OCU señala que la recarga rápida “puede salir más cara que repostar gasolina”

La Organización de Consumidores y Usuarios, OCU, “ha comprobado que el coste de cargar el coche en una estación de carga rápida puede superar los 0,79 €/kWh, lo que resulta bastante más caro que utilizar un automóvil con motor de gasolina”. Más aún, en aquellas estaciones donde resulta imprescindible el uso de una aplicación para llevar a cabo esta operación “el precio final para una misma carga puede llegar a multiplicarse por dos o hasta por tres (hasta 1,10 €/kWh), según la app que se elija”, asegura el colectivo en una nota de prensa.

Un reciente estudio de precios realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en 50 estaciones de carga rápida repartidas en las principales autovías revela el elevado coste de la electricidad en algunas de ellas. Este hecho, añade el colectivo, supone “un significativo obstáculo a la movilidad eléctrica que viene a sumarse a otra barrera: la escasez de estaciones públicas de recarga fuera de las ciudades y las grandes autovías”.

Aunque es posible encontrar puntos gratuitos de carga en algunas grandes superficies comerciales, OCu recuerda que lo habitual es pagar por la recarga de electricidad. “Poco, si se hace en el propio aparcamiento privado: entre 0,08 y 0,16 €/kWh según se emplee una tarifa nocturna o una tarifa valle. Pero bastante más si se hace en una estación pública de carga rápida: entre 0,30 y 0,79 €/kWh, dependiendo de la compañía”.

Estas afirmaciones son realizadas por la OCU tras haber llevado a cabo un viaje de prueba con coche eléctrico entre Madrid y Barcelona. Prueba que se enmarca en el Proyecto EVE (Electric Vehicle Experience) financiado por la European Climate Foundation. Tests similares se llevaron a cabo en Italia, Bélgica y Portugal, “pues debemos aspirar a una visión común y a la integración de soluciones para toda Europa”. Los viajes se realizaron en los cuatro países durante los meses de noviembre de 2020 y enero de 2021 y los recorridos se centraron en evaluar el funcionamiento de la infraestructura de carga pública, explica el colectivo de consumidores.

En una de las dos paradas necesarias para completar el recorrido entre Madrid y Barcelona “la electricidad se pagó a 0,79 €/kWh con la empresa Ionity, lo que implicó un coste de 16 euros/100 km, frente a los 10 que costaría de media circular con un coche con motor de gasolina”.

Desde la OCU se apunta que “el coste de la carga rápida en una estación pública podría ser incluso mayor. Y es que en aquellas estaciones donde resulta imprescindible el uso de una aplicación el precio final para una misma carga puede llegar a multiplicarse por dos, o incluso por tres, cuando se utiliza una app distinta” de la de la empresa propietaria del punto de recarga. Por ejemplo, mientras que en la estación Easycharger de Sarracín (km 227 de la A-1), el coste de la electricidad es de 0,30 €/kWh empleando su propia aplicación, en el caso de que se utilice la de Plugsurfing el coste alcanza los 1,10 €/kWh.

Aunque estos ejemplos se circunscriben al recorrido entre Barcelona y Madrid, la OCU ha recogido precios de la electricidad suministrada a los Ves en 50 postes ubicados en “las principales autovías de España (todas las radiales, la AP7, la de la Plata...) tanto si se usa la app lanzada por la propia red como si se emplea alguna de las aplicaciones compatibles más populares, como Electromaps, Chargemaps o Plugsurfing”.

No obstante, desde OCU se señala que es posible realizar el recorrido que une las dos ciudades españolas más pobladas “sin grandes demoras y con un coste asequible”. En cuanto al tiempo dedicado a cubrir en vehículo eléctrico los 630 kilómetros que separan a Barcelona de Madrid, “se invirtieron siete horas y media, es decir, 50 minutos más de lo que se tarda con un coche diésel o de gasolina con una sola parada para descansar. El viaje resulta más cómodo con menos ruido y vibraciones”, afirma la OCU.

