La Universidad Autónoma de Barcelona afirma que apostar por los biocarburantes es poco aconsejable
Revista Estaciones de servicio23/04/2007
EESS Digital.- Una tesis doctoral desarrollada en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) concluye que apostar por los biocarburantes y gastar dinero público en incentivar la producción de biocombustibles no es una buena estrategia, puesto que, a largo plazo, son tan caros como los convencionales y no implican mejoras medioambientales.
La autora de la tesis, Daniela Russi, que ha realizado su trabajo en el Departamento de Economía e Historia de la Economía de la UAB, alerta del peligro de presentar a los biocarburantes como la varita mágica para resolver problemas como el precio del petróleo, el cambio climático, la seguridad energética o la contaminación urbana.
La reducción de la diversidad agrícola y la erosión del suelo por el uso de pesticidas y fertilizantes, son algunas de las consecuencias de la apuesta por los biocarburantes, que están jugando un papel importante en las políticas energéticas, tanto en el ámbito europeo como en las políticas estatales y autonómicas.
En 2003, la Unión Europea publicó una directiva que establecía que el 5,75% de toda la energía consumida en el sector del transporte en 2010 tenía que derivar de biocarburantes.La tesis de Russi asegura que aunque se alcanzara el objetivo de la Directiva, el ahorro de energía y de gases invernaderos sería muy modesto, por debajo del 1% de las emisiones de la UE.
Además, el trabajo sostiene que si se tuvieran cuenta las emisiones por transporte de las semillas oleaginosas importadas y las importaciones de alimentos que serían sustituidos por los cultivos energéticos, el ahorro sería menor, y si las materias primas fueran importadas de países extra europeos, el resultado podría ser incluso negativo.
La autora de la tesis, Daniela Russi, que ha realizado su trabajo en el Departamento de Economía e Historia de la Economía de la UAB, alerta del peligro de presentar a los biocarburantes como la varita mágica para resolver problemas como el precio del petróleo, el cambio climático, la seguridad energética o la contaminación urbana.
La reducción de la diversidad agrícola y la erosión del suelo por el uso de pesticidas y fertilizantes, son algunas de las consecuencias de la apuesta por los biocarburantes, que están jugando un papel importante en las políticas energéticas, tanto en el ámbito europeo como en las políticas estatales y autonómicas.
En 2003, la Unión Europea publicó una directiva que establecía que el 5,75% de toda la energía consumida en el sector del transporte en 2010 tenía que derivar de biocarburantes.La tesis de Russi asegura que aunque se alcanzara el objetivo de la Directiva, el ahorro de energía y de gases invernaderos sería muy modesto, por debajo del 1% de las emisiones de la UE.
Además, el trabajo sostiene que si se tuvieran cuenta las emisiones por transporte de las semillas oleaginosas importadas y las importaciones de alimentos que serían sustituidos por los cultivos energéticos, el ahorro sería menor, y si las materias primas fueran importadas de países extra europeos, el resultado podría ser incluso negativo.