La Bolsa desconfía de la hoja de ruta hasta 2016 y la petrolera cae un 7%
El Plan Estratégico de Repsol prevé incrementar los márgenes non-oil en sus estaciones
Revista Estaciones de servicio30/05/2012
EESS Digital.- El presidente de Repsol, Antonio Brufau, compareció ayer, 29 de mayo, ante los medios de comunicación para explicar de qué manera piensa la petrolera afrontar el próximo quinquenio, que comienza con la herida que supuso la expropiación de YPF aún muy abierta. El máximo responsable de la petrolera presentó el Plan Estratégico 2012-2016, una hoja de ruta que prevé que la compañía se centre en lo que, en palabras de Brufau, es su verdadero negocio: el Upstream.
El plan trazado por Repsol contempla inversiones millonarias en las áreas de exploración y producción, la mayoría de ellas en países de la OCDE, con lo que la petrolera española pretende protegerse de las veleidades de los Gobiernos de países que no ofrecen seguridad jurídica a los inversores extranjeros, en clara referencia a Argentina, cuyo Gobierno ha tomado algo que no le pertenecía.
En el resto de segmentos de negocio, la estrategia de Repsol pasa por nadar y guardar la ropa. Finalizado un quinquenio de grandes inversiones en Downstream (con las renovaciones de las refinerías de Cartagena y Bilbao), el periodo 2012-2016 se caracterizará por mantener un perfil inversor bajo en esta actividad. Brufau se jactó de haber hecho los deberes a tiempo y alardeó de los trabajos de reconversión de las citadas refinerías, que han permitido incrementar su producción de destilados medios. Eso, en un país que importa este tipo de productos, supone para nosotros una evidente ventaja competitiva.
Continuando con el área Downstream, pero centrándose más específicamente en el segmento de Marketing, Antonio Brufau subrayó la necesidad de optimizar el negocio de su red de estaciones de servicio en España. Tenemos que vender desde Burger King hasta gasolina, todo por mejorar los servicios que ofrecemos, recalcó el empresario catalán.
Los principales objetivos dentro del capítulo de Marketing incluyen la maximización del valor de los activos y de la posición competitiva, la optimización de la red de estaciones de servicio, el incremento de los márgenes del negocio non-oil y el incremento del margen internacional de lubricantes.
A lo largo de su intervención, Brufau hizo especial hincapié en que el Plan Estratégico de la compañía para los próximos cinco años contempla la reducción de la deuda desde los 9.000 millones actuales a 0 en 2016. Para ello, convertirá sus acciones preferentes en capital en los próximos tres años; venderá la mitad de su autorcartera (el 5%), hará desinversiones selectivas en activos no estratégicos -Brufau no detalló qué unidades tienen colocado el cartel de se vende- y repartirá menos dividendo a sus accionistas. Además, a la deuda que hoy tiene la compañía hay que descontar los 2.000 millones que le correspondían a YPF, la filial argentina nacionalizada el 16 de abril.
El propio Brufau reconoció que el hecho de que una compañía industrial como Repsol deje su deuda a cero es inaudito, pero matizó que la entidad quiere alcanzar ese objetivo, no mantenerlo más allá de 2016, porque eso no sería operativo. En cualquier caso, el ejecutivo ilerdense defendió la idoneidad de la medida para convencer a las agencias de rating de que Repsol es una empresa extremadamente sólida.
Sin embargo, el anunciado endurecimiento de la política de dividendo de la petrolera afectó muy negativamente a su cotización, pues las acciones de Repsol perdían ayer más del 7% de su valor en la Bolsa de Madrid y lideraban el enésimo batacazo del Ibex 35 (siga aquí la evolución de los títulos de Repsol en tiempo real).
El plan trazado por Repsol contempla inversiones millonarias en las áreas de exploración y producción, la mayoría de ellas en países de la OCDE, con lo que la petrolera española pretende protegerse de las veleidades de los Gobiernos de países que no ofrecen seguridad jurídica a los inversores extranjeros, en clara referencia a Argentina, cuyo Gobierno ha tomado algo que no le pertenecía.
En el resto de segmentos de negocio, la estrategia de Repsol pasa por nadar y guardar la ropa. Finalizado un quinquenio de grandes inversiones en Downstream (con las renovaciones de las refinerías de Cartagena y Bilbao), el periodo 2012-2016 se caracterizará por mantener un perfil inversor bajo en esta actividad. Brufau se jactó de haber hecho los deberes a tiempo y alardeó de los trabajos de reconversión de las citadas refinerías, que han permitido incrementar su producción de destilados medios. Eso, en un país que importa este tipo de productos, supone para nosotros una evidente ventaja competitiva.
Continuando con el área Downstream, pero centrándose más específicamente en el segmento de Marketing, Antonio Brufau subrayó la necesidad de optimizar el negocio de su red de estaciones de servicio en España. Tenemos que vender desde Burger King hasta gasolina, todo por mejorar los servicios que ofrecemos, recalcó el empresario catalán.
Los principales objetivos dentro del capítulo de Marketing incluyen la maximización del valor de los activos y de la posición competitiva, la optimización de la red de estaciones de servicio, el incremento de los márgenes del negocio non-oil y el incremento del margen internacional de lubricantes.
A lo largo de su intervención, Brufau hizo especial hincapié en que el Plan Estratégico de la compañía para los próximos cinco años contempla la reducción de la deuda desde los 9.000 millones actuales a 0 en 2016. Para ello, convertirá sus acciones preferentes en capital en los próximos tres años; venderá la mitad de su autorcartera (el 5%), hará desinversiones selectivas en activos no estratégicos -Brufau no detalló qué unidades tienen colocado el cartel de se vende- y repartirá menos dividendo a sus accionistas. Además, a la deuda que hoy tiene la compañía hay que descontar los 2.000 millones que le correspondían a YPF, la filial argentina nacionalizada el 16 de abril.
El propio Brufau reconoció que el hecho de que una compañía industrial como Repsol deje su deuda a cero es inaudito, pero matizó que la entidad quiere alcanzar ese objetivo, no mantenerlo más allá de 2016, porque eso no sería operativo. En cualquier caso, el ejecutivo ilerdense defendió la idoneidad de la medida para convencer a las agencias de rating de que Repsol es una empresa extremadamente sólida.
Sin embargo, el anunciado endurecimiento de la política de dividendo de la petrolera afectó muy negativamente a su cotización, pues las acciones de Repsol perdían ayer más del 7% de su valor en la Bolsa de Madrid y lideraban el enésimo batacazo del Ibex 35 (siga aquí la evolución de los títulos de Repsol en tiempo real).