La cumbre del petróleo de Yeddah acaba sin medidas concretas
Las intenciones de Arabia Saudí de elevar su producción diaria en 2,5 millones de barriles no han sido secundadas por otros productores y se han visto ensombrecidas por el sabotaje de los rebeldes a un oleoducto de Nigeria y por el ataque, atribuido a las FARC, contra la tubería de Caño Limón-Coveñas en Colombia. Estos ataques han reavivado los rumores de un eventual desabastecimiento de petróleo en el futuro y hacen prever nuevas subidas de los costes.
En el encuentro, convocado por el rey Abdalá de Arabia, se han dado cita tanto los principales productores de petróleo, entre ellos México, Noruega y los integrantes de la OPEP, como los más importantes consumidores, entre los que figuraban China, la India, Brasil, Corea o España. Productores y consumidores discrepan sobre las razones de la situación petrolera actual: mientras los primeros culpan a los especuladores, a los elevados impuestos en los estados consumidores y al aumento del consumo en los países en vías de desarrollo, los segundos responsabilizan a las cuotas establecidas por la OPEP.
El ministro de Industria, Turismo y Comercio español, Miguel Sebastián, ha resaltado la elevada dependencia mundial de los combustibles fósiles y la necesidad de profundizar en los procesos de eficiencia energética. Los asistentes han hecho un llamamiento final para garantizar la estabilidad del sistema energético mediante un incremento de la oferta de crudo y para reforzar la transparencia de los sistemas financieros, es decir, frenar a los especuladores, pero nada ha quedado definitivamente cerrado.