La importancia del Análisis de Ciclo de Vida según Vicent Briard, director de Sostenibilidad de Knauf Insulation
Actualmente el ACV (Análisis de ciclo de vida) o en inglés LCA (Life Cycle Assessment) cobra cada vez más importancia para evaluar dentro de la industria de la construcción lo que es “verde”, eco-friendly o sostenible. Vincent Briard, director de Sostenibilidad de Knauf Insulation, explica a continuación, como experto, la importancia del ACV, en qué consiste, conceptos muchas veces difusos incluso para los profesionales del sector, su aplicación real, limitaciones, evolución y las ventajas que aporta al proceso constructivo para mejorar la eficiencia ambiental de los edificios.
Briard define el ACV como el método o herramienta utilizada para entender el impacto real de un producto, proceso, servicio y/o edificio. El ciclo de vida abarca en una primera fase, desde la extracción de materias primas y procesado de materiales, hasta la fabricación, sigue con la posiblemente distribución, uso, reparación y mantenimiento y finalmente, la eliminación o reciclado. Durante cada etapa del ciclo de vida, ACV utiliza una selección de parámetros para cuantificar el impacto ambiental. Al elegir entre diferentes productos de un edificio, estas referencias comunes permiten comparar el impacto ambiental, y finalmente, elegir la mejor opción.
Vicent Briard, director de Sostenibilidad de Knauf Insulation.
Briard pone el acento en la importancia del ACV en cada una de las etapas de la edificación ya que ACV es un método estandarizado, lo que significa que crea referencias comunes. La etapa de uso es muy importante, y ésta es la razón por la que la mejora del rendimiento energético del edificio sigue siendo la prioridad número uno, pero también la fase de fabricación juega un papel fundamental. Y aquí es donde una DAP de construcción puede ayudar a hacer una mejor elección, siendo consecuentes con el medio ambiente. Esto demuestra por qué el ACV debe ser la columna vertebral de los futuros edificios verdes y por qué la UE debe invertir en la legislación sobre la base de un enfoque de cara al ACV. No sólo es el momento de ahorrar energía, sino que también es tiempo para entender mejor y fomentar los sistemas de construcción con un menor impacto ambiental. Y aquí, el enfoque ACV es la dirección correcta, según Briard.
En Knauf Insulation, las cuestiones de rendimiento energético y ACV son el método adecuado para evaluar el comportamiento medioambiental real de los edificios, explica Briard. Cierto es, que tanto la metodología del ACV como su aplicación son criticables en la actualidad según Briard por la falta de armonización entre la cantidad de datos que se manejan en un ACV y las maneras de presentarlos en los distintos países, o incluso, la interpretación incorrecta del LCA. Ya que no es un valor o una calificación a un producto, sino una herramienta técnica que se basa en una aproximación de propiedades. Y sólo cuando se utilizan herramientas de certificación energética no obligatorias (BREEAM, LEED, Passive House…) se consigue esta calificación o valor.
Briard también aclara la importancia de marcar los límites del análisis, explica algunos conceptos asociados al ACV como “cradle-to-gate” que significa que se está buscando el impacto de la fuente, incluida la extracción de la materia prima, hasta el momento en que el producto sale de la fábrica. “Cradle-to-grave” va un paso más allá y examina el impacto de todo el ciclo de vida de un producto, que cubre el uso real y el reciclaje o disposición final. Y “cradle-to-cradle” es un tipo específico de evaluación que pone mucho énfasis en la capacidad de reciclaje de “fin de su vida útil”.
Hace sólo un par de años, el ACV era considerado un “nice-to-have”. Hoy en día, se está convirtiendo en un “must-have”. Este es el caso en países como Francia, Alemania, Países Bajos y Reino Unido, donde la legislación está empezando a impulsar a la industria hacia una solución constructiva más sostenible. En este contexto, los fabricantes tendrán que demostrar que sus productos son los más medioambientalmente sostenibles y que están fabricados como ellos dicen que se fabrican. En Knauf Insulation se ha tomado la decisión consciente de un enfoque basado en el desempeño integral: la metodología del ACV, explica Briard.
Al seleccionar una solución, los diseñadores o contratistas están empezando a tener en cuenta el impacto ambiental de los productos, teniendo en cuenta los datos de ACV y comparando DAPs en lugar de tener en cuenta etiquetas verdes que carecen de credibilidad. Los líderes de la industria, en los que se incluye a Knauf Insulation, piensan que la información tipo ACV podría ser integrada en un futuro como un marcado europeo. Desde Knauf Insulation se han incluido las principales categorías de impacto en las fichas técnicas de los productos abriendo así estos datos a todos los usuarios que las consulten.
Con un uso cada día más extendido de la tecnología BIM, existe la posibilidad de implementar el ACV en el mismo programa, según Briard. Por ejemplo, explica, si a cada producto de la construcción se le da un identificador de impacto ambiental en una base de datos, y éste está linquedao a las herramientas BIM que el arquitecto o ingeniero esté utilizando, se convierte en una tarea relativamente fácil la de ver las propiedades medioambientales reales ya en la fase de diseño. Ayudará al arquitecto a tomar las decisiones correctas a la hora de escoger el material desde el principio.
Por último, pero no menos importante, Briard explica que interpretar correctamente y comunicar los resultados del ACV puede ser un reto considerable; por esta razón, en Knauf Insulation se pone mucho énfasis en que hay que formar a los profesionales a lo largo de la cadena de construcción del edificio.