Hungría mantiene su veto a que la UE prohíba la compra de petróleo y gas ruso
Budapest, 2 may (EFE).- El Gobierno húngaro insistió hoy en que mantiene su oposición a que la Unión Europea (UE) imponga un embargo a las importaciones de petróleo y gas ruso en castigo por su invasión de Ucrania.
«Hungría no ha retirado su veto. De hecho, la postura de Hungría sobre las sanciones al petróleo y el gas ruso sigue igual: no las apoyamos», declaró en la red social Twitter, Zoltán Kóvacs, secretario de Estado de Comunicaciones Internacionales.
Kovacs negó así un información de la emisora alemana ZDF que indica que países como Austria, Hungría y Eslovaquia estaban dispuestas a retirar su negativa a sancionar las compras de petróleo ruso.
Alemania, reacia hasta ahora a esa medida, se ha dispuesto a apoyarla.
Medios húngaros también han informado, citando a fuentes diplomáticas no identificadas, de que ese supuesto cambio de postura de Hungría y Eslovaquia llegaría tras recibir el compromiso de Bruselas de que no tendrían que aplicar las sanciones inmediatamente.
Hungría compra de Rusia el 85 % del gas y el 65 % del petróleo que consume.
Los ministros de Energía de la UE celebran hoy un consejo extraordinario convocado ante el corte de suministro de gas ruso a Polonia y Bulgaria por negarse a pagarlo en rublos.
El encuentro tiene lugar cuando Bruselas prepara una nueva tanda de sanciones a Rusia, que podría incluir la prohibición de las importaciones de petróleo.
El ministro húngaro de Gobernación, Gergely Gulyás, pidió ayer a la Unión Europea que no apruebe sanciones que afecten al gas y al petróleo rusos, ya que, de hacerlo, Hungría solo tendría acceso a estas fuentes de energía a precios elevados.
El Gobierno del primer ministro húngaro, el ultranacionalista Viktor Orbán, ha reiterado que no apoyaría esas sanciones para que «no sean los húngaros quienes paguen el precio de la guerra».
Hungría, a pesar de ser miembro de la UE y la OTAN, ha negado el transporte de armas a Ucrania directamente desde su territorio, y defiende una postura de neutralidad ante la agresión rusa.