El III Foro de Fecamaes congregó en Toledo a más de 150 asistentes
Javier Bru lamenta que los carburantes sean "un arma recaudatoria de la Administración"
Revista Estaciones de servicio24/11/2014
Auditorio fecamaes
El presidente de la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (CEEES), Javier Bru, lamentó el 20 de noviembre que los carburantes de automoción sean “un arma recaudatoria de la Administración”. Bru realizó estas declaraciones en una rueda de prensa celebrada el pasado jueves en el hotel Beatriz de Toledo, en el que tuvo lugar el III Foro de la Federación Castellano Manchega de Estaciones de Servicio (Fecamaes), al cual acudieron más de 150 asistentes.
El evento contó con la participación del presidente de Fecamaes, Alberto Domínguez, así como del vicepresidente de este colectivo empresarial, Javier de Antonio. El interés de la cita logró congregar, además de a los presidentes de diversas asociaciones provinciales de Castilla-La Mancha, al presidente de la Asociación Regional de Empresarios de Estaciones de Servicio de Cantabria, Jorge de Benito; al vicepresidente de la Asociación de Estaciones de Servicio de Aragón (AESAR), Zoilo Ríos, o al máximo responsable de la Asociación Provincial de Estaciones de Servicio de Zamora, Juan José Monge, entre otros.
Ante las preguntas de los periodistas congregados, Bru reiteró que la carga impositiva que se aplica a los carburantes de automoción supone un porcentaje de alrededor del 50% del precio de venta al público de la gasolina y del gasóleo de automoción, relativizando así las consecuencias que en el precio final de ambos combustibles tiene el descenso del precio del barril.
Unidades de suministro desatendidas
En cuanto al desarrollo del III Foro de Fecamaes, el debate sobre las unidades de suministro desatendidas las 24 horas generó un animado debate en el cual participaron Bru, De Antonio, Valentín Martín, socio de la consultora Dmas10; Ángel Marinero, responsable de Estaciones de Servicio de CC.OO., y Joaquín Sánchez-Garrido, asesor jurídico de Fecamaes.
Este último propuso que, en la polémica que rodea a las denominadas estaciones de servicio “low-cost”, se utilice una terminología adecuada que permita definir de forma precisa qué unidades de suministro son las que están ejerciendo una competencia desleal a las estaciones de servicio tradicionales.
En su opinión, son las unidades de suministro desatendidas durante las 24 horas del día las que incumplen normas de consumo y de seguridad. Sánchez-Garrido recordó que en muchas de las estaciones de servicio tradicionales son los propios clientes los que se suministran el carburante y añadió que en ocasiones, durante el horario nocturno, las gasolineras tradicionales no cuentan con personal.
Javier Bru también abogó por utilizar una terminología adecuada a la hora de designar a las unidades de suministro desatendidas, ya que “las estaciones de servicio tradicionales también pretenden ofrecer precios bajos”, pero el hecho de contar con empleados les impide llegar a los niveles de las primeras.
Bru declaró que “quizá la primera puerta” que se abrió a las unidades de suministro desatendidas fuera la retirada de los empleados de las estaciones de servicio de las pistas de repostaje, una práctica que se generalizó hace unos años en gran parte del territorio nacional. El presidente de CEEES explicó que es necesario ofrecer más servicios y aportar un valor añadido a los clientes para hacer frente a las unidades de suministro desatendidas.
Marinero, por su parte, denunció el daño que este tipo de unidades de suministro desatendidas están provocando en el empleo del sector y denunció que en algunas provincias de España, entre las que destacó Lérida, el número de este tipo de instalaciones es mayoritaria frente a las estaciones de servicio tradicionales.
El evento contó con la participación del presidente de Fecamaes, Alberto Domínguez, así como del vicepresidente de este colectivo empresarial, Javier de Antonio. El interés de la cita logró congregar, además de a los presidentes de diversas asociaciones provinciales de Castilla-La Mancha, al presidente de la Asociación Regional de Empresarios de Estaciones de Servicio de Cantabria, Jorge de Benito; al vicepresidente de la Asociación de Estaciones de Servicio de Aragón (AESAR), Zoilo Ríos, o al máximo responsable de la Asociación Provincial de Estaciones de Servicio de Zamora, Juan José Monge, entre otros.
Ante las preguntas de los periodistas congregados, Bru reiteró que la carga impositiva que se aplica a los carburantes de automoción supone un porcentaje de alrededor del 50% del precio de venta al público de la gasolina y del gasóleo de automoción, relativizando así las consecuencias que en el precio final de ambos combustibles tiene el descenso del precio del barril.
Unidades de suministro desatendidas
En cuanto al desarrollo del III Foro de Fecamaes, el debate sobre las unidades de suministro desatendidas las 24 horas generó un animado debate en el cual participaron Bru, De Antonio, Valentín Martín, socio de la consultora Dmas10; Ángel Marinero, responsable de Estaciones de Servicio de CC.OO., y Joaquín Sánchez-Garrido, asesor jurídico de Fecamaes.
Este último propuso que, en la polémica que rodea a las denominadas estaciones de servicio “low-cost”, se utilice una terminología adecuada que permita definir de forma precisa qué unidades de suministro son las que están ejerciendo una competencia desleal a las estaciones de servicio tradicionales.
En su opinión, son las unidades de suministro desatendidas durante las 24 horas del día las que incumplen normas de consumo y de seguridad. Sánchez-Garrido recordó que en muchas de las estaciones de servicio tradicionales son los propios clientes los que se suministran el carburante y añadió que en ocasiones, durante el horario nocturno, las gasolineras tradicionales no cuentan con personal.
Javier Bru también abogó por utilizar una terminología adecuada a la hora de designar a las unidades de suministro desatendidas, ya que “las estaciones de servicio tradicionales también pretenden ofrecer precios bajos”, pero el hecho de contar con empleados les impide llegar a los niveles de las primeras.
Bru declaró que “quizá la primera puerta” que se abrió a las unidades de suministro desatendidas fuera la retirada de los empleados de las estaciones de servicio de las pistas de repostaje, una práctica que se generalizó hace unos años en gran parte del territorio nacional. El presidente de CEEES explicó que es necesario ofrecer más servicios y aportar un valor añadido a los clientes para hacer frente a las unidades de suministro desatendidas.
Marinero, por su parte, denunció el daño que este tipo de unidades de suministro desatendidas están provocando en el empleo del sector y denunció que en algunas provincias de España, entre las que destacó Lérida, el número de este tipo de instalaciones es mayoritaria frente a las estaciones de servicio tradicionales.