La batalla de los márgenes
Revista Estaciones de servicio08/03/2013
La batalla de los margenes
Que el mercado de distribución de carburante al por menor atraviesa una de las etapas más convulsas desde que el sector se liberalizara hace aproximadamente dos décadas es algo que ya nadie pone en duda.
La contracción del consumo ha propiciado que casi todos los actores que intervienen en la cadena de suministro de combustibles de automoción atraviesen serias dificultades para mantener sus negocios a flote.
Y decimos casi todos porque, tal y como suele suceder en estos casos, el pez grande continúa siendo el pez grande y cuando no se come al chico lo asfixia de tal modo que la supervivencia de este último es poco menos que un milagro.
Así sucede con las petroleras, casi los únicos protagonistas del sector con posibilidades efectivas de determinar el precio de los carburantes. El margen de los operadores ha crecido progresivamente desde que comenzara la crisis. Es decir, en un entorno caracterizado por la drástica reducción de la demanda, las petroleras han incrementado sus márgenes y con ello el precio del litro de gasolina y gasóleo.
La cuenta es sencilla: si quiero mantener mi beneficio y cada vez vendo menos litros he de incrementar el margen por litro para que mi resultado final sea el mismo.
Informes auditados No lo decimos nosotros, lo dicen las propias petroleras, que cuando plantan batalla en los juzgados porque un gasolinero decide acabar con el suministro en exclusiva presentan informes avalados por los más prestigiosos auditores en los que calculan el lucro cesante derivado del fin de la relación con el empresario en cuestión.
En esos informes, a los que ha tenido acceso Estaciones de Servicio, las principales petroleras que operan en nuestro país, Repsol y Cepsa, calculan un lucro cesante según el cual sus márgenes por cada litro vendido son muy superiores a los uno o dos céntimos de euro que afirman obtener cuando hacen declaraciones públicas. (Continúa leyendo este reportaje*)
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La contracción del consumo ha propiciado que casi todos los actores que intervienen en la cadena de suministro de combustibles de automoción atraviesen serias dificultades para mantener sus negocios a flote.
Y decimos casi todos porque, tal y como suele suceder en estos casos, el pez grande continúa siendo el pez grande y cuando no se come al chico lo asfixia de tal modo que la supervivencia de este último es poco menos que un milagro.
Así sucede con las petroleras, casi los únicos protagonistas del sector con posibilidades efectivas de determinar el precio de los carburantes. El margen de los operadores ha crecido progresivamente desde que comenzara la crisis. Es decir, en un entorno caracterizado por la drástica reducción de la demanda, las petroleras han incrementado sus márgenes y con ello el precio del litro de gasolina y gasóleo.
La cuenta es sencilla: si quiero mantener mi beneficio y cada vez vendo menos litros he de incrementar el margen por litro para que mi resultado final sea el mismo.
Informes auditados No lo decimos nosotros, lo dicen las propias petroleras, que cuando plantan batalla en los juzgados porque un gasolinero decide acabar con el suministro en exclusiva presentan informes avalados por los más prestigiosos auditores en los que calculan el lucro cesante derivado del fin de la relación con el empresario en cuestión.
En esos informes, a los que ha tenido acceso Estaciones de Servicio, las principales petroleras que operan en nuestro país, Repsol y Cepsa, calculan un lucro cesante según el cual sus márgenes por cada litro vendido son muy superiores a los uno o dos céntimos de euro que afirman obtener cuando hacen declaraciones públicas. (Continúa leyendo este reportaje*)
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