GeoNovatek consolida la cimentación de una grúa semipórtico
Todas las maquinarias industriales requieren de mantenimiento y revisiones al cabo de un tiempo. No obstante, otras veces puede ocurrir que se produzcan fallos antes de lo que está previsto. En el caso de una grúa semipórtico, una aparición de grietas descubrió que se estaba produciendo un asentamiento de la viga de cimentación, requiriendo de una intervención de consolidación para evitar, en el futuro, el mal funcionamiento de la grúa.
En este caso de éxito, Geonovatek acudió al polígono industrial de la Robla, en León, dentro de una nave industrial de nueva creación, donde había una grúa semipórtico que presentaba una grieta principal, situada en palahierro al foso y con desplazamiento tanto horizontal como vertical, sin aponte de influencia sobre el muro del foso.
La cimentación estaba formada por una viga corrida armada, de 100 cm de ancho por 80 cm de canto, y sobre el terreno había un informe geotécnico donde se apreciaba que el terreno natural presentaba tres niveles geotécnicos principales:
- NIVEL I: relleno de compacidad variable, con espesor de entre 1 y 2 m;
- NIVEL II: fangos y turbas, de espesor variable, oscilando entre los 0.60 y los 1.60 m;
- NIVEL III: depósitos aluvionales de grava, bolos y cantos, por debajo de los niveles precedentes.
Se detectó un nivel freático a distintas profundidades, entre los 3,10 y los 4 m, debido a que en la nave existía un pozo de bombeo.
El consolidado de la viga carrilera, anteriormente descrita, preveía el uso de la capacidad portante de los micropilotes de hinca Grip de acero, para poder alcanzar el siguiente objetivo: la transferencia de parte del peso de la carga de la estructura a estratos más profundos y resistentes.
La ejecución del trabajo com comenzó por una serie de perforaciones de 6 cm de diámetro que atravesaban verticalmente el muro de cimentación de forma ligeramente inclinada. La perforación se interrumpió en el momento en que se alcanzó el terreno bajo la zona previamente tratada con la resina. En estas perforaciones, se introducieron los micropilotes MPR/60, constituidos por tubos corrugados de acero FE 510 con un espesor de 60 x 8 mm, que se introdujeron a presión sin ningún tipo de excavación, empleando como punto de enganche para el pistón hidráulico los adecuados pernos de fijado a la estructura. Estos elementos se introducieron uno tras otro, uniéndolos entre sí a rosca cónica.
El pistón hidráulico está dotado de un manómetro que permite leer la presión necesaria para el hincado de los micropilotes de acero en el terreno, gracias a lo cual queda comprobada la capacidad de los micropilotes uno por uno. Cuando el micropilote encuentre una formación que le permita resistir la fuerza de hincado previamente especificada, que puede ir de un mínimo de 8.000 kg hasta un máximo de 12.000 kg, se desengancha el pistón y el micropilote MPR/60 se ancla por cementado a la cimentación.