Los países deben acelerar sus políticas para alcanzar los objetivos de eficiencia energética de 2030
Un año después del compromiso mundial histórico asumido en la COP28 de duplicar la tasa de mejoras en la eficiencia energética para 2030, un nuevo análisis de la Agencia Internacional de la Energía (IEA) muestra que los países aún no están en camino de alcanzar este objetivo, por lo que se requieren acciones y cooperación más fuertes para alinearse con sus ambiciones declaradas.
Según el análisis de la IEA, en países que cuentan con códigos de eficiencia energética para la construcción, fortalecer los requisitos de eficiencia o ampliar el alcance de los edificios nuevos a los existentes puede generar rápidas ganancias de eficiencia.
El informe 'Energy Efficiency 2024' de la IEA concluye que la intensidad energética primaria mundial mejorará alrededor de un 1% en 2024. Se trata de la misma tasa que en 2023 y, aproximadamente, la mitad de la tasa media entre 2010 y 2019. En la conferencia sobre cambio climático COP28 celebrada el año pasado en Dubái, casi 200 países acordaron el objetivo de duplicar la tasa de progreso, lo que significaría aumentarla del 2% en 2022 al 4% en 2030.
El aumento de la eficiencia energética consiste en aprovechar al máximo las tecnologías y los procesos industriales cotidianos con la misma cantidad de energía, lo que se traduce en más empleos, ciudades más sanas y otros beneficios. Mejorar la eficiencia de los edificios y los vehículos, así como en otras áreas, es fundamental para la transición hacia energías limpias, ya que mejora simultáneamente la seguridad energética, reduce las facturas de energía de los consumidores y reduce las emisiones de gases de efecto invernadero.
El nuevo informe muestra que los gobiernos de todo el mundo están logrando avances en materia de políticas y que aquellos que representan más del 70% de la demanda energética mundial han implementado políticas de eficiencia energética nuevas o actualizadas en 2024. El informe cita ejemplos como el de la Unión Europea, donde se han revisado las regulaciones para lograr un parque de edificios con cero emisiones para 2050, o Estados Unidos, país que ha endurecido sus normas de ahorro de combustible para vehículos pesados. Por su parte, China ha revisado las normas sobre electrodomésticos y ha fortalecido los objetivos nionales de eficiencia y Kenia ha hecho obligatorio su código de construcción para garantizar que todos los edificios nuevos sean más eficientes. Sin embargo, según el análisis de la IEA, para alinearse con los objetivos globales, las nuevas políticas deben llegar más rápidamente a todo el mundo y muchas de las existentes deben endurecerse.
"Afortunadamente, las políticas y tecnologías para acelerar el progreso en materia de eficiencia ya están disponibles y muchos gobiernos están dando pasos importantes hacia adelante. Lo que esperamos ver ahora son respuestas políticas más rápidas y contundentes en todo el mundo", declara el director ejecutivo de la IEA, Fatih Birol.
Para apoyar un mayor avance hacia el objetivo global de duplicar la eficiencia energética, la IEA también ha lanzado un nuevo 'Energy Efficiency Progress Tracker' que amplía el análisis del informe para brindar información detallada a través de los indicadores regionales más actualizados sobre intensidad energética, demanda y niveles de electrificación.
Según el nuevo análisis, hay importantes elementos de progreso que vale la pena destacar, especialmente en las principales economías emergentes y en las crecientes tasas de implementación global de bombas de calor y vehículos eléctricos, que generalmente utilizan mucha menos energía que las tecnologías que reemplazan. Sin embargo, para lograr una mayor eficiencia se necesitarán inversiones considerablemente mayores. En este sentido, la inversión en tecnologías eficientes creció un 4% en 2024 y va camino de alcanzar un récord de 660.000 millones de dólares. Por último, el documento de la IEA recuerda que las tecnologías de refrigeración eficientes pueden generar importantes ahorros de costos a lo largo de su vida útil en comparación con equipos menos eficientes.
