Desde Asepal se advierte sobre la importancia de adoptar las garantías necesarias para proteger a los profesionales que realizan su desempeño al aire libre en invierno
Manos a la obra contra el frío
Hace apenas unos días comenzó en el hemisferio norte el solsticio de invierno y, por tanto, los días más fríos del año y con temperaturas más extremas, que se complican con la presencia del viento o las precipitaciones en forma de nieve. Un escenario de estas características genera para la actividad laboral situaciones que no siempre resultan fáciles de abordar producto de las adversas condiciones meteorológicas. Electricistas, personal de reparación de instalaciones públicas, agricultores, pescadores, conductores, policías, trabajadores del sector de la construcción o del agroforestal... son algunos de los profesionales que —de no protegerse convenientemente— están expuestos a padecer las consecuencias de las bajas temperaturas.
Temperatura, viento y humedad
De este modo, ante el periodo laboral que se avecina, los especialistas de Asepal establecen recomendaciones muy diversas. Para empezar, resultan vitales tres parámetros a tener en cuenta: temperatura, viento y humedad. Para evaluar el riesgo por frío, se debe considerar que no sólo la temperatura, sino que también la velocidad del viento y la humedad presentes influyen en el balance térmico que nos permitirá determinar si los trabajadores pueden sufrir daños a la salud como consecuencia de la exposición al frío. El calor metabólico generado por el propio organismo también juega su papel en el equilibrio térmico. En este sentido, desde Asepal se subraya que no se debe sobreproteger a los trabajadores a la hora de la selección de los EPI, ya que puede ser contraproducente, y evaluarse cada caso en función de las singularidades de cada individuo.
La importancia de los equipos de protección individual
Los riesgos anteriormente citados se combaten con los equipos de protección individual (EPI) y no solo con ropa de abrigo. Ante todo, cuando en una determinada tarea los trabajadores estén expuestos al frío, se han de seguir los preceptos marcados en la Ley 31/1995 para determinar el nivel de riesgo al que están expuestos. En caso de tener que recurrir a los EPI para proteger a los trabajadores, existen tres normas que definen requisitos de prestación para las ropas y guantes contra el frío:
- UNE-EN 14058:2004. Prendas de protección contra ambientes fríos destinadas a ambientes de temperatura igual o superior a -5 °C con o sin presencia de viento y humedad. El parámetro de referencia es la resistencia térmica, que mide la propiedad del material a evitar el flujo de calor que sale del cuerpo.
- UNE-EN 342:2004. Prendas y conjuntos de prendas de protección contra el frío destinadas a situaciones con temperaturas inferiores a los -5 °C. Obliga al ensayo del aislamiento térmico efectivo y resultante. Del mismo modo, es obligatorio que estas prendas presenten resistencia a la penetración de aire. Manteniéndose opcional la posibilidad de resistencia al agua.
- UNE-EN 511:2006. Guantes de protección contra el frío. Norma destinada a guantes de protección contra el frío por conducción y convección hasta los -50 °C. Define requisitos para el frío por convección (aislamiento térmico) y frío por contacto (resistencia térmica a bajas temperaturas). Además el guante debe ser evaluado para determinar su resistencia a la penetración del agua.
Cuando se trabaja en el exterior en condiciones climatológicas frías (no extremas) o en la industria alimentaria, puede seleccionarse calzado de seguridad, protección o trabajo que incorporen la propiedad adicional de aislamiento frente al frío del piso.
Necesidad de pruebas previas
Por otro lado, las capas proporcionan mejor protección que una única prenda debido al aire que hay entre ellas. En este sentido, las múltiples capas dan la opción de adaptarse a las condiciones de temperatura cambiantes al poder abrir o quitar alguna de ellas para evitar una sobreprotección que pudiese dar lugar a la sudoración. La capa más interna, además de aislamiento debería permitir retirar la humedad, manteniendo la piel del usuario seca. Además, las capas adicionales de ropa han de poder abrirse o retirarse para evitar la sudoración. Las chaquetas externas deberían tener elementos de cierre y abertura en cintura, cuello y puños para ayudar en el control de la cantidad de calor retenido.
Normas básicas, de obligado cumplimiento y que, como subrayan en Asepal, solo tienen el fin de reducir los datos de incidencias laborales en nuestro país que, cada vez más, reducen su diferencia negativa en relación con la media de la Unión Europea.