Ascer presenta los resultados del Análisis de Ciclo de Vida de la cerámica
21 de octubre de 2010
El pasado 19 de octubre se presentaron en la Asociación Española de Fabricantes de azulejos cerámicos (Ascer) los resultados del Análisis de Ciclo de Vida (ACV) del material cerámico, que puede servir a las empresas del sector como base para identificar nuevas estrategias para mejorar en el campo de la sostenibilidad y para optimizar los procesos productivos de la industria, así como conocer mejor los productos cerámicos. También es el primer paso para obtener los certificados o ecoetiquetas de construcción, materia que va a tener mucha importancia en los próximos años.
El estudio analiza las cuatro fases del ciclo de vida del material cerámico: desde la extracción de materias primas hasta la salida del producto de la fábrica; el transporte y colocación; el uso y mantenimiento; y por último, la deconstrucción y fin de vida. El estudio se ha realizado sobre cinco tipos de baldosas (gres porcelánico, gres esmaltado pasta blanca, gres esmaltado pasta roja, azulejo pasta roja y azulejo pasta blanca).
El sector azulejero español está llevando a cabo desde hace años un esfuerzo continuado en materia de sostenibilidad y la mejora de todos los procesos. Este estudio proporciona información objetiva y rigurosa sobre el tipo de impacto que se genera en cada etapa del ciclo de vida del material y poder así sentar unas bases para optimizar y hacer más sostenibles los procesos.
Mientras la primera fase es la de mayor impacto por el consumo de recursos, estos son algunos de los puntos fuertes identificados en el estudio: la industria reintroduce en la misma cadena de producción todos los residuos sólidos no peligrosos; consume pocos recursos hídricos, que además se reintroducen en el proceso; a pesar de consumir energía, se hace de forma muy eficiente y el esfuerzo de las empresas por ahorrar energía y reducir los tiempos de cocción es constante; la cerámica es un material longevo (tiene la vida útil de un edificio) y no necesita mantenimiento; sus desechos se pueden utilizar como material de relleno; es ignífugo y al ser inerte, no emite sustancias peligrosas como pueden ser compuestos orgánicos volátiles. Es decir, su instalación no tiene impacto en el medio ambiente.
El estudio ha sido realizado por el Grupo de Investigación de Gestión Ambiental (Giga) de la Escuela Superior de Comercio Internacional (Universidad Pompeu Fabra, Barcelona), dirigido por Pere Fullana, en colaboración con el Instituto de Tecnología Cerámica (ITC).