Las placas fotovoltaicas y el olivar en seto son más productivos si conviven en el mismo terreno
La implantación de plantas fotovoltaicas en terrenos que tradicionalmente han tenido un uso agrícola lleva años generando discusión y polémica. En un mundo cada vez más demandante de energía limpia, pero también de alimento, surge la posibilidad de conjugar ambas actividades para que, en lugar de competir entre sí, convivan. Se trata de la tecnología agrivoltaica, que explora las posibilidades de integrar colectores solares en plantaciones agrícolas, generando así energía sin renunciar a la producción del cultivo. Ahora, un equipo de la Universidad de Córdoba ha desarrollado un modelo para probar la integración de plantas fotovoltaicas con sus colectores solares dispuestos en hileras entre las filas de una plantación de olivar en seto. El resultado es que ambas actividades no sólo pueden convivir, sino que además mejoran su productividad combinada cuando lo hacen. Un ‘win-win’.
El proyecto es fruto del trabajo de cinco investigadores de dos grupos de investigación: Marta Varo-Martínez, Luis Manuel Fernández de Ahumada y Rafael López Luque, de Física para las Energías y Recursos Renovables; y Álvaro López-Bernal y Francisco Villalobos, del grupo Relaciones Suelo-Agua-Planta de la Unidad de Excelencia María de Maeztu Departamento de Agronomía. El equipo explica que modelos de simulación como el desarrollado son herramientas muy poderosas en investigación porque permiten testear la eficacia de una propuesta antes de llevarla a la práctica en el ‘mundo real’, con el consiguiente ahorro de coste y tiempo. En este caso se han combinado modelos que simulan la producción de aceite en una plantación de olivar en seto con otros que permiten predecir cómo los colectores solares, dispuestos en hileras, interceptan la radiación y la convierten en energía eléctrica.