La ONU propone reducir al máximo el uso de los combustibles fósiles en 2100
Revista Estaciones de servicio10/11/2014
Ipcc
El Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU (IPCC), presentó el pasado 5 de noviembre en Copenhague, Dinamarca, su quinto informe, en el cual mantiene que la única forma de frenar los previsibles efectos del cambio climático es reducir de manera drástica y rápida las emisiones de gases ligadas a los combustibles fósiles hasta llegar a su casi absoluta prohibición en 2100.
El estudio, que es una síntesis de tres volúmenes anteriores publicados a lo largo del último año y en el cual han participado 800 autores que han analizado 30.000 artículos científicos, pretende informar sobre las consecuencias del cambio climático a los responsables políticos que a finales de 2015 se reunirán en París con el objetivo de aprobar un nuevo tratado mundial sobre reducción de gases de efecto invernadero.
El análisis propone acometer una “ambiciosa” reducción de las emisiones de gases, aunque admite que desde el punto de vista económico las consecuencias serían negativas, puesto que el crecimiento económico mundial previsto para todo el siglo XXI, estimado entre el 1,6% y el 3% anual, se reduciría al 0,06%.
Pero desde el punto de vista técnico sí sería posible lograr una severa disminución de gases de efecto invernadero. “Lo que faltan son instituciones y políticas apropiadas", afirmó en un comunicado Youba Sokona, copresidente de uno de los grupos de trabajo del IPCC.
Para limitar el incremento de la temperatura mundial a finales de siglo a dos grados con respecto a los niveles preindustriales, una diferencia que se considera la frontera entre “lo aceptable” y “lo catastrófico”, se necesitarán recortes de emisiones de entre el 40% y el 70% desde la actualidad hasta 2050.
Si el objetivo se logra más tarde los problemas serán mucho más graves. “Los riesgos de cambios abruptos o irreversibles aumentan si lo hace la magnitud del calentamiento”, se apunta en el texto.
El estudio, que es una síntesis de tres volúmenes anteriores publicados a lo largo del último año y en el cual han participado 800 autores que han analizado 30.000 artículos científicos, pretende informar sobre las consecuencias del cambio climático a los responsables políticos que a finales de 2015 se reunirán en París con el objetivo de aprobar un nuevo tratado mundial sobre reducción de gases de efecto invernadero.
El análisis propone acometer una “ambiciosa” reducción de las emisiones de gases, aunque admite que desde el punto de vista económico las consecuencias serían negativas, puesto que el crecimiento económico mundial previsto para todo el siglo XXI, estimado entre el 1,6% y el 3% anual, se reduciría al 0,06%.
Pero desde el punto de vista técnico sí sería posible lograr una severa disminución de gases de efecto invernadero. “Lo que faltan son instituciones y políticas apropiadas", afirmó en un comunicado Youba Sokona, copresidente de uno de los grupos de trabajo del IPCC.
Para limitar el incremento de la temperatura mundial a finales de siglo a dos grados con respecto a los niveles preindustriales, una diferencia que se considera la frontera entre “lo aceptable” y “lo catastrófico”, se necesitarán recortes de emisiones de entre el 40% y el 70% desde la actualidad hasta 2050.
Si el objetivo se logra más tarde los problemas serán mucho más graves. “Los riesgos de cambios abruptos o irreversibles aumentan si lo hace la magnitud del calentamiento”, se apunta en el texto.