El Packaging Cluster centra su Inmersión Estratégica en la sostenibilidad

Cada año, el Packaging Cluster reúne a sus miembros asociados en un enclave destacado para compartir los retos y experiencias del año, conocer a la comunidad del clúster que crece día a día y redescubrir nuevos conocimientos de la mano de ponentes del más alto nivel. En esta novena edición, el enclave escogido para celebrar la Inmersión Estratégica fue la Llotja de Mar de Barcelona.

La Inmersión Estratégica organizada por el Packaging Cluster, bajo el lema #reCONNECT, se celebró el 2 de diciembre y congregó a más de 100 miembros para ofrecer un espacio de reencuentro después de meses de actividades virtuales y reuniones aplazadas.

Conferencias inspiradoras, espacios de exposición, oportunidades de negocio y mucho networking protagonizaron una jornada marcada por el nuevo impuesto a los envases de plástico no reutilizables, que despertó mucho desacuerdo entre los asistentes.

Mónica Roco, presidenta de la Cámara de Comercio de Barcelona, inauguró el evento subrayando la necesidad de “contar con la ayuda de las Administraciones para cambiar el modelo de negocio actual y poder luchar contra el cambio climático”. Para ello, Roco señaló tres retos a los que debe hacer frente el sector del envase: “La sostenibilidad como eje, la digitalización y la gestión del talento”.

Martina Font, presidente del Packaging Cluster, añadió que la industria del packaging en Catalunya está formada por 723 empresas que facturan 9.100 millones de euros, lo que representa el 4% del PIB del país. Y punteó que en 2020 esta industria solo disminuyó su facturación un 0,96%, “un dato indicativo de la buena marcha del sector”.

Bajo el lema #reCONNECT, la Inmersión Estratégica 2021 se celebró el 2 de diciembre en la Llotja de Mar de Barcelona.

La primera ponencia de la jornada corrió a cargo de Esteve Almirall, experto docente en Innovación, Inteligencia Artificial y Smart Cities de ESADE. Almirall identificó algunas de las transformaciones tecnológicas que están cambiando el mundo industrial y, en consecuencia, la economía mundial: “Deep learning, impresión 3D y robótica”.

Para Almirall, todas estas transformaciones se resumen en una sola palabra, “software”, y representa una gran oportunidad para nuestras empresas: “El metaverso, a través del Cloud, convierte todos los costes en variables, facilita la escalabilidad y la agilidad de los procesos y tiene unos costes marginales prácticamente nulos”. Todo esto significa que las empresas pueden dedicar más recursos a explorar e innovar, “algo clave para sobrevivir en un mundo tan competitivo”.

En este sentido, Almirall dijo que esta disrupción se alargará en el tiempo ya que “es difícil de alcanzar para las pymes, motivo por el cual es tan necesaria la ayuda pública”. Según sus datos, España es uno de los países que no se está adaptando a esta disrupción y es “tremendamente urgente adaptar las nuevas tecnologías a nuestras empresas o nos quedaremos fuera del mercado mundial”.

Martina Font, presidente del Packaging Cluster, durante la inauguración.

Sin duda, la ponencia de Juan José Blanco, socio del área de Aduanas e Impuestos Especiales de KPMG, fue la que despertó más interés. El nuevo impuesto se dirige a aquellos envases que no han sido concebidos, diseñados y comercializados para realizar múltiples circuitos o rotaciones a lo largo de su ciclo de vida, o para ser rellenados o reutilizados con el mismo fin para el que fueron diseñados. Sin embargo, también afecta a los productos plásticos semi-elaborados –como proformas, láminas de termoplástico…– y a productos plásticos destinados a permitir el cierre, la comercialización o la presentación del envase.

