La mirada holística del bosque
Siguiendo su investigación me parece destacable mencionar algunos primeros conceptos como, por ejemplo, la importancia del baño solar, el cual ha cambiado mucho en función de la época. En el pasado había mucho conocimiento sobre los beneficios del sol, como es el caso de: el mejor momento del día para exponerse al sol; la mejor época del año; la mejor temperatura para los baños del sol; la comida adecuada; en cada momento el ejercicio oportuno; las condiciones para quemarse... En las primeras décadas del siglo XX los baños solares se aconsejaban como una medida para la salud pública.
Actualmente, debido a la exposición inadecuada al sol, se han generado casos de envejecimiento temprano de la piel y cáncer de la piel, pero veremos que la iluminación natural es esencial para el funcionamiento correcto de nuestro cuerpo. O sea, la radiación solar influye en el proceso físico y químico de nuestro cuerpo. Asimismo, el sol se puede utilizar para prevenir enfermedades y también para curar. Por ello, la ciencia ha avanzado mucho sobre la respuesta fisiológica y bioquímica del cuerpo humano.
Sabemos que la radiación solar a nivel del suelo sobre todo está compuesta aproximadamente de: 37 % de la luz visible; un 3 % del ultravioleta; y el resto 60 % del infrarrojo. Hasta ahora hemos visto el efecto del “out view” para el confort visual, pero ya íbamos mencionado que el sol también alimenta y que es algo más complejo ¿entonces qué hay detrás de estos rayos? ¿Qué pasa por ejemplo con la radiación ultravioleta?
Hay dos tipos de rayos ultravioletas que afectan directamente a la piel: el ultravioleta A, UVA (320-400 nm) y el ultravioleta B, UVB (290-320 nm). Las dos radiaciones provocan el bronceado y ambas son las causantes de las quemaduras. Aunque el UVB quema más rápido que el UVA, pero éste penetra más al fondo. En este sentido el sol puede ser curativo como puede ser dañino.
Como bien se explica en el libro, los rayos ultravioletas activan la producción de la vitamina D, el cual es esencial para el crecimiento, mantenimiento de los dientes y huesos y el sistema inmunológico. Es interesante añadir que la vitamina D se refiere a una vitamina cuando realmente es una hormona. El cuerpo humano necesita la luz natural para sintetizar la vitamina D en la piel. De este modo la luz solar es crucial para prevenir numerosas enfermedades asociadas al bajo nivel de la vitamina D. Pero, realmente ¿Qué relación hay entre la radiación solar y la vitamina D?
En la dieta de los especialmente países desarrollados sólo podemos encontrar la cuarta parte de la vitamina D que necesitamos. El resto se debe producir por la acción fotoquímica del sol en nuestra piel. En latitudes altas donde el cielo cubierto es considerable la vitamina D no se puede producir entre los meses de octubre y marzo. Sin embargo, en los meses de mayo, junio y julio la vitamina D se sintetiza más y sobre todo a media mañana y a media tarde. Por consiguiente, la piel se debe exponer a la luz solar en intervalos regulares en verano para después disponer suficiente vitamina D para el invierno. Adicionalmente, mencionar que sólo un porcentaje, como un 15 %, del 7-deshidrocoresterol se convierte en vitamina D3. Por lo tanto, por tomar el sol en un tiempo prolongado se supone que no se produce más vitamina D que en cortas exposiciones.
La radiación que sintetiza vitamina D en la piel está entre 290-320 nm y las ondas que producen quemaduras están entre 290-400 nm. Por lo tanto, si bloqueas esta radiación también bloqueas la síntesis de vitamina D. De esta manera estando en espacios interiores, cubriendo la piel con ropa o utilizando cremas solares puede que no sintetices la vitamina D necesaria. Aunque se pueden tomar suplementos de vitamina D, el cuerpo utiliza mejor la vitamina D derivada del sol y no tomar nada en principio es más sano. Entonces, ¿cómo nos afecta la vitamina D en nuestro cuerpo?
En consecuencia, en referencia a lo que menciona en el libro, la vitamina D parece que mantiene un equilibrio correcto del calcio. Es decir, cuando la vitamina D es baja el cuerpo no puede absorber el calcio suficiente para estar sano, no importa cuánto calcio tomes porque no se absorbe. Asimismo, un nivel adecuado de vitamina D aumenta la absorción del magnesio de la dieta. De la misma manera, la síntesis de la vitamina D reduce el nivel del colesterol y el UVB también reduce la presión sanguínea, hasta alcanzar en un 60 y 70 % en personas con hipertensión. Como curiosidad mencionar que el color de la piel está asociado con la tensión, cuanto la piel es más oscura, más probabilidad de tener la tensión alta. Así, estas pieles necesitan más sol para bajar la tensión. Por lo tanto, bebido al UVB existe un aumento lineal de la tensión al incrementar la distancia desde el ecuador.
En definitiva, detrás de la luz solar encontramos numerosos aspectos que nos van alimentando, parece que para la salud es mejor tomar adecuadamente el sol que no, hemos visto que el cuerpo necesita la radiación ultravioleta para funcionar correctamente. Si se bloquea excesivamente el UVB también se para la fotosíntesis de la vitamina D y con ello además de la reducción del calcio y el magnesio también la reducción del colesterol y la disminución de la tensión.
Ahora, la pregunta sería por qué nuestros vidrios de las ventanas bloquean la radiación ultravioleta. Quizá, ¿el hecho de dejar pasar los rayos del sol cada vez cobra más sentido? No sé a vosotros, pero cada vez me parece más asombroso y sensacional poder tocar directamente los rayos del sol que podrían esculpir el espacio de trabajo.