La AIE recorta sus previsiones de consumo de petróleo para 2016
En su informe correspondiente al mes de enero, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) prevé que los precios del petróleo continúen bajando ante el exceso de la oferta, que se verá agravada con la entrada en el mercado mundial de crudo iraní, una vez que se han levantado las restricciones comerciales al país asiático gracias al abandono de su programa nuclear.
En cuanto a la demanda, las suaves temperaturas del invierno en el hemisferio norte, así como la menor actividad económica de países emergentes como Brasil, China e India, no será capaz de absorber todo el oro negro disponible en el mercado.
El organismo internacional augura que la diferencia entre la oferta y la demanda superará el millón de barriles diarios, lo que provocará “una sobrecarga enorme en el sistema petrolero para absorberla de manera eficaz”. La AIE prevé un crecimiento de la demanda petrolera mundial en 2016 de 1,2 millones de barriles diarios, frente a 1,8 millones de barriles al día de 2015.
La AIE avanza que, a finales del primer trimestre de este año, Irán podría llegar a colocar en el mercado 300.000 barriles diarios más de crudo de los 500.000 que ya está en disposición de producir al día. La suma de ambas cifras compensará ampliamente la caída de 600.000 barriles diarios prevista por parte de países productores no pertenecientes a la OPEP.
El efecto combinado de los comportamientos de la oferta y la demanda está provocando que las reservas mundiales estén alcanzado cifras históricas. No obstante, la AIE considera que aún aumentarán en 285 millones de barriles a lo largo de este año, una circunstancia que abre la posibilidad a que se utilicen buques como almacenes de petróleo ante la presión que el exceso de oferta está generando en las instalaciones de almacenamiento fijas.
La AIE, uno de los organismos que dan forma a la OCDE, señala que en diciembre de 2015 la oferta de la OPEP se redujo en 90.000 barriles diarios, hasta situarse en 32,28 millones de barriles al día debido a la menor producción de Irak y Arabia Saudí, un disminución que, en parte, fue compensada por el aumento de la producción iraní (40.000 barriles diarios), alcanzado así su nivel más alto desde junio de 2012.