Así, algunas normas de gestión de este impuesto pasan por la obligación de inscribirse, con anterioridad al inicio de su actividad, en el Registro territorial del impuesto especial sobre los envases de plástico no reutilizables. Los contribuyentes no establecidos en territorio español estarán obligados a nombrar una persona física o jurídica para que les represente ante la Administración tributaria en relación con sus obligaciones por este impuesto. Además, se deberá consignar a las facturas la cantidad de plástico no reciclado –expresada en kg– contenido en dichos productos, así como el importe del impuesto devengado o, en su caso, si les ha resultado de aplicación alguna exención.

De este modo, el impuesto afecta tanto al proceso de fabricación como de adquisición intracomunitaria e importación. Aunque todavía no se sabe con exactitud la fecha de entrada en vigor del impuesto, los presupuestos Generales del Estado para 2022 cuentan con los ingresos procedentes de este impuesto, por lo que se estima que el 1 de julio sea la fecha exacta.

Markus Schmid, director del Instituto alemán del Packaging Sostenible (SPI), quiso recordar en su intervención que la función principal del envase es proteger, por lo que respetar las propiedades barrera (agua, micro-organismos, oxígeno, luz…) debe ser el objetivo primordial al desarrollar packaging.

“Deberíamos centrarnos más en reducir el desperdicio alimentario que en reciclar envases ya que este es el problema principal a nivel global y se da especialmente en la distribución y en los hogares. Lo que deberíamos hacer desde el sector es preguntarnos cómo podemos ayudar a reducir ese desperdicio. Y la respuesta es simple, pero muy complicada: cambiando materiales y tipos de plástico. Si bien es cierto que los monomateriales son muy interesantes, son demasiado difíciles de producir a gran escala y poco sostenibles. Por contra, los materiales biodegradables sí son una opción realista porque son reciclables. Solamente necesitamos superar dos retos: la barrera al oxígeno y la barrera al vapor de agua”, señaló Schmid.

En esta línea, el investigador dio a conocer tres proyectos en los que trabajan en su Instituto para lograr envases alimentarios más eficientes: RECOVER, PRESERVE y BIONTOP.

Esteve Almirall, experto docente en Innovación, Inteligencia Artificial y Smart Cities de Esade.

El evento se cerró con una pequeña intervención de Xavier Pascual, director de Hispack, antes de dar paso a la mesa redonda moderada por Sergio Escuriet, global applications manager Printing & Packaging de Lubrizol, quién lanzó la siguiente pregunta a los miembros de la mesa: ¿Cómo afecta la sostenibilidad a sus empresas?

El primero en responder fue Borja Lafuente, responsable de Sostenibilidad del Sur de Europa de Danone: “Las 3 R son nuestro mantra de cada día. En Danone sabemos que la sostenibilidad afecta a la cuenta de resultados y que implica una inversión, pero el nuevo impuesto nos tiene muy asustados. Donde más tenemos que trabajar es en reducir, pero no renunciaremos a los principios de calidad y seguridad alimentaria”.

Ana Palencia, directora de Comunicación de Unilever, añadió que “la cultura de usar y tirar daña al planeta y por ello apostamos por la economía circular”. En este marco, destacó la importancia de crear alianzas estratégicas con todos los agentes del sector para no demonizar al plástico sino optimizar sus usos. Por ello, Unilever trabaja en tres líneas: “No plástico, mejor plástico o menos plástico”. Y es que, tal como indicó Palencia, el consumidor sigue queriendo comprar productos envasados y en Unilever tienen comprobado que el granel no funciona en la mayoría de sectores. “Co-crear proyectos es el mejor motor de éxito”.

Por su lado, Joan Sabartes, director de Operaciones de Bonpreu, dijo que en sus supermercados intentan reducir el uso de plástico en su marca propia, pero “es muy difícil saber qué es mejor en cada categoría”. Sabartes considera que falta formación tanto para las empresas como para el consumidor puesto que desde Bonpreu saben que el plástico es la mejor opción para los alimentos pero no encuentran fórmulas igual de óptimas con otros materiales, lo que supone “un gran reto”.

Mesa redonda moderada por Sergio Escuriet, global applications manager Printing & Packaging de Lubrizol.