que a partir de la publicación pasan a ser obligatorias.

Definitivamente, las estaciones de servicio serán más seguras para las personas y ofrecerán más protección para el medioambiente. En la nueva MIIP04 se definen aspectos que disminuirán enormemente el riesgo de fugas de combustible, pero además se mejoran medidas en protección contra incendios en determinados casos, o la instalación eléctrica, por ejemplo. También se determinan condiciones a nivel de certificación para la integración de distintos sistemas, como terminales de pago y surtidores, lo que se hace pensando en el consumidor.

El calendario y condiciones de revisiones e inspecciones periódicas es otro de los aspectos en el que se introducen novedades. Aprovechando la nueva ITC, se está elaborando una norma para armonizar el procedimiento para realizar las inspecciones periódicas para todos los organismos de control y en todo el territorio nacional. En este sentido, hay que destacar que CEEES participa activamente en este grupo. Es un claro ejemplo de que las mejoras no son sólo las que aparecen en el nuevo reglamento, sino que su publicación hace evolucionar paralelamente a todas las partes implicadas en el sector.

Gustavo Mezquita destaca la labor desarrollada por el jefe de Servicio de la Subdirección General de Calidad y Seguridad Industrial Ministerio de Economía Industria y Competititvidad, Emilio Almazán, a la hora de coordinar las propuestas de los grupos de trabajo creados para la elaboración de la ITC-04.

Es muy recomendable leer la memoria de impacto normativo que realizó el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital (Minetur) sobre la nueva ITC MIIP04. En ella se analizan y muestran diferentes aspectos del impacto de la publicación del reglamento tendrá a nivel de inversiones, gastos, compatibilidad con otras regulaciones…

En dicha memoria se hace un estudio de las inversiones a las que estarán obligadas las estaciones dependiendo de los litros que vendan anualmente. En total, la inversión para el sector será de unos 434.000.000 € (unos 105.000.000 € para estaciones que vendan menos de 3 millones de litros y unos 329.000.000 € para el resto). También se contempla la cantidad que las estaciones pueden ahorrarse una vez instalados los nuevos sistemas en comparación con los controles periódicos actuales: unos 13.000.000 €.

En el caso de estaciones que vendan menos de 3.000.000 de litros dispondrán hasta 2040 para implantar la doble pared, aunque es obligatorio para ellas implementar medidas de control adicionales, así como disponer de un sistema de conciliación estadística de inventario de determinadas características.

Para las instalaciones que funcionen en aspiración será necesario instalar —antes de tres años— una válvula antirretorno instalada en el flexible de aspiración del surtidor (ahora suele estar instalada en la arqueta de boca de hombre).

También es importante la obligatoriedad de comunicar a la autoridad competente si se funcionan en algún período del día en régimen desatendido y adaptarse a lo indicado por la nueva ITC antes de un año.

En cualquier caso recomiendo consultar a los profesionales del sector (empresas instaladoras/mantenedoras). En AlterEco disponemos de todas las soluciones necesarias (conversión a doble pared, servicio de conciliación estadística de inventario, servicio de ingeniería obras e instalaciones) y con mucho gusto asesoraremos a cualquier propietario de estaciones de servicio que nos llame.

Indudablemente, adaptarse al nuevo reglamento va a suponer un esfuerzo. Sin embargo, es evidente que se ha tenido en cuenta este aspecto durante la elaboración de la nueva ITC. Las soluciones alternativas para estaciones que venden menos litros de carburantes suponen una inversión mucho más llevadera. Por otra parte, el calendario es suficientemente amplio y la implantación de las medidas que se exigen también supondrá un importante ahorro en controles periódicos. En definitiva, creo que las exigencias son llevaderas; se trata de un reglamento bastante equilibrado, en consonancia con las técnicas disponibles y usadas en nuestro entorno.

Efectivamente, el nuevo reglamento hace posible abaratar la inversión en todos los casos. Se contempla la conversión a doble pared de tanques existentes en lugar de su sustitución, por ejemplo, que es un proceso mucho más económico (algo que ya se estaba haciendo por medio de la aplicación de las normas UNE 62422 y UNE 53935, pero -al no aparecer dichas normas en la anterior ITC- el proceso era más complicado).

También supondrá una inversión mucho menor la implantación de sistemas de conciliación estadística de inventario y monitorización de alarmas en las estaciones que menos litros venden (unos 1.300 € anuales que, comparado con las pruebas de estanqueidad obligatorias en la actualidad, supone un ahorro; además de proporcionar un gran valor añadido).

Un reglamento no debe desarrollarse para establecer o eliminar barreras de entrada a una actividad, y garantizo que esta ITC se elaboró con espíritu constructivo para que las estaciones de servicio cuenten con un marco regulatorio claro y adaptado a los sistemas de seguridad y protección medioambiental disponibles.

El reglamento antiguo data de hace más de veinte años, por lo que podemos decir que esa ITC sí está obsoleta.

Ahora bien, hace casi cinco años que se consensuó el documento que finalmente se ha convertido en la nueva ITC. El mundo evoluciona a una velocidad increíble (cada vez más) y lamentablemente los marcos regulatorios sufren procesos esperpénticamente lentos para poder ser aprobados. Vivir en un club como el europeo supone ventajas (podemos participar en el desarrollo y posteriormente adoptar normas en nuestros reglamentos muy interesantes, o encontrarnos bajo el paraguas de directivas realmente útiles como la MID o ATEX), pero supone que todo debe pasar por la Unión Europea para ser aprobado y validado. Eso implica tiempo.

Las comunidades autónomas también acercan al ámbito local las leyes y aseguran que se cumplan, exigiendo -además, si procede- condiciones adicionales que hagan que las actividades estén mejor adaptadas a las necesidades del ciudadano local. Por el contrario, esa garantía supone que sea necesario un consenso entre dichas comunidades para sacar adelante una regulación como la que nos ocupa.

