El mundo rural puede aprovechar autoconsumo energético y ayudas a renovables
Madrid, 5 dic (EFE).- Las zonas rurales son el escenario en el que se desarrolla la mayor parte de las energías renovables y ahora tienen la oportunidad de aprovechar el impulso al autoconsumo y las ayudas del plan de recuperación, asegura la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA).
El director general de la asociación, José María González Moya, destaca el efecto «dinamizador» de las renovables en el mundo rural, que «se puede aprovechar por sí mismo» del desarrollo de ese tipo de energía en sus propios subsectores.
«Ahora cualquier actividad agroalimentaria, agropecuaria y agraria en general puede apostar por una instalación de autoconsumo en sus instalaciones», afirma en declaraciones a Efeagro.
Además, el sector agroalimentario tiene la posibilidad de beneficiarse de los fondos europeos de recuperación de la crisis, que recoge importantes ayudas a las renovables como la solar fotovoltaica, la biomasa u otras térmicas.
Aunque las subvenciones a estas energías están muy enfocadas al ámbito eléctrico, en APPA ven con buenos ojos que se apoye a las industrias en economía circular y aprovechamiento de residuos, como está previsto que haga el Gobierno con futuros proyectos estratégicos para la recuperación y transformación económica (Perte).
«Hay muchas instalaciones agroganaderas que generan residuos que pueden valorizar y generar con ellos energía, bien para su consumo propio o para la venta», enfatiza González.
DIFERENTES CONTEXTOS EN 2020 Y 2021
En un momento como el actual, marcado por el encarecimiento de la energía, la apuesta por las energías limpias está cobrando cada vez más fuerza, especialmente en el caso del autoconsumo con placas solares.
El director general de la patronal estima que en 2021 se llegarán a instalar mil megavatios (MW) de autoconsumo en España, frente a los 623 MW del año pasado, en parte por el efecto de la tecnología, la regulación y las ayudas previstas del plan de recuperación.
En 2020, la potencia instalada de renovables continuó creciendo en el país, con más de 4.500 MW de nuevos proyectos conectados a la red, pero por debajo del récord alcanzado en 2019, cuando se superaron los 7.000 MW, según el Estudio macroeconómico de las energías renovables de 2020, elaborado por APPA.
Las restricciones impuestas por la pandemia provocaron la disminución del consumo energético y, en ese contexto, las fuentes renovables cubrieron el 44 % de la demanda eléctrica, la tasa más alta de la serie histórica, y el 20,9 % del total de energía.
La energía eólica siguió siendo la renovable que más contribuyó a la cobertura de la demanda nacional, con un 21,6 %; seguida de la hidráulica (12 %), la fotovoltaica (6 %) y la solar termoeléctrica (1,8 %), mientras que la biomasa, el biogás y las energías marinas agrupadas como «otras renovables» aportaron el 1,8 %.
Entre las fuentes renovables térmicas, la más consumida fue la biomasa, con el 88,7 % del total, muy lejos del consumo de la solar térmica (7,9 %), el biogás (2,9 %) y la geotermia (0,5 %).
En 2020, los precios de los biocombustibles sólidos mostraron una tendencia a la baja, posiblemente relacionada con la menor demanda, según el estudio.
Las empresas de renovables notaron entonces cierta ralentización porque, como dice González, quien quería dar el salto a esas fuentes de energía «no lo hizo porque tuvo menos actividad y los precios de los combustibles tradicionales se redujeron mucho, al contrario de lo que está pasando en 2021».
El sector contribuyó al Producto Interior Bruto (PIB) con 11.806 millones de euros en 2020, lo que supuso el 7,4 % menos anual, si bien esa contracción fue menor que la experimentada por la economía española en su conjunto (10,8 %).
El empleo en el sector sumó 92.830 puestos de trabajo, el 2,3 % menos, con descensos sobre todo en energía eólica y biomasa.
BENEFICIOS LOCALES
González remarca que el impulso a las renovables en las zonas rurales puede contribuir a la generación de empleo y que el efecto dinamizador también puede lograrse mediante la implantación de proyectos, el alquiler de los terrenos y el pago de tasas y cánones.
El estudio de APPA apunta que las administraciones locales y regionales recaudaron el pasado ejercicio más de 511 millones de euros procedentes de diversos impuestos.
Aparte de los beneficios que pueden dejar los proyectos más o menos grandes en el territorio rural, el directivo de la asociación insiste en que el mundo rural puede apostar por esas soluciones «haciéndolas suyas» y desarrollar de forma masiva figuras como las cooperativas de energía renovable o las comunidades energéticas.
Sobre la contestación social que ha surgido contra determinados proyectos, considera que son «problemas puntuales» y que en algunos casos puede haber proyectos que no estén bien diseñados.
«Deberán ser las administraciones las responsables de que se cumplan todas las garantías y se establezcan las medidas correctoras necesarias”, sin menoscabo de la «responsabilidad» de las empresas para cuidar el territorio y hacer partícipe a la población rural del impulso de las renovables, asevera González.