Las estaciones se reciclan en negocios de otra actividad en Argentina
Revista Estaciones de servicio17/05/2005
AMDPress.- La fuerte recesión en la demanda de naftas en estaciones de servicio argentinas, que ya sólo ofrecen combustibles líquidos, unida al boicot a los negocios de Shell, ha llevado a muchos expendedores a tomar la decisión de cerrar sus negocios definitivamente. También las petroleras que poseían estaciones que no les eran rentables han colgado las mangueras.
Este cierre generalizado ha motivado que esas antiguas gasolineras se hayan transformado hoy en edificios, garajes o depósitos, y hayan dicho adiós a su actividad original.
Nace así un nuevo tipo de transacciones poco habituales durante la década del 90. Los terrenos de las estaciones situadas en suelo urbano son solicitados para la construcción de edificios de lujo. Tal y como reconoce un operador inmobiliario a www.surtidores.com, "en los últimos meses ha crecido la oferta de terrenos donde antes había estaciones de servicio", gracias a su excelente ubicación y dimensiones.
Si hace diez años, las petroleras compraban esquinas con edificios enteros, que demolían para hacer estaciones de servicio. Ahora es al revés", ha explicado Carlos Calabró, titular de la Federación de Empresarios de Combustibles (FECRA), al Diario Clarín.
Este fenómeno no es exclusivo de Buenos Aires. Si bien las operaciones más importantes se dan en el ámbito de capital federal, el fenómeno se repite a lo largo de todo el país. Un ejemplo lo tenemos en la localidad de Rosario. En esta ciudad cerraron el 21% de las estaciones de servicio que figuran actualmente en su padrón, según datos de la Secretaría de Energía.
La Federación de Obreros y Empleados ha advertido de esta situación en su proyecto de comercialización enviado al Congreso de Argentina. "Desde el año 1998 hasta la fecha han cesado en su actividad mas de 1.300 de las 6.300 estaciones que existían, en tanto otras 500 operan en forma discontinua como antesala de su cierre, y mas de 15.000 trabajadores han perdido indebidamente fuente de trabajo, sin que tal merma haya sido compensada con las nuevas aperturas".
Fuera de los límites urbanos la situación de reconversión no resulta más fácil. Víctimas del sistema de comercialización directa, muchos expendedores que atendían al sector rural han interrumpido su actividad. La solución está en buscar nuevas oportunidades pero en negocios diferentes.
Este cierre generalizado ha motivado que esas antiguas gasolineras se hayan transformado hoy en edificios, garajes o depósitos, y hayan dicho adiós a su actividad original.
Nace así un nuevo tipo de transacciones poco habituales durante la década del 90. Los terrenos de las estaciones situadas en suelo urbano son solicitados para la construcción de edificios de lujo. Tal y como reconoce un operador inmobiliario a www.surtidores.com, "en los últimos meses ha crecido la oferta de terrenos donde antes había estaciones de servicio", gracias a su excelente ubicación y dimensiones.
Si hace diez años, las petroleras compraban esquinas con edificios enteros, que demolían para hacer estaciones de servicio. Ahora es al revés", ha explicado Carlos Calabró, titular de la Federación de Empresarios de Combustibles (FECRA), al Diario Clarín.
Este fenómeno no es exclusivo de Buenos Aires. Si bien las operaciones más importantes se dan en el ámbito de capital federal, el fenómeno se repite a lo largo de todo el país. Un ejemplo lo tenemos en la localidad de Rosario. En esta ciudad cerraron el 21% de las estaciones de servicio que figuran actualmente en su padrón, según datos de la Secretaría de Energía.
La Federación de Obreros y Empleados ha advertido de esta situación en su proyecto de comercialización enviado al Congreso de Argentina. "Desde el año 1998 hasta la fecha han cesado en su actividad mas de 1.300 de las 6.300 estaciones que existían, en tanto otras 500 operan en forma discontinua como antesala de su cierre, y mas de 15.000 trabajadores han perdido indebidamente fuente de trabajo, sin que tal merma haya sido compensada con las nuevas aperturas".
Fuera de los límites urbanos la situación de reconversión no resulta más fácil. Víctimas del sistema de comercialización directa, muchos expendedores que atendían al sector rural han interrumpido su actividad. La solución está en buscar nuevas oportunidades pero en negocios diferentes.