Repsol e Indra patentan un sistema para la detección temprana de fugas de hidrocarburos en el mar
Revista Estaciones de servicio27/03/2014
La petrofísica digital permite realizar "en tres semanas experimentos que antes implicaban tres meses", explicó Carlos Santos, científico del Centro de Tecnología Repsol y uno de los líderes del proyecto Sherlock II.
Repsol e Indra han desarrollado y patentado conjuntamente un sistema que permite la “detección temprana de fugas de hidrocarburos en el medio acuático que contribuirá a incrementar todavía en mayor medida la seguridad de las instalaciones de la compañía energética”.
El invento llega en el mejor momento para la petrolera, que -siempre que obtenga la declaración de impacto ambiental positiva por parte del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente- en los próximos meses comenzará a perforar en busca de petróleo en aguas cercanas al archipiélago canario.
El sistema, denominado HEADS por sus siglas en inglés (Hydrocarbon Early and Automatic Detection System), “ha finalizado con éxito la fase de pruebas en el Complejo Industrial de
Repsol en Tarragona, incluida la plataforma Casablanca”, explican desde la compañía que preside Antonio Brufau.
En caso de detectar una anomalía HEADS dispara una alarma sin necesidad de que intervenga el factor humano. El sistema interpreta de manera automática las imágenes registradas a través de infrarrojos y radar. La utilización combinada de estas dos tecnologías “permite maximizar el grado de fiabilidad y la automatización del proceso permite disponer de una monitorización continua sin la intervención de un operador, lo que minimiza el riesgo de error humano”, explican Repsol e Indra en un comunicado conjunto.
¿Cómo funciona?
Por un lado, el radar detecta las diferencias de rugosidad que se producen en la superficie del agua cuando hay presencia de un hidrocarburo, mientras que la cámara de infrarrojos, por su parte, permite “detectar las variaciones de temperatura entre agua e hidrocarburo que se originan por las diferencias entre las propiedades caloríficas de ambos elementos”.
“El sistema dispone de una consola ubicada en una sala de control, donde se monitorizan diferentes operaciones tales como perforación, producción, carga o seguridad”, detallan ambas compañías, para añadir que cuando HEADS detecta un incidente, “además de activar la alarma de forma automática, es capaz de recoger toda la información asociada y de registrar y analizar todos los parámetros relacionados”.
Y todo ello en un tiempo de respuesta “inferior a dos minutos, lo que permite minimizar el impacto y actuar con mayor rapidez para solucionar” la incidencia. HEADS ha pasado las pruebas de funcionamiento para detectar cualquier vertido que se produzca en el mar, “tanto de día como de noche, incluso con condiciones climáticas adversas de lluvia o niebla”.
Para superar esos tests, la petrolera ha puesto a disposición del proyecto “toda la tecnología de su Centro de Tecnología Repsol, que cuenta con un laboratorio capaz de reproducir las condiciones climatológicas que se dan en alta mar”. Además, ha aportado “su amplio conocimiento de los fenómenos físicos relativos a los hidrocarburos y el medio marino, y su experiencia en la exploración y producción de crudo en las zonas más exigentes del planeta”.
El invento llega en el mejor momento para la petrolera, que -siempre que obtenga la declaración de impacto ambiental positiva por parte del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente- en los próximos meses comenzará a perforar en busca de petróleo en aguas cercanas al archipiélago canario.
El sistema, denominado HEADS por sus siglas en inglés (Hydrocarbon Early and Automatic Detection System), “ha finalizado con éxito la fase de pruebas en el Complejo Industrial de
Repsol en Tarragona, incluida la plataforma Casablanca”, explican desde la compañía que preside Antonio Brufau.
En caso de detectar una anomalía HEADS dispara una alarma sin necesidad de que intervenga el factor humano. El sistema interpreta de manera automática las imágenes registradas a través de infrarrojos y radar. La utilización combinada de estas dos tecnologías “permite maximizar el grado de fiabilidad y la automatización del proceso permite disponer de una monitorización continua sin la intervención de un operador, lo que minimiza el riesgo de error humano”, explican Repsol e Indra en un comunicado conjunto.
¿Cómo funciona?
Por un lado, el radar detecta las diferencias de rugosidad que se producen en la superficie del agua cuando hay presencia de un hidrocarburo, mientras que la cámara de infrarrojos, por su parte, permite “detectar las variaciones de temperatura entre agua e hidrocarburo que se originan por las diferencias entre las propiedades caloríficas de ambos elementos”.
“El sistema dispone de una consola ubicada en una sala de control, donde se monitorizan diferentes operaciones tales como perforación, producción, carga o seguridad”, detallan ambas compañías, para añadir que cuando HEADS detecta un incidente, “además de activar la alarma de forma automática, es capaz de recoger toda la información asociada y de registrar y analizar todos los parámetros relacionados”.
Y todo ello en un tiempo de respuesta “inferior a dos minutos, lo que permite minimizar el impacto y actuar con mayor rapidez para solucionar” la incidencia. HEADS ha pasado las pruebas de funcionamiento para detectar cualquier vertido que se produzca en el mar, “tanto de día como de noche, incluso con condiciones climáticas adversas de lluvia o niebla”.
Para superar esos tests, la petrolera ha puesto a disposición del proyecto “toda la tecnología de su Centro de Tecnología Repsol, que cuenta con un laboratorio capaz de reproducir las condiciones climatológicas que se dan en alta mar”. Además, ha aportado “su amplio conocimiento de los fenómenos físicos relativos a los hidrocarburos y el medio marino, y su experiencia en la exploración y producción de crudo en las zonas más exigentes del planeta”.