Los Premios Nacionales de Edificación destacan los valores de la Arquitectura Técnica y su contribución social

El 14 de noviembre, el Auditorio Rafael del Pino de Madrid, acogió la gala de entrega de la primera edición de los Premios Nacionales de Edificación, organizada por el Consejo General de la Arquitectura Técnica de España (CGATE) con la colaboración del Ministerio de Fomento. La Fundación Santa María de Albarracín, el Arquitecto Técnico Antonio Garrido y el artista canario, César Manrique han sido distinguidos con los Premios Nacionales de la Edificación 2019 promovidos y convocados por CGATE.

A la Gala de la Edificación asistieron más de 200 personas del ámbito económico, del sector inmobiliario, político y académico. Fue conducida por la presentadora Silvia Jato y amenizada por el cuarteto Blau Cámara.

Foto de familia de los premiados.

Durante la ceremonia de entrega de Premios, el economista y conferenciante José María Gay de Liébana, aportó su visión sobre el impacto que tiene para la economía el sector inmobiliario.

“Quiero que estén animados; tenemos dos opciones: hablar del mensaje de Pedro y Pablo y el realista, hablar de economía o de dibujos animados. El mundo está ajetreado, este año es complicado y baja el crecimiento mundial (un 2,8%) lo que no es grave pero hay tensiones exogenas. Nos encontramos con dos bloques: las economías avanzadas (un poco dormidas, inmersas en una guerra comercial que en el fondo es una guerra tecnológica) y las emergéntes (con tasas de crecimiento del 7%) que no votan, contaminan y son turbulentas”, indicó el profesor.

José María Gay de Liébana durante su conferencia en los Premios Nacionales de Edificación.

Así mismo repasó la situación de nuestro país: “España está en cierto parón. Nos enfrentamos a los peligros del envejecimiento de la población (no se pueden incrementar las pensiones…hay una longevidad y no hay niños) y el Cambio Climático. En su sector de la edificación ahora hay que pensar en el futuro, en las nuevas condiciones como la subida del nivel del mar”, indicó, para proseguir con otras reflexiones: el porqué de la potencia económica de los países, con un mensaje positivo. EEUU cuenta en su historia con 382 premios Nobel, de ciencias, de investigación: crean equipos multidisciplinares. La clave está en lo que se destina a investigación, dado que ahora el capitalismo es tecnológico (las principales empresas a nivel mundial son Appple, Microsoft, Amazon…la mayoria de las 20 primeras son tecnoloógicas), el sector industrial está de capa caída.

El secreto es la I+D (empresas como Amazon dedican el 12% de su facturación aéste capítulo, es decir dos veces lo que invierte España, un 1,2% de su PIB. La investigación y el desarrollo son el camino de la prosperidad. Nos hemos equivocado porque nos hemos centrado en el turismo, hemos dejado la industria y nos hemos ido al servicio facilón”, indicó.

Para terminar, el profesor dio un mensaje final: "hay que tener fe en el futuro y es preciso reinventarse".

Al comienzo de este acto de entrega se entregaron los Premios Fin de Grado en Escuelas de Arquitectura Técnica a Pedro Enrique Pérez, Andreu Riutort y Francisco Tárraga. Estos premios pretenden poner en valor el talento y el trabajo de los estudiantes que realizan el Trabajo de Fin de Grado de la titulación habilitante para la profesión de Arquitectura Técnica.

A continuación, se hicieron entrega de los tres premios en los que el jurado de estas distinciones, presidido por el director General de Arquitectura y Vivienda del Ministerio de Fomento, Francisco Javier Martín, ha reconocido la labor y trayectoria de los tres galardonados.

Silvia Jato en el acto de entrega de premios.

El primero de los galardones fue para Antonio Garrido, Arquitecto Técnico murciano y profesor universitario. Los méritos de Garrido a lo largo de su carrera de más de 45 años han sido puestos en valor en este evento, que contó con más de 200 asistentes del ámbito de la política, docencia y el sector inmobiliario. Además de destacar su contribución como docente con la gestión directiva al máximo nivel en la Universidad Politécnica de Cartagena, el jurado ha valorado su importante labor investigadora centrada en la calidad de la edificación, el impulso a la proyección intelectual de la profesión, así como la intensa colaboración con organismos de la Arquitectura Técnica y su representación institucional en Europa.

