Entrevista a Montserrat Córdova, jefa de Diseño de 118 Studio
Montserrat Córdova nació en Ciudad de México y amplió sus estudios en Retail Design en Elisava. En 2019 impulsó proyectos con marcas como l’Oreal o Tous e, inició su trayectoria como jefa de diseño en 118 Studio, junto con Jordi Bertrán y Pedro Ferruz, para crear espacios comerciales, de oficinas, restaurantes y hoteles, principalmente. Su pasión por el diseño es guiada por la generación de memorias y por otorgar a los espacios significados, respetando el contexto, estudiando las tendencias y respondiendo a las nuevas necesidades.
¿Qué particularidades tiene el diseño y construcción de un equipamiento social (escuelas, centros de salud, residencias…)?
El sentido de pertenencia es una necesidad del ser humano, de sentirse parte e integrados a una comunidad, pero es también la forma en que nos identificamos con ciertas personas, lugares y contexto, en general. Crear espacios que actúen como generadores de esta identidad, es el principal motor para la creación de equipamientos sociales.
Los equipamientos sociales se definen como espacios que buscan necesidades básicas de la sociedad tales como salud, educación y recreación, al mismo tiempo que buscan mejorar la calidad de vida dentro las ciudades. Como parte de estos espacios podemos encontrar centros de salud, escuelas, zonas verdes y habitacionales. Su ubicación es estratégica para satisfacer a determinado número de personas de una zona y contribuye a darle significado e identidad al área donde se encuentra.
Los espacios que cumplen como equipamientos sociales tienen como principal objetivo el desarrollo, integración y mejora de la vida en comunidad. Sin embargo, su valor está dado por su capacidad de conformar un espacio, donde exista el intercambio y el encuentro a partir de la diversidad, dando así lugar al desarrollo de la comunidad, con ella una identidad y, por lo tanto, pertenencia.
¿Qué elementos son esenciales en estos proyectos tan particulares?
Antes de comenzar un proyecto, es esencial realizar una investigación para comprender las necesidades de la comunidad y entender al usuario, así como una planificación que ayudarán mejor a dirigir el proyecto.
La accesibilidad es un punto importante a considerar, pues deben permitir el uso e integrar a distintos grupos etarios y socio económicos. De esta manera, se deben adaptar a perfiles de personas muy variados, sin olvidar que también deben de destacar un punto en común para fomentar el sentido de comunidad e identidad.
Son estos elementos identificativos, más el aspecto funcional que lleva a satisfacer las necesidades, los que van a hacer que un proyecto sea exitoso.
La tecnología cada vez más se vuelve un aspecto imprescindible, pues nos ayuda a satisfacer ciertas necesidades. Por ejemplo, equipos médicos en un centro de salud, equipamiento audiovisual en espacios para gente con discapacidades, hasta aulas equipadas con tecnología educativa.
Otro aspecto que habrá que integrar es la participación. Los equipamientos sociales son hechos para la comunidad y ¿por qué no también considerar que son hechos por la misma? Involucrar a las personas que serán los mismos usuarios, que están más conscientes de las verdaderas necesidades, en cualquier etapa del proceso de planificación, desde el inicio hasta el uso efectivo de los espacios.
¿Qué desafíos presenta este tipo de construcciones?
Funcionalmente, debemos hacer espacios que sean seguros (salidas de emergencia, iluminación adecuada, seguridad contra incendios), accesibles para todos (rampas, puertas y pasillos, anchos, ascensores), que consideren la sostenibilidad (materiales sostenibles, fuentes de energía renovable), flexibles (facilidad para adaptarse a cambios futuros), que mejoren la usabilidad y cubran las necesidades a las que se dirigen de la mejor manera. En términos arquitectónicos y estéticos, se trata de llegar a un diseño que se adapte al contexto donde se introduce y, lo más importante, que refleje las características de esa comunidad. Como diseñadores, buscamos dotar de símbolos a las ciudades y así aumentar su valor y visibilidad ante los ojos de otras sociedades.
¿Qué proyecto considera como el más destacado de su carrera? ¿Por qué?
Desde el 2020 empezamos a incursionamos en el sector de oficinas e iniciamos relación con nuestro cliente principal hasta la fecha, Barcelona Activa, con el que hemos participado en varios proyectos con ellos, uno de los cuales fue para la actualización de su sede en el Convento de Sant Agustí, ubicado en el centro de Barcelona. El Convento data del S.XIV, por lo que es un edificio histórico, protegido por el Patrimonio de Barcelona y como tal, debe ser respetado y sufrir las menos alteraciones. Sin embargo, como muchos espacios que llevan existiendo desde hace siglos, debe adaptarse para sus nuevos usos y responder ante nuevas necesidades, es aquí cuando 118 Studio entró con un proyecto de interiorismo para regenerar el centro de Joves Jo+, la iniciativa de Barcelona Activa que alberga el Convento. Como otros proyectos que habíamos tenido antes, implicó ciertos retos desde su inicio, pero el principal fue adaptar el nuevo diseño al espacio respetando lo máximo posible el edificio, al mismo tiempo que destacara nuestro concepto de crear un diseño regenerativo. Esto significa dejar los espacios mejor que como nos los hemos encontrado, enalteciendo ciertas características de lo existente, volviéndole a otorgar valor.
¿Podría adelantarnos algún proyecto de futuro?
Siguiendo nuestra trayectoria trabajando con Barcelona Activa, actualmente estamos desarrollando en su sede central, ubicada en Glories, el Centro de Atención para Emprendedores. Consta de la reforma de un espacio de más de 700 m2 que cuenta con aulas de formación, salas de atención, zonas comunes y de trabajo para los emprendedores y para trabajadores de Barcelona Activa.
Partimos en el proyecto priorizando los intereses por los que trabaja Barcelona Activa, basados en la mejora, el desarrollo y crecimiento de la sociedad, desde emprendedores, profesionales, hasta empresas. Creamos así, un espacio que cumple como equipamiento social, promoviendo la educación, la interacción y la integración entre personas.
Aporta un espacio que se adapta a las necesidades modernas que, sobre todo, surgieron a partir de la pandemia. Los espacios principales son versátiles, la distribución del mobiliario puede reconfigurarse, dando una sensación apertura y flexibilidad. Al mismo tiempo, también tomamos en cuenta la necesidad de intimidad, así que tenemos salas de reuniones más privadas y una cabina para pequeñas reuniones, que ayuda a aislar y desconectar del resto del espacio. No olvidamos la integración de materiales que generan calidez y que consideran la sostenibilidad como madera, así como la presencia de jardineras.
Es un proyecto holístico que va más allá de la funcionalidad tradicional. Somos conscientes que el esquema de trabajo, como la conocíamos antes, ya es obsoleto, por lo que nos enfocamos en dotar a la comunidad de un espacio que sea para todos, que les aporte identidad y que les ayude a mejorar su calidad de vida.