El consumo total de carburantes se sitúa en registros equivalentes al año 2002

Consumo (500x335)

La profunda crisis económica, unida al encarecimiento sin precedentes de los carburantes, ha propiciado el descalabro de su consumo, que en el caso de la gasolina 95 ha retrocedido hasta niveles de 1999 y se ha estancado en los 4,9 millones de toneladas (-7,1%), mientras que el gasóleo se quedaba en los 21,2 millones de toneladas y caía un 6,1%. En total, el consumo de carburantes se desplomó un 6,3% en 2012 y se situó en niveles nunca vistos desde 2002. En total, los conductores españoles demandaron un total de 25,6 millones de toneladas de combustibles de automoción, según los datos recogidos por la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores). Lejos de ir a mejor, la tendencia en el consumo de carburantes es descendente, como evidencian los datos del último mes del año, en el que se agudizaron los desplomes. Así, en diciembre, la demanda de carburante cayó un 8,5%, con la gasolina 95 dejándose un 8,3% en relación a diciembre de 2011 y el consumo de gasóleo perdiendo 8,6 puntos con respecto a un año antes. Como telón de fondo de este escenario de descenso en picado de los carburantes se encuentran las subidas de impuestos sufridas por estos productos a lo largo de 2012. Además del consabido incremento del IVA, del 18% al 21%, que entró en vigor en septiembre, hay que sumar la proliferación del céntimo sanitario a lo largo y ancho de toda la geografía española. Sin embargo, la Administración asegura que el encarecimiento de los carburantes se debe a los márgenes que se embolsan las petroleras, que propician que el precio antes de impuestos sea superior en España a la media europea. Los operadores, por su parte, aseguran que su margen, descontando los gastos, asciende a entre uno y dos céntimos de euro por litro, aunque cuando litigan en los tribunales para reclamar el lucro cesante cuando una estación se desvincula de un contrato de suministro en exclusiva afirman, apoyándose en informes elaborados por prestigiosas firmas auditoras, que ese margen es hasta siete veces superior al declarado públicamente.