Producción y productividad: ¿fabricas muchas ventanas y/o eres productivo?
Patricia Pérez Sotero - gerente de Perso
09/02/2024Con este artículo se inicia una serie de episodios para mostrar a las empresas de nuestro sector cómo ser más productivas. Estos capítulos te dan ideas acerca de cómo utilizar la adversidad y las oportunidades para adaptarte, crecer y transformarte en una empresa más productiva, más competitiva, más eficiente y más fuerte. En esta ocasión vamos a emprender un viaje a través de la metodología de la productividad, el crecimiento profesional y las historias de empresas que delante de la adversidad en vez de sucumbir, descubrieron su mejor versión y prevalecieron.
A pesar de llevar años complicados, cargados de malas noticias por la pandemia, por los problemas económicos que ésta ha derivado en ciertos sectores y a nivel económico mundial, de momento nuestro sector no lo ha sufrido, sino todo lo contrario. A fecha de hoy, a pesar de la incertidumbre que genera la situación, muchas de las empresas de nuestro sector necesitan continuar aumentando su producción, pero ¿solo la producción o también la productividad?
En este artículo pretendo aclarar ambos conceptos, ya que los dos son muy importantes en esta situación de crecimiento. Necesitamos fabricar más, pero no deberíamos descuidar la productividad y aún nos encontramos con empresas que cuando les preguntamos por ello nos responden por su producción.
He pasado los últimos veinte años de mi vida ayudando a empresas del sector para mejorar su productividad, estudiando y leyendo artículos sobre herramientas que permitan a las empresas mejorar su productividad, investigando diferentes metodologías y, claro, como tú y muchas empresas, viviendo en cada proyecto situaciones desafiantes que no solo nos han hecho crecer, sino también aprender a gestionar la incertidumbre y buscar soluciones a los problemas. Al mismo tiempo, hemos entrenado a centenares de empresas por todo el mundo para que pudiesen entender el significado de ser más productivo, más eficiente y en, definitiva, empresas más preparadas para aprovechar cada una de las situaciones que les afectan para que pudiesen comprender qué estaba ocurriendo en sus procesos, para poder mejorarlos y ser más productivos. Gracias a ello, han conseguido convertirse en empresas más eficientes y fuertes.
En este artículo te voy a contar qué es la productividad y cómo puedes empezar para trabajarla. Pero lo primero es tener claro a que nos referimos cuando hablamos de productividad.
¿En qué se distinguen producción y productividad?
Seguro que habrás escuchado muchas veces hablar de la producción y de la productividad como si fuese lo mismo, pero ¿quieren decir los mismo? Las dos palabras las estudié en ingeniería industrial, cuando era una jovencita universitaria, pero veremos que no es lo mismo. Vamos a por la fácil, Producción.
La producción responde a las preguntas ¿cuántas ventanas fabrico?, ¿cuántos euros fabrico? En esencia, es la cantidad total de ventanas que fabricamos en un periodo de tiempo concreto. Es decir, el número de ventanas que fabricamos al año, al mes, al día.
Por si sola, nos da una idea de tamaño, de volumen, lo cual nos eleva el ego, haciéndonos sentir más grandes, poderosos, pero por sí sola no nos da información ni de eficiencia, ni de lo bien o mal que estamos utilizando nuestros recursos.
Curiosamente nos encontramos con empresas que fabrican muchas ventanas (el doble que otras. Sin embargo, los beneficios no son el doble y en ocasiones ni siquiera llegan a ganar lo mismo, porque sus costos son superiores, debido a que sus recursos son utilizados más ineficientemente consumiendo beneficios.
¿Cuál es la diferencia con productividad? Productividad se refiere a la capacidad productiva de una empresa con miras a su eficiencia en la utilización del capital humano-tiempos de fabricación, materiales, maquinas, procesos. En este sentido, cada vez que se contrata a una persona en la producción, que se hace una inversión y/o se cambia un proceso debería ser para aumentar ambas (la producción y la productividad), no tan solo para aumentar el número de ventanas que fabricamos, sino también aumentar y/o no penalizar la productividad.
Sin embargo, para mí la productividad es una capacidad. Mi descripción sería que productividad es la capacidad que tiene una empresa de reinventarse DINÁMICAMENTE en la mejora de los procesos a medida que cambian las circunstancias para hacer más con lo mismo y/o producir más que la competencia a igualdad de recursos.
Entonces, podemos describir la productividad como la habilidad continua de mejorar, recuperarse y adaptarse a cada una de las situaciones que vive una empresa en cada momento.
Ahora hablemos de ti y de cómo es tu empresa, ¿fabricas muchas ventanas? ¿Es lo suficientemente productiva? Si aún no mides tu productividad es una lástima, pues cada vez que hagas una mejora no sabrás su impacto real. Las empresas que sí lo hacen y trabajan por mejorar la productividad, no solo la producción, competirán mucho mejor que tú.
