Un juez de Luisiana asegura que la petrolera cometió una "negligencia extrema"
La Justicia estadounidense condena a BP a pagar otros 18.000 millones de dólares por el vertido de la Deepwater Horizon
Revista Estaciones de servicio08/09/2014
Bp 2176
La Justicia estadounidense ha condenado recientemente a BP a pagar otros 18.000 millones de dólares por el vertido de crudo provocado tras la explosión de la plataforma petrolífera Deepwater Horizon en la primavera de 2010. Esta cantidad se añadiría a los más de 42.000 millones de dólares que la petrolera británica ya ha tenido que desembolsar tras el que ha sido calificado como mayor desastre ecológico de la historia en Estados Unidos.
Fuentes de BP consultadas por Reuters han afirmado que la multinacional recurrirá la sentencia del juez de distrito Carl Barbier, que imparte justicia en Nueva Orleans (Luisiana), muy cerca del lugar donde explotó la plataforma.
Y es que, aunque en virtud de la Ley Federal de Aguas Limpias (Clean Water Act), Barbier cifra las compensaciones a las que deberá hacer frente BP en unos 17.600 millones de dólares, la petrolera considera en un comunicado que la citada norma “es clara al señalar que demostrar una gran negligencia requiere un estándar muy alto que no se cumple en este caso”.
Por este motivo, la petrolera británica cree que “una visión imparcial del historial no respalda la errónea conclusión alcanzada por el tribunal de distrito”. La conclusión a la que alude la compañía energética no puede ser más contundente: “El tribunal concluye que el derrame de petróleo fue el resultado de una extrema negligencia o de una deliberada mala praxis por parte de BP”, asegura el dictamen.
Reacción diplomática
La multimillonaria compensación que el juez estadounidense ha impuesto a BP ha provocado que incluso el Gobierno británico tome cartas en el asunto, hasta el punto de que el Ejecutivo que dirige David Cameron ha solicitado formalmente a la Corte Suprema de Estados Unidos que revise la decisión del juez del distrito de Nueva Orleans.
El Gobierno británico sostiene que la multa impuesta por el juez Barbier genera “grandes preocupaciones a nivel internacional” respecto a la confianza en “la solución justa de las disputas”, lo que podría afectar a la “legitimidad necesaria para el comercio internacional”, en lo que parece una clara advertencia para el Ejecutivo norteamericano, especialmente si se tiene en cuenta que el intercambio comercial entre ambos países supera los 200.000 millones de dólares anuales.
Fuentes de BP consultadas por Reuters han afirmado que la multinacional recurrirá la sentencia del juez de distrito Carl Barbier, que imparte justicia en Nueva Orleans (Luisiana), muy cerca del lugar donde explotó la plataforma.
Y es que, aunque en virtud de la Ley Federal de Aguas Limpias (Clean Water Act), Barbier cifra las compensaciones a las que deberá hacer frente BP en unos 17.600 millones de dólares, la petrolera considera en un comunicado que la citada norma “es clara al señalar que demostrar una gran negligencia requiere un estándar muy alto que no se cumple en este caso”.
Por este motivo, la petrolera británica cree que “una visión imparcial del historial no respalda la errónea conclusión alcanzada por el tribunal de distrito”. La conclusión a la que alude la compañía energética no puede ser más contundente: “El tribunal concluye que el derrame de petróleo fue el resultado de una extrema negligencia o de una deliberada mala praxis por parte de BP”, asegura el dictamen.
Reacción diplomática
La multimillonaria compensación que el juez estadounidense ha impuesto a BP ha provocado que incluso el Gobierno británico tome cartas en el asunto, hasta el punto de que el Ejecutivo que dirige David Cameron ha solicitado formalmente a la Corte Suprema de Estados Unidos que revise la decisión del juez del distrito de Nueva Orleans.
El Gobierno británico sostiene que la multa impuesta por el juez Barbier genera “grandes preocupaciones a nivel internacional” respecto a la confianza en “la solución justa de las disputas”, lo que podría afectar a la “legitimidad necesaria para el comercio internacional”, en lo que parece una clara advertencia para el Ejecutivo norteamericano, especialmente si se tiene en cuenta que el intercambio comercial entre ambos países supera los 200.000 millones de dólares anuales.