José Antonio Otero entregando elñ premio a Antonio Garrido.

Con todo, según apeló Antonio Garrido, su próximo deseo tras recoger este premio, “es ser testigo de que en el futuro la Ingeniería de Edificación sea considerada una profesión regulada en igualdad al resto de las ingenierías”. El galardón fue entregado por el presidente de honor del CGATE, José Antonio Otero.

El segundo de los galardones que se entregó fue a título póstumo al artista canario César Manrique en el centenario de su nacimiento. El jurado ha reconocido la extraordinaria aportación de Manrique a la arquitectura española y “su compromiso con el patrimonio natural y cultural, integrando los edificios en el paisaje, respetando la naturaleza y buscando siempre la armonía entre el interiorismo y los espacios creativos exteriores planteando una importante obra de arte público y paisajismo que combina tradición y modernidad”.

Fernando Gómez Aguilera, director de la Fundación César Manrique, recogiendo el premio de manos del consejero de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial del Gobierno de Canarias, José Antonio Valbuena.

El reconocimiento, entregado por el consejero de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial del Gobierno de Canarias, José Antonio Valbuena, fue recogido por Fernando Gómez Aguilera, director de la Fundación César Manrique, que destaco su “concepción social del arte como un proyecto para mejorar la vida de las personas, en fusión con la naturaleza y abordado desde una perspectiva total.”

La concesión de este galardón, que llega en el aniversario de su nacimiento, ha sido acogida con satisfacción por parte del director de la Fundación, quien considera este premio “un honor. Es un reconocimiento entrañable en el año en que se conmemora su centenario”. Fernando Gómez Aguilera ha querido destacar “la gran colaboración y estrecho diálogo” que César Manrique siempre mantuvo con los Aparejadores y Arquitectos Técnicos de sus obras.

Premio a la Fundación Santa María de Albarracín.

La Fundación Santa María de Albarracín fue el último premio entregado por parte de Alberto Fabra a Antonio Jiménez Martínez, director de la Fundación. La Fundación Santa María de Albarracín es una organización sin ánimo de lucro, que pretende hacer de Albarracín, en Teruel, un emblema cultural. Esta institución trabaja para impulsar el desarrollo sociocultural de la zona, promoviendo actividades formativas y culturales. Además, trabaja en la restauración, conservación y gestión del patrimonio. Antonio Jiménez, director-gerente de la Fundación expresó su satisfacción por esta distinción y manifestó que “nos sentimos tremendamente orgullosos porque nuestra labor diaria y los valores fundacionales que rigen nuestra actividad, hayan sido reconocidos por el jurado de estos Premios. Muchas veces los pequeños logros conseguidos por este tipo de entidades sin ánimo de lucro, no tienen la suficiente difusión por lo que celebramos que estos Premios pongan el foco sobre nuestra labor”.

Alfredo Sanz, presidente del CGATE.

Para clausurar el acto, Alfredo Sanz, presidente del CGATE felicitó a los premiados, por sus valores y conectar con la sociedad. Destacó en su discurso que “la filosofía de estos premios reside en devolver a la sociedad los valores que inspiran a la Arquitectura Técnica. Una profesión como la nuestra tiene que ser socialmente útil y para ello debe permanecer atenta a lo que la ciudadanía demanda. Construir tiene el habitar como meta; debemos replantear cosas: pensar primero, rehabilitar para rehabitar; en ese sentido los premios son representación de estas cuestiones. Hay que confiar en el futuro. Estamos sumergidos en la sociedad líquida, que ha perdido su solidez. Debemos anticiparnos. La durabilidad se presenta como una marginada, por eso el ciclo de vida de la edificación debe ponerse en valor. Nuestro sector facilita el cobijo, es nuestra responsabilidad y debemos hacerlo dignamente, requerimos la formación continuada, una versión mejorada de nosotros mismos, una profesión actualizada. La edificación nunca debe perder la relación con el humanismo. La arquitectura técnica transforma la realidad y se necesita la técnica en la sociedad. Hay que manifestar el orgullo de la profesión, debemos seguir fomentando la formación para la excelencia y para que finalmente se consigan los ODS y la plena integración de la mujer. Edificar una construcción sólida”.