¿Cómo calcular la producción y la productividad?
La producción se mide y expresa en términos absolutos, dado que se centra en lo producido. Por ejemplo, si una empresa produce 80 ventanas cada día diremos que tiene una producción de exactamente 80 ventanas diarias. Como puede verse, se trata de una medida bastante simple y fácil de comprender.
En cambio, la productividad determina la salud de la empresa y se mide en términos relativos.
Para calcular la productividad no nos basta con saber que fabricamos cada día 80 ventanas. Es un dato útil, pero es necesario saber las variables de los principales factores asociados, como los materiales invertidos, el tiempo dedicado, la producción individual de cada empleado, la maquinaria usada...
En lo que respecta a los recursos humanos, se debe tener en cuenta la velocidad a la que un trabajador promedio puede realizar la tarea y, a la vez, cuántos trabajadores se requieren para todo el proceso (que dependerá de la ventana). En este sentido la productividad está dada por el balance entre estas tres variables, a las que se le suma la depreciación y amortización de inmuebles y máquinas.
Pero para simplificar, poniéndolo fácil, la unidad que a mí más me gusta es la que describe la producción que se genera por trabajador, que puede ser en términos de:
- Unidades producidas: Nº de ventanas x trabajador x día (en 8 horas de trabajo). Y/o en términos de
- Valor monetario: € fabricados x trabajador x día (en 8 horas de trabajo).
Cuanto más alta sea la producción por trabajador y por día, más alto es el nivel de productividad.
Los avances tecnológicos y el aumento de la eficiencia de los trabajadores son las dos fuentes principales de mejoras en la productividad.
Si quieres conocer tu productividad, divide la producción total entre las personas que tendrías trabajando durante 8 horas. El resultado de la división será una expresión de productividad del trabajo. Por ejemplo, si una empresa produce 80 unidades al día, con 12 personas, dividirás 80 ventanas entre 12 personas, resultado en una media de productividad de 6,6 ventanas por operario y día.
A igualdad de número de ventanas y/o euros fabricados, la que menos coste tenga será la que obtenga más beneficios y, por consiguiente, la que será más productiva, pudiendo competir mucho mejor.
Relación productividad-producción
No es posible calcular la productividad sin tener en cuenta cuál es la producción en la organización.
El grado de producción y de productividad se influyen mutuamente y ambos son factores determinantes para la empresa. Por ejemplo, si en una empresa se ha detectado una disminución en la producción es necesario investigar qué ha pasado, si se ha estropeado alguna máquina o se ha agotado alguna materia prima o se esté dando el caso de que los empleados no estén trabajando de forma adecuada y eficiente, siendo necesario invertir en metodología y/o formación.
Cabe decir que pueden darse situaciones paradójicas en las que una empresa sea muy productiva a razón de su eficiencia en el uso de recursos, pero no logre alcanzar la suficiente producción para sostener los gastos básicos de la empresa y poder mantenerla a flote.
Por otro lado, puede darse el caso de que la empresa logre altos niveles de producción, pero sin embargo, su productividad sea baja porque se estén utilizando mal los recursos y analizando lo que se ha invertido durante el proceso de fabricación, se vea que se están derrochando grandes cantidades de dinero y de materiales. En este ejemplo, la producción termina por aumentar su costo final al consumidor, para lograr cubrir el desnivel productivo con respecto a la eficiencia terminando con deudas a largo plazo
Las empresas exitosas son aquellas que logran producir lo necesario para lograr ganancias y, a su vez, no desperdician los recursos, permitiendo invertir de forma inteligente y ahorrar para asegurarse el sueldo de los trabajadores.
En resumidas cuentas, la mejor manera de calcular la productividad real es teniendo en cuenta cuál es la producción real de la empresa. Cabe indicar, sin embargo, que uno de estos dos factores se incremente o disminuya no es sinónimo de un cambio en el otro componente, pero sí que puede influir y ser un indicador de que ha habido algún cambio en la organización.
Tener claridad en estos dos conceptos puede abrir el panorama en la toma de decisiones y en cómo mejorar constantemente tu empresa.
Una organización es productiva si ha hecho un uso inteligente de los recursos, no ha malgastado los materiales ni se han producido desperdicios durante el proceso.
Sé honesto contigo mismo. ¿Cómo vives las situaciones de cambio en la empresa, como un obstáculo a superar, como una pared a subir, como un problema, como una prueba que alguien pone delante para poner a prueba tu fuerza? ¿O lo vives como un entrenamiento para ser más fuerte, mas rápido, más ágil, como una oportunidad de descubrirte mejor, de aprender de ti y de quienes te rodean? Porque ser productivo significa hacer cosas para desarrollar las capacidades, sobrellevar, recuperar y adaptarte a lo que te vas a encontrar por el camino.