La Fundación La Casa que Ahorra reclama actuaciones distintas en materia de sostenibilidad
El pasado lunes 5 de junio se celebró el Día Mundial del Medio Ambiente. Por lo tanto, es obligado centrar la atención en esa cuestión que es particularmente apremiante. Aunque el lema de este año fue ‘Conectar a las personas con la naturaleza’, que incita a descubrir maneras divertidas y apasionantes de experimentar y promover esa interrelación, desde la Fundación La Casa que Ahorra consideramos que hay otros temas que requieren de gran reflexión, pero también de mucha actuación.
Y todo ello viene a colación de la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente. ¿Y por qué decimos esto? Como explica Albert Grau, gerente de la Fundación La Casa que Ahorra, “el despropósito actual con las emisiones de GEI tiene arreglo. Si la actividad humana es el problema, replanteémosla. No se trata de renunciar a nada de lo ya conseguido en nuestro estado del bienestar, se trata incluso de mejorarlo a base de actuar de una forma distinta, tanto personas como empresas”.
En el fondo, prosigue Albert Grau, todo gira en torno a la sostenibilidad, y es tan sencillo, como “atender las necesidades de nuestra sociedad actual de una manera que no comprometamos las futuras generaciones”. Esta situación se puede mejorar, está al alcance de nuestras manos. No hay que olvidar que los edificios son los responsables del 40% del consumo energético de la Unión Europea, y con el mix energético actual un valor muy parecido de las emisiones. Ello hace necesario actuar sobre ellos y rehabilitarlos para hacerlos confortables y saludables, aplicando medidas de alta eficiencia energética y por tanto, respetuosas con el medio ambiente y saludables, con un primer impacto positivo, e inmediato, que recibiremos sus usuarios en unas mejores calidad de vida y condiciones de trabajo.
Todo ello nos lleva desde la Fundación La Casa que Ahorra a abogar por unas ciudades que piensen en sus habitantes. Se viene utilizando mucho un término que se ha puesto muy de moda y que no es otro que el concepto ‘smart city’, pero consideramos que no es aplicable a una ciudad si sus edificios no utilizan de manera inteligente la energía, y no cuentan con unas condiciones de confort térmico. “Es necesario pensar en la vivienda, cuidarla y rehabilitarla para utilizar de una forma inteligente la energía. Si la cuidamos, ella nos responderá positivamente. Cuidará de nosotros, de nuestra familia, de nuestra ciudad y del medio ambiente”, concluye el gerente de la Fundación La Casa que Ahorra.