GeoNovatek consolida el terreno de una ermita del siglo XVIII

Los monumentos antiguos, por el paso del tiempo, la evolución del terreno donde se asientan o las condiciones climatológicas que les afectan, sufren habitualmente asientos diferenciales en alguna parte de la estructura, que provoca la aparición de grietas en muros y fachadas, lo que puede suponer la perdición para el monumento.

Esta es la actuación de GeoNovatek en la localidad de Villaverde de Arcayos, en León, donde se encuentra en lo alto de una colina la ermita de Nuestra Señora de Yecla, del siglo XVIII. La construcción se resolvió mediante una única nave central, con planta en cruz latina (con una longitud de 26 m y un ancho de 6,5 m) y brazos del crucero más bajos que la nave central. Se dispusieron contrafuertes de fábrica de ladrillo, empotrados en los muros laterales.

Por su parte, la cubierta se organizó mediante seis bóvedas de arista de unos 3,8 m de longitud y separadas entre sí por arcos fajones de medio punto. Las capillas laterales, situadas en los brazos de la planta de cruz y que forman parte del transepto de esta, se resolvieron mediante bóvedas de arista y conectan con la nave central a través de arcos fajones de medio punto. El crucero, en el que se une la nave central y el transepto, presenta las mismas características que el resto de las bóvedas.

Disección de la ermita de Nuestra Señora de Yecla, del siglo XVIII, que ha contado con la intervención de GeoNovatek para los trabajos de recuperación de este monumento.

La cimentación es escasa, siendo esta la propia prolongación de los muros de mampostería o de fábrica hasta una profundidad de 2,5 metros. La ermita se sitúa en un alto y sobre algún resto antiguo o sobre relleno.

El daño que detectamos es que la zona constituida por la cabecera de la ermita, junto con sus muros y cubiertas, se comportaba como un elemento único y continuo, que estaba asentando de manera diferente al resto de la ermita, generando diversas grietas.

Este asentamiento diferenciado entre la capilla principal y el resto de la ermita pudo deberse a diferencias en el material sobre el que asienta, a la diferente cimentación que puedan tener (la cabecera de la ermita tiene partes de piedra, por lo que se dedujo que o bien podrían ser los restos de la iglesia original o bien que se emplearon técnicas constructivas diferentes a lo largo de la construcción del templo) o que al encontrase esta zona más cercana al terraplén del altillano, en el que se sitúa la ermita, se estuviera produciendo un asentamiento de toda la ladera, afectando así a la edificación.

Como consecuencia de este asiento diferencial, los arcos que separan el crucero de las capillas laterales, así como parte de los muros de la nave central (las zonas más próximas a la cabecera), presentaban grietas verticales y oblicuas debidas a que la luz entre los arcos y los pilares se incrementó, y los paños de relleno se agrietaron siguiendo el esquema típico en estos casos (arcos de descarga), absorbiendo este aumento de distancias.

Una vez analizada toda la información, GeoNovatek llevó a cabo un proyecto de consolidación de terreno con la inyección de resina expansiva HDR300, para poder alcanzar los siguientes objetivos:

• Consolidación e incremento de la capacidad portante del terreno bajo la cimentación.
• Formación de un estrato resistente y competente en la base de la cimentación.
• Regeneración de la superficie de contacto entre el terreno y la cimentación, con el objetivo de redistribuir las cargas de manera uniforme.
• Relleno de los huecos y microvacíos que pudieran existir.
• Elevación de al menos un milímetro de la estructura sobre la cimentación.

La ejecución del trabajo comienza con la realización de una serie de perforaciones de 26 mm de diámetro, que atraviesan la cimentación y penetran en el terreno. La distancia entre cada perforación puede variar entre 1 y 2 m, según las necesidades de la obra. Por cada una de dichas perforaciones se introducen unos tubos, a través de los cuales se realizan las inyecciones.

En una primera fase, se ejecutan las inyecciones justo debajo del plano de apoyo de la cimentación, utilizando la resina HDR300 que, por reacción química, expande hasta llegar a un estado sólido. Esta rellena todas las oquedades presentes y crea un estrato entre la cimentación y el terreno de elevada resistencia a la compresión.

En una segunda fase, se realizan las inyecciones de resina expansiva HDR300 en un nivel más profundo del terreno. La resina HDR300 tiene la característica de expandir directamente en el punto donde es emitida. De hecho, mientras se inyecta en el suelo, pasa por un primer estado viscoso/semisólido, que no le permite migrar hacia zonas limítrofes, confinando las sucesivas inyecciones y su solidificación al punto de inyección. De este modo, se produce el relleno de las posibles oquedades, incluidas las más pequeñas, la compresión y la estabilización del subsuelo.