Los envases de madera para pescado reivindican su higiene
26 de marzo de 2014
La madera, que cuenta con una larga tradición en contacto con pescado y marisco, se utiliza en envases de un solo uso fabricados bajo buenas prácticas, promueve una gestión adecuada del hielo, y cuenta con numerosas evidencias científicas que demuestran su carácter antibacteriano. En la actualidad el formato más extendido entre las cofradías de pescadores de cerco de la flota de bajura del Mediterráneo, mayores usuarios del envase de madera para pescado, es el de base 50 cm x 40 cm y altura entre 6-9 cm, con una capacidad de 10 kilos. Algunos fabricantes utilizan una altura de 11 cm para que quepa más hielo. En él se envasa principalmente pescado azul: sardina, boquerón, etc.
Otros formatos de cajas pueden ser los de 40x30 cm de base con una altura de 6-7 cm para 4 kg, también utilizadas en el Mediterráneo para sardinas, anchoas, etc., así como las cajas de base 60x40 cm y altura 10-11 cm, más utilizadas en el Atlántico, para 10-15 kg de pescados. También hay mucha tradición de envasar ostras, almejas, mejillones, y otro tipo de marisco en cajas, cestas y barquetas fabricadas a partir de madera de chopo. Los testeros o lados cortos de los envases se fabrican de chopo desenrollado y los laterales de tablilla maciza de pino aserrado o desenrollado seco de 5 mm de espesor que le dan mayor resistencia a la caja. Los fondos suelen ser los tradicionales de chopo de listones. Está compuesto por diversos listones y tablillas ajustados de tal forma que retienen el pescado y el hielo, pero dejan drenar el agua de fusión del hielo.
De hecho, algunas cadenas de la gran distribución están llegando a acuerdos con las cofradías locales para suministrar el pescado en envases de madera, por la imagen de frescura y tradición que ofrece este envase. Por otra parte el envase de madera para pescado es un envase higiénico, apto para el contacto con alimentos. Son de un solo uso y no se pueden reutilizar. Las buenas prácticas de fabricación junto a las propiedades antibacterianas de la madera, aseguran la protección de la salud de los consumidores. En el barco se añade hielo con escamas para enfriar el pescado y asegurar su conservación hasta la llegada a la lonja, donde se retira para su pesado y venta, y se vuelve a reponer para la venta final. El pescado en caja de madera, cubierto de hielo, es una garantía para el consumidor. La madera promueve prácticas de conservación transparentes, pues solo se puede utilizar hielo de acuerdo con la normativa vigente.