Para reducir la "excesiva dependencia del petróleo" de la UE
Bruselas exige a España multiplicar por 60 los puntos de recarga de coches eléctricos
Revista Estaciones de servicio30/01/2013
Siim kallas
La Comisión Europea ha exigido a España que multiplique por 60 los puntos de recarga de vehículos eléctricos abiertos al público de aquí a 2020, lo que supondrá pasar de los 1.356 existentes en la actualidad a 82.000 dentro de siete años. Para entonces, el Gobierno español prevé que un total de 2,5 millones de coches eléctricos circulen por nuestras carreteras.
A pesar de la llamada de atención de Bruselas, España es uno de los socios europeos con más puntos de recarga para vehículos eléctricos. Por su parte, Alemania deberá pasar de 1.937 a 150.000, Italia de 1.350 a 125.000, Reino Unido de 703 a 122.000 y Francia de 1.600 a 97.000.
La puesta en marcha de la red de puntos de recarga que pretende la Unión Europea requerirá la inversión de unos 8.000 millones de euros, según los cálculos efectuados por la propia Comisión. En cualquier caso, el Ejecutivo comunitario está decidido a impulsar el coche eléctrico en el Viejo Continente, para lo que se deben sortear los tres obstáculos que impiden su despegue definitivo: el elevado precio de los vehículos, la escasa aceptación por parte de los consumidores y la falta de estaciones de recarga.
La Comisión Europea piensa que la puesta en marcha de esta red transnacional de puntos de recarga actuará como detonante para eliminar el resto de las barreras que impiden el éxito del coche eléctrico. Una vez se cuente con una infraestructura de recarga suficiente, los fabricantes automovilísticos estarán en condiciones de producir en masa unidades más baratas, lo que mejorará la percepción del coche eléctrico por parte de los usuarios.
Todo ello para, según ha confirmado el comisario de Transportes, Siim Kallas, reducir nuestra dependencia excesiva del petróleo y desarrollar una industria del transporte capaz de responder a las demandas del siglo XXI a un coste asequible.
Hidrógeno, GNL y GNC En cualquier caso, Bruselas no quiere poner todos los huevos en la misma cesta a la hora de intentar reducir su dependencia del petróleo. En este sentido, la Comisión Europea pretende dar un espaldarazo a otros combustibles, como el hidrógeno, el gas natural licuado (GNL) y el gas natural comprimido (GNC).
En lo que respecta al gas natural licuado, su utilización ha crecido en los últimos años, pero no acaba de tener la aceptación que la Administración quisiera debido a, entre otras causas, la escasez de puntos de suministro. Por ello, el Ejecutivo comunitario propone que de aquí a 2020 las carreteras europeas cuenten con al menos una estación de GNL cada 400 kilómetros.
En cuanto al gas natural comprimido, es el combustible utilizado por al menos un millón de vehículos europeos, aunque la industria pretende multiplicar esa cifra por diez en los próximos siete años. Para dar cobertura a todos esos coches, Bruselas exige la instalación de puntos de repostaje de GNC abiertos al público cada 150 kilómetros.
Por lo que se refiere al hidrógeno, la Comisión destaca que tanto Alemania como Italia y Dinamarca ya cuentan con un número significativo de puntos de suministro. La propuesta de Bruselas en este campo pasa por adaptar las estaciones existentes a estándares comunes con el objetivo de asegurar la movilidad de los vehículos de hidrógeno.
Llama la atención que en su estrategia sobre combustibles limpios, la UE sostiene que no tiene ninguna acción prevista con respecto al fomento del Gas Licuado de Petróleo (GLP o autogás), puesto que, en opinión del Ejecutivo comunitario la infraestructura esencial ya está establecida.
La Comisión Europea afirma que los Estados miembro podrán implementar estos cambios sin que ello implique necesariamente gasto público. Como alternativas, Bruselas propone modificar la normativas locales y fomentar la inversión y participación del sector privado. Adicionalmente, la Unión Europea dará apoyo a sus socios a través de los fondos para redes transeuropeas y los fondos estructurales.
A pesar de la llamada de atención de Bruselas, España es uno de los socios europeos con más puntos de recarga para vehículos eléctricos. Por su parte, Alemania deberá pasar de 1.937 a 150.000, Italia de 1.350 a 125.000, Reino Unido de 703 a 122.000 y Francia de 1.600 a 97.000.
La puesta en marcha de la red de puntos de recarga que pretende la Unión Europea requerirá la inversión de unos 8.000 millones de euros, según los cálculos efectuados por la propia Comisión. En cualquier caso, el Ejecutivo comunitario está decidido a impulsar el coche eléctrico en el Viejo Continente, para lo que se deben sortear los tres obstáculos que impiden su despegue definitivo: el elevado precio de los vehículos, la escasa aceptación por parte de los consumidores y la falta de estaciones de recarga.
La Comisión Europea piensa que la puesta en marcha de esta red transnacional de puntos de recarga actuará como detonante para eliminar el resto de las barreras que impiden el éxito del coche eléctrico. Una vez se cuente con una infraestructura de recarga suficiente, los fabricantes automovilísticos estarán en condiciones de producir en masa unidades más baratas, lo que mejorará la percepción del coche eléctrico por parte de los usuarios.
Todo ello para, según ha confirmado el comisario de Transportes, Siim Kallas, reducir nuestra dependencia excesiva del petróleo y desarrollar una industria del transporte capaz de responder a las demandas del siglo XXI a un coste asequible.
Hidrógeno, GNL y GNC En cualquier caso, Bruselas no quiere poner todos los huevos en la misma cesta a la hora de intentar reducir su dependencia del petróleo. En este sentido, la Comisión Europea pretende dar un espaldarazo a otros combustibles, como el hidrógeno, el gas natural licuado (GNL) y el gas natural comprimido (GNC).
En lo que respecta al gas natural licuado, su utilización ha crecido en los últimos años, pero no acaba de tener la aceptación que la Administración quisiera debido a, entre otras causas, la escasez de puntos de suministro. Por ello, el Ejecutivo comunitario propone que de aquí a 2020 las carreteras europeas cuenten con al menos una estación de GNL cada 400 kilómetros.
En cuanto al gas natural comprimido, es el combustible utilizado por al menos un millón de vehículos europeos, aunque la industria pretende multiplicar esa cifra por diez en los próximos siete años. Para dar cobertura a todos esos coches, Bruselas exige la instalación de puntos de repostaje de GNC abiertos al público cada 150 kilómetros.
Por lo que se refiere al hidrógeno, la Comisión destaca que tanto Alemania como Italia y Dinamarca ya cuentan con un número significativo de puntos de suministro. La propuesta de Bruselas en este campo pasa por adaptar las estaciones existentes a estándares comunes con el objetivo de asegurar la movilidad de los vehículos de hidrógeno.
Llama la atención que en su estrategia sobre combustibles limpios, la UE sostiene que no tiene ninguna acción prevista con respecto al fomento del Gas Licuado de Petróleo (GLP o autogás), puesto que, en opinión del Ejecutivo comunitario la infraestructura esencial ya está establecida.
La Comisión Europea afirma que los Estados miembro podrán implementar estos cambios sin que ello implique necesariamente gasto público. Como alternativas, Bruselas propone modificar la normativas locales y fomentar la inversión y participación del sector privado. Adicionalmente, la Unión Europea dará apoyo a sus socios a través de los fondos para redes transeuropeas y los fondos estructurales.