España suspende en seguridad laboral
2018 fue el año con más siniestralidad desde 2011. Según datos del Ministerio de Trabajo, un total de 652 trabajadores murieron en accidente laboral el año pasado, marcando así la mayor siniestralidad laboral desde el año 2011. En 2018 murieron en esta situación 34 más que en el mismo periodo del año anterior. Con motivo del Día de la Seguridad Laboral que se celebra el próximo día 28 de abril, la Asociación de Empresas de Equipos de Protección Individual (Asepal), recuerda que la seguridad sigue siendo una asignatura pendientes en España y la prevención la clave para revertir esta tendencia.
En concreto, Asepal apuesta por fomentar el conocimiento sobre los equipos de protección individual o EPI. “Hablamos de cualquier equipo destinado a ser llevado o sujetado por el trabajador para que le proteja de uno o varios riesgos que puedan amenazar su seguridad o su salud, así como cualquier complemento o accesorio destinado a tal fin”, matiza Luis Gil, secretario general de Asepal y portavoz de esta asociación.
De los fallecimientos producidos en 2018, 506 se produjeron durante la jornada de trabajo, 22 más que en 2017, lo que supone un aumento porcentual del 4,5%. Los 146 accidentes mortales restantes registrados entre enero y diciembre fueron siniestros in itinere, doce más que en igual periodo del año pasado (+9 %).
“El sector agrario y la construcción son deficientes en el uso de equipos de seguridad. Aunque son ámbitos donde en muchos casos el riesgo de accidente es mayor y por desgracia ocurren siniestros que no hubieran sido posible evitarlos, existe aún falta de conocimiento y formación sobre el uso correcto de los EPI”, asegura Luis Gil.
Desde la asociación insisten en que el análisis de riesgos, la selección adecuada y el uso correcto son claves básicas para reducir el número de siniestros laborales. La formación es un elemento fundamental y necesario potenciar para que estas acciones se realicen debidamente.
Condiciones mínimas que deben de reunir los EPI
- Ser adecuados a las condiciones existentes en el lugar de trabajo (temperatura, humedad ambiental, concentración de oxígeno, etc.).
- Tener en cuenta las condiciones anatómicas, fisiológicas y de salud del trabajador, de tal modo que no quede reducida su capacidad visual, auditiva o respiratoria.
- Peso y un volumen lo más reducido posible. Posibilidad de adaptación y ajuste a las características fisonómicas del trabajador (barba, uso de gafas, etc.).
- Si se utilizan varios EPI simultáneamente, deben ser compatibles entre sí y mantener la eficacia que tienen por separado.
- Ir acompañados de un folleto informativo sobre sus características, accesorios y piezas de repuesto adecuadas, fecha de caducidad y modo correcto de empleo, almacenamiento, y mantenimiento.
- Cumplir con la legislación en lo relativo a su diseño y fabricación. Los EPI, siempre, deben llevar el marcado CE e ir acompañados del folleto informativo.