Por lo que respecta al coste de las tres recargas, la que se realizó en el domicilio antes de salir y las dos que se hicieron en itinerancia, ascendió a 46 euros, “sensiblemente inferior a lo que costaría hacer el mismo viaje con gasolina (65 euros)”.

Desde el punto de vista medioambiental, OCU apunta que los vehículos eléctricos “no emiten gases ni partículas mientras circulan, pero sí que se producen al generar la energía eléctrica que lo alimenta. Hemos estimado sus emisiones de CO₂ en 35 kilos en el total del viaje, la tercera parte que un coche de gasolina”.

El precio de las recargas en los puntos de Ionity es el más caro de todos los analizados por OCU.

En OCU reiteran que un viaje de larga distancia en un vehículo eléctrico requiere todavía de una planificación previa para localizar los puntos de recarga en la ruta y calcular en cuáles parar dependiendo de la autonomía del vehículo utilizado. En el caso del utilizado en esta prueba, era de unos 300 kilómetros, por lo que era necesario realizar dos paradas.

El colectivo de consumidores y usuarios constata que a pesar de la escasez de puntos de recarga realizar viajes recorriendo autovías es “relativamente sencillo”, ya que se encuentran puntos de recarga, que suelen estar en estaciones de servicio. “Sin embargo, cuando nos desviamos a carreteras convencionales, puede haber muchos kilómetros de distancia entre un punto y otro: encontrarlos fuera de los centros urbanos grandes resulta complicado”.

OCU asegura que en la actualidad en España operan “tan solo 8.545 estaciones públicas de recarga para más de 160.000 km de carreteras. De esas estaciones, 7.730 son de carga lenta”.

Este análisis lleva al colectivo de consumidores a solicitar a las administraciones la creación de un sistema de monitorización de precios, igual que ya existe para las estaciones de servicios (geoportal), de modo que el conductor pueda comprobar el coste de repostar en los diferentes puntos de recarga que haya en su entorno o en el recorrido de sus viajes.

Además, pide “un decidido impulso” a la apertura de nuevos puntos de recarga, puesto que “una vez que se sale de las grandes ciudades y se circula por vías secundarias las distancias entre estaciones de carga pueden superar fácilmente los 170 kilómetros. OCU defiende que las carreteras cuenten con al menos una estación de carga cada 50 kilómetros con varios cargadores rápidos”.

También se muestra partidaria de potenciar los postes de recarga rápida, de al menos 43 kW, puesto que “de lo contrario la recarga puede alargarse varias horas, lo que sin duda desincentiva el uso del coche eléctrico. Hoy por hoy nueve de cada diez puntos públicos son de carga lenta (7.730 de 8.545), inferior a los 22 kW”.

En el ámbito doméstico, OCU solicita el impulso y financiación de la instalación de puntos de carga privados en los aparcamientos de los edificios nuevos y en los ya existentes. "Los puntos de carga públicos se deben reservar para viajes largos, necesidades puntuales" y personas que no tengan ninguna posibilidad para recargar sus vehículos eléctricos. En cuanto a las empresas, "pueden contribuir instalando estos puntos en sus aparcamientos para empleados".

En áreas urbanas "también son necesarios los cargadores rápidos (de 42 kW en adelante) y priorizar la reconversión de los cargadores lentos en estaciones de carga rápida".

Además, OCU se muestra partidaria de que el pago sea "totalmente interoperable entre las distintas redes de cada país e incluso en toda Europa. Además, todas las estaciones de carga públicas deben ofrecer la posibilidad de pagar con tarjetas de débito o crédito".

OCU estima que “por mucho que bajen los precios de los vehículos eléctricos, sus ventas no terminarán de despegar mientras no exista una red de carga rápida lo suficientemente cómoda y asequible. La apuesta por la movilidad eléctrica”, concluye el colectivo, “debe ser clara y decidida si se quiere alcanzar el objetivo europeo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero en un 40% para 2030”.