La Comisión quiere que gasolina y gasóleo tributen por igual en 2023
Bruselas descarta que idea de equiparar impuestos carburantes tenga impacto negativo en el diésel
Revista Estaciones de servicio28/05/2012
EESS Digital.- El comisario europeo de Fiscalidad, Algirdas Semeta, ha descartado la idea de que la propuesta del Ejecutivo comunitario para equiparar los impuestos a los carburantes a partir de 2023 tenga un impacto negativo para el parque de coches diésel en Europa. La evaluación de impacto que acompaña a la propuesta muestra que la revisión de la directiva no haría más que estabilizar la cuota del mercado del diésel más o menos en el 60% en 2030 frente a un aumento del 64% si no se adopta la revisión, ha explicado Semeta.
El comisario ha dado estas explicaciones en respuesta a una pregunta del eurodiputado de CiU, Ramón Tremosa, que increpó al Ejecutivo comunitario sobre esta cuestión por su temor a un posible debilitamiento de la posición competitiva de la industria europea a nivel mundial, teniendo en cuenta que es líder en tecnología diésel avanzada.
Semeta ha avanzado que se espera que sigan creciendo las ventas totales de automóviles diesel ante las previsiones que maneja el Ejecutivo comunitario de que el parque total de coches en la UE siga creciendo en su conjunto de aquí a 2030. Así, el comisario explica que la directiva revisada pretende únicamente ralentizar la tendencia hacia una mayor dieselización del parque automovilístico europeo, pero no va a repercutir negativamente en la viabilidad de la industria europea del automóvil, ha insistido el comisario.
Según la propuesta de Bruselas, el principio de equivalencia se aplicaría a todos los productos energéticos y exigiría fijar tipos impositivos únicos para el mismo uso de combustible, de manera que habría un tipo para gravar el consumo energético general y otro para las emisiones de CO2. En todo caso, los Estados miembros mantendrán un gran margen de flexibilidad para fijar ambos por encima del tipo mínimo.
Además el Ejecutivo comunitario justificado que el tipo impositivo aplicable al contenido de energía de los carburantes e automoción no entraría en vigor hasta 2023 por lo que tanto la industria como los consumidores tienen tiempo suficiente para la adaptación.
El comisario ha dado estas explicaciones en respuesta a una pregunta del eurodiputado de CiU, Ramón Tremosa, que increpó al Ejecutivo comunitario sobre esta cuestión por su temor a un posible debilitamiento de la posición competitiva de la industria europea a nivel mundial, teniendo en cuenta que es líder en tecnología diésel avanzada.
Semeta ha avanzado que se espera que sigan creciendo las ventas totales de automóviles diesel ante las previsiones que maneja el Ejecutivo comunitario de que el parque total de coches en la UE siga creciendo en su conjunto de aquí a 2030. Así, el comisario explica que la directiva revisada pretende únicamente ralentizar la tendencia hacia una mayor dieselización del parque automovilístico europeo, pero no va a repercutir negativamente en la viabilidad de la industria europea del automóvil, ha insistido el comisario.
Según la propuesta de Bruselas, el principio de equivalencia se aplicaría a todos los productos energéticos y exigiría fijar tipos impositivos únicos para el mismo uso de combustible, de manera que habría un tipo para gravar el consumo energético general y otro para las emisiones de CO2. En todo caso, los Estados miembros mantendrán un gran margen de flexibilidad para fijar ambos por encima del tipo mínimo.
Además el Ejecutivo comunitario justificado que el tipo impositivo aplicable al contenido de energía de los carburantes e automoción no entraría en vigor hasta 2023 por lo que tanto la industria como los consumidores tienen tiempo suficiente para la adaptación.