El Gobierno regional denuncia su total desprecio por el medio ambiente
Repsol comenzará a buscar petróleo en Canarias el año que viene
Revista Estaciones de servicio01/07/2013
Soria 2064
El ministro de Industria, José Manuel Soria, ha confirmado que Repsol comenzará a buscar petróleo el año que viene frente a las costas de Lanzarote y Fuerteventura. El titular de la cartera de Energía se congratuló del comienzo de las prospecciones petrolíferas, que generarán empleo en las Islas y beneficiarán al turismo.
Soria ha defendido los trabajos de búsqueda de crudo como una herramienta para reducir nuestra dependencia energética del extranjero. No tenemos otra opción, aseguró el ministro, quien reiteró que la verdadera tragedia sería que los sondeos desvelaran que el lecho marino canario no alberga petróleo y gas.
El ministro ha anunciado el comienzo de las prospecciones unos días después de que la Generalitat de Cataluña anunciara que ha multado a Repsol con 500.000 euros por el vertido de hidrocarburos que se produjo desde el complejo petroquímico de la compañía al río Francolí en octubre del año pasado. Aunque Repsol aún puede recurrir la sanción, la decisión del Ejecutivo autonómico ha vuelto a situar en el candelero a la petrolera que preside Antonio Brufau.
En este sentido, el comisionado del Gobierno de Canarias para el Desarrollo del Autogobierno y las Reformas Institucionales, Fernando Ríos, ha aprovechado la sanción, impuesta por el derrame de 6.000 toneladas de hidrocarburos, para afirmar que este suceso pone de manifiesto el total desprecio de la compañía por las cuestiones medioambientales.
Canarias pide la paralización de los sondeos
Por eso, el representante del Gobierno canario pide la paralización inmediata de las prospecciones petrolíferas que Repsol tiene previsto llevar a cabo frente a las costas de Lanzarote y Fuerteventura. Según Ríos, las operaciones de una compañía de esta naturaleza no tienen cabida alguna en territorio canario por su elevado índice de riesgo y por su opaca política ambiental.
Para el portavoz del Ejecutivo autonómico, el derrame de Tarragona es la prueba de que las actividades de Repsol no son seguras, a pesar de que la petrolera, con su sistemática y engañosa publicidad difundida de forma intolerable en Canarias pretende convencer a la sociedad de lo contrario, con la complicidad del ministro Soria y del Partido Popular.
Otros vertidos
El comisionado ha recordado que, además de la sanción recientemente impuesta por la Generalitat como consecuencia del derrame al río Francolí, la petrolera ha sido sancionada en dos ocasiones por el Gobierno, que en sendos consejos de ministros celebrados en 2009 ya multó a Repsol por vertidos de hidrocarburos en la provincia de Tarragona.
Por ello, Ríos se muestra especialmente sorprendido de que la compañía publicite la seguridad de sus operaciones en Canarias poniendo como ejemplo las buenas prácticas ambientales que implementa en Tarragona. Según el Gobierno regional, Repsol ha provocado más de 7.000 vertidos en menos de cinco años.
Sólo en 2013, ha protagonizado un escape de crudo en la costa de Perú y una fuga de 25 toneladas de petróleo en Alaska. Precisamente en ese territorio estadounidense tuvo que abandonar dos pozos de exploración de petróleo tras producirse una explosión que provocó el vertido de 15.000 toneladas de crudo.
Soria ha defendido los trabajos de búsqueda de crudo como una herramienta para reducir nuestra dependencia energética del extranjero. No tenemos otra opción, aseguró el ministro, quien reiteró que la verdadera tragedia sería que los sondeos desvelaran que el lecho marino canario no alberga petróleo y gas.
El ministro ha anunciado el comienzo de las prospecciones unos días después de que la Generalitat de Cataluña anunciara que ha multado a Repsol con 500.000 euros por el vertido de hidrocarburos que se produjo desde el complejo petroquímico de la compañía al río Francolí en octubre del año pasado. Aunque Repsol aún puede recurrir la sanción, la decisión del Ejecutivo autonómico ha vuelto a situar en el candelero a la petrolera que preside Antonio Brufau.
En este sentido, el comisionado del Gobierno de Canarias para el Desarrollo del Autogobierno y las Reformas Institucionales, Fernando Ríos, ha aprovechado la sanción, impuesta por el derrame de 6.000 toneladas de hidrocarburos, para afirmar que este suceso pone de manifiesto el total desprecio de la compañía por las cuestiones medioambientales.
Canarias pide la paralización de los sondeos
Por eso, el representante del Gobierno canario pide la paralización inmediata de las prospecciones petrolíferas que Repsol tiene previsto llevar a cabo frente a las costas de Lanzarote y Fuerteventura. Según Ríos, las operaciones de una compañía de esta naturaleza no tienen cabida alguna en territorio canario por su elevado índice de riesgo y por su opaca política ambiental.
Para el portavoz del Ejecutivo autonómico, el derrame de Tarragona es la prueba de que las actividades de Repsol no son seguras, a pesar de que la petrolera, con su sistemática y engañosa publicidad difundida de forma intolerable en Canarias pretende convencer a la sociedad de lo contrario, con la complicidad del ministro Soria y del Partido Popular.
Otros vertidos
El comisionado ha recordado que, además de la sanción recientemente impuesta por la Generalitat como consecuencia del derrame al río Francolí, la petrolera ha sido sancionada en dos ocasiones por el Gobierno, que en sendos consejos de ministros celebrados en 2009 ya multó a Repsol por vertidos de hidrocarburos en la provincia de Tarragona.
Por ello, Ríos se muestra especialmente sorprendido de que la compañía publicite la seguridad de sus operaciones en Canarias poniendo como ejemplo las buenas prácticas ambientales que implementa en Tarragona. Según el Gobierno regional, Repsol ha provocado más de 7.000 vertidos en menos de cinco años.
Sólo en 2013, ha protagonizado un escape de crudo en la costa de Perú y una fuga de 25 toneladas de petróleo en Alaska. Precisamente en ese territorio estadounidense tuvo que abandonar dos pozos de exploración de petróleo tras producirse una explosión que provocó el vertido de 15.000 toneladas de crudo.