Si a esto le sumamos el tiempo propio del desarrollo técnico de la ITC y el tiempo que hemos sufrido un gobierno en funciones, la suma final son esos cinco años.

La cuestión es si dado el punto en el que nos encontrábamos abríamos un período de adaptación de la ITC (lo que implicaría pasar otra vez por los procesos de consenso y aprobación) o se publicada el documento ya aprobado. Bajo mi punto de vista, se ha procedido correctamente con la publicación, porque quizá sea mejorable el hecho de implantar un marco regulatorio desarrollado hace cinco años, pero es mucho mejor que seguir funcionando con uno de hace 20.

No obstante, en los próximos meses se elaborará una guía técnica que aclarará muchas dudas que pueden surgir leyendo la nueva ITC. Los actores principales del sector (CEEES a la cabeza) participarán en la elaboración de esta guía.

Quizá el capítulo de estaciones desatendidas se quede un poco escaso (y me refiero al desarrollo del mismo, no a la cantidad de condiciones que se le exigen a una estación desatendida). Esto es debido a que la nueva ITC se desarrolló anteriormente a la ‘Ley 4/2013 de medidas de apoyo al emprendedor y de estímulo del crecimiento y de la creación de empleo’, que supuso un boom de crecimiento para este tipo de establecimientos.

Por otra parte, creo que la nueva ITC -en lo que a detección de fugas se refiere- es un documento en el que se reflejan las mejores técnicas disponibles. No en vano, y después de que se contemplaran en el nuevo reglamento español las técnicas de conciliación estadística de inventario, el Comité Europeo de Normalización incluyó para la nueva versión de la norma EN 13160 una parte específica para estos sistemas, que hasta entonces sólo estaban reflejados en las regulaciones EPA de Estados Unidos.

Llama la atención el caso del País Vasco, que ha decidido establecer su propio calendario de exigencia de doble pared, así como un régimen propio de control de los intersticios y equipos de detección de fugas para tanques de doble pared.

No sé si esto está dentro de la legalidad o no, en términos de competencia, solo lo sabremos si alguien denuncia la situación y finalmente hay una sentencia a favor o en contra de algún órgano o autoridad que corresponda. Lo único que me atrevo a decir es que todos tenemos muy cerca, por ejemplo, el caso de la automoción en Europa: una regulación tan exigente puede llevar a acciones ‘truculentas’ por parte de algún actor para poder cumplir ficticiamente con la norma (lo cual es por supuesto ilegal y debe combatirse por parte de las autoridades), o puede llevar a monopolios en los que una sola empresa ofrezca determinado tipo de servicio o producto, lo que perjudica claramente al propietario del negocio y, como consecuencia, al consumidor final, ya que existirá menos competencia, no habrá posibilidad de comparación, etcétera.

Ahora bien, las autoridades del País Vasco conocen a sus ciudadanos, las características de sus estaciones de servicio y entiendo que lo hacen con un espíritu constructivo.

A pesar de que somos muy aficionarnos a auto flagelarnos, he de decir alto y claro que en España hacemos las cosas razonablemente bien, mejor que otros países que solemos tener como referentes. Después de años viajando, participando en la elaboración de normas internacionales, hablando con operadoras, propietarios de estaciones y empresas instaladoras/mantenedoras de otros países, la conclusión es que estamos en la misma línea (en algunos puntos en condiciones bastante mejores) que nuestro entorno y que los países evolucionados de Occidente.

Por ejemplo, en Estados Unidos se están encontrando con el problema de que necesitan limpiar los tanques por la introducción de los biocombustibles (bacterias, altas viscosidades…). Sin embargo, muchos tanques no cuentan con boca de hombre, algo que aquí nunca ha pasado.

En países de nuestro entorno inmediato se impusieron en el pasado calendarios de conversión a doble pared que no pudieron cumplirse (algo que en la elaboración de nuestra nueva ITC se ha tenido muy en cuenta para no perjudicar la actividad).

Quizá el referente puede ser Reino Unido. He tenido oportunidad de mantener largas conversaciones con Mr. Jamie Thomson, quien fue la máxima autoridad para la protección medioambiental en estaciones de servicio durante mucho tiempo en Reino Unido. Las malas experiencias, entre las que se encuentran contaminaciones de acuíferos o de ríos muy importantes, hicieron a las autoridades tomarse muy en serio el asunto. El famoso ‘Libro Azul’ es el resultado de esas experiencias. En él se definen muchas condiciones de seguridad y protección medioambiental para estaciones de servicio, y hoy en día es una referencia internacional que se ha tenido muy en cuenta para la elaboración de la nueva ITC.

Me gustaría destacar que el resultado final del desarrollo de la nueva ITC es un documento consensuado por todo el sector (en él han participado multitud de partes, lo que hizo que el espíritu fuera necesariamente constructivo para poder llegar a un resultado útil, que era lo necesario).

Cabe destacar el esfuerzo y los medios que asociaciones como AOP, Areta, Aevecar, y por supuesto CEEES, dedicaron a la elaboración del nuevo reglamento. Sin embargo, un nombre sobresale por encima de todos los demás: Emilio Almazán Moro, jefe de Servicio de la Subdirección General de Calidad y Seguridad Industrial Ministerio de Economía Industria y Competititvidad. Suya fue la labor de coordinación de propuestas de grupos de trabajo y de buscar soluciones de consenso, algo que en ocasiones no resultó fácil. En lo personal, quiero aprovechar esta ocasión que me brinda la revista Estaciones de Servicio para agradecerle su esfuerzo y la oportunidad que tengo de trabajar y aprender de él.