El desplome de las ventas ya destruye empleo en las estaciones extremeñas
Revista Estaciones de servicio06/05/2013
Casto bravo 6 may
El desplome continuado de las ventas de combustibles de automoción está propiciando que los empresarios de estaciones de servicio de Extremadura hayan tenido que llevar a cabo importantes reducciones de plantilla en sus negocios. Así al menos lo ha manifestado Casto Bravo, presidente de la Asociación Regional de Estaciones de Servicio de Extremadura (Aresex), en declaraciones a Efe.
Según Bravo, muchas gasolineras de la comunidad se encuentran al límite de sus posibilidades, por lo que los empresarios del sector se están viendo obligados a despedir a algunos empleados o a convertir contratos de jornada completa en medias jornadas. Esta merma en la cantidad y calidad del empleo generado por el sector en Extremadura se produce tanto en ámbitos rurales como en zonas urbanas (Badajoz capital es un buen ejemplo).
Según Bravo, estas circunstancias son lógicas porque los gasolineros ya no logran ingresos suficientes para poder pagar a todos sus empleados. Y todo ello por el desplome de las ventas, que desde mayo de 2011 han caído más de un 30%.
Lejos de las teorías clásicas del equilibrio entre oferta y demanda, esta contracción del consumo no ha traído aparejada una reducción del precio en el surtidor. En palabras de Bravo, mientras el petróleo sigue bajando, esta tendencia no repercute en el PVP de los carburantes porque son las petroleras quienes marcan el precio.
Una situación que cambiará gracias al RD-L 4/2013, que propiciará una revisión de los contratos que ligan a estaciones de servicio y petroleras, que permitirá a los empresarios hablar de tú a tú con los operadores y dibujará un nuevo panorama en el sector de la distribución de carburante.
Según Bravo, muchas gasolineras de la comunidad se encuentran al límite de sus posibilidades, por lo que los empresarios del sector se están viendo obligados a despedir a algunos empleados o a convertir contratos de jornada completa en medias jornadas. Esta merma en la cantidad y calidad del empleo generado por el sector en Extremadura se produce tanto en ámbitos rurales como en zonas urbanas (Badajoz capital es un buen ejemplo).
Según Bravo, estas circunstancias son lógicas porque los gasolineros ya no logran ingresos suficientes para poder pagar a todos sus empleados. Y todo ello por el desplome de las ventas, que desde mayo de 2011 han caído más de un 30%.
Lejos de las teorías clásicas del equilibrio entre oferta y demanda, esta contracción del consumo no ha traído aparejada una reducción del precio en el surtidor. En palabras de Bravo, mientras el petróleo sigue bajando, esta tendencia no repercute en el PVP de los carburantes porque son las petroleras quienes marcan el precio.
Una situación que cambiará gracias al RD-L 4/2013, que propiciará una revisión de los contratos que ligan a estaciones de servicio y petroleras, que permitirá a los empresarios hablar de tú a tú con los operadores y dibujará un nuevo panorama en el sector de la distribución